Es innegable que la incursión de Tyson Chandler en Los Angeles Lakers ha supuesto un giro de 180 grados para el equipo, dejando atrás los malos hábitos defensivos y permitiendo a JaVale McGee descansar para estar fresco en ataque.
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La decisiva acción del veterano jugador dio sin lugar a dudas la victoria a los Lakers, que de esta forma sumaban la séptima v de la temporada volviendo a tener récord positivo (7-6). Son días soleados en Los Angeles que miran con optimismo. Sus próximos partidos son relativamente accesibles salvando el encuentro contra los Blazers del próximo miércoles. Tras este, los Lakers enfrentarán a Orlando, Miami y Cleveland. Es una oportunidad de oro para alcanzar la cima de la Conferencia con un equipo que parece haber encontrado la horma de su zapato.
La horma está siendo Tyson Chandler, que a sus 36 años recién cumplidos está desplegando un juego que recuerda a su año de campeón en los Mavericks donde desempeñó un papel ligeramente similar. El pasado 6 de noviembre los Lakers hacían oficial el fichaje del ya agente libre Tyson Chandler que tras rescindir su contrato de 52 millones de dólares firmado en 2015 con los Phoenix Suns.
Desde aquel 6 de noviembre, Chandler ha jugado tres partidos en los que los Lakers han conseguido tres victorias. Tras la dura derrotada cosechada contra Toronto, LeBron y los suyos eran conscientes de que necesitaban un cambio de paradigma. Algo que puede haber conseguido el propio Tyson gracias a sus dotes defensivas que a continuación analizaremos.
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En los 10 primeros partidos, los Lakers acumularon 110.7 puntos por cada 100 posesiones en ataque y 111.5 puntos por cada 100 posesiones en defensa, esto dejaba claro dónde estaba el problema de los angelinos y qué era lo que tenían que mejorar. La defensa de los Lakers en ese primer tramo de temporada fue sonrojante, encajando una máxima de 143 ante los Spurs y una media de 120 partidos por partido encajados a lo largo de 10 encuentros.
Una media de puntos que les colocaba como una de las peores defensas de la liga y con un quinteto de la muerte formado por James, Ball, McGee, Ingram y Kuzma que ha encajado a lo largo de los 102 minutos que han compartido cancha una media de 106 puntos por cada 100 posesiones por apenas 101 anotados. O lo que es lo mismo, de cada 200 posesiones que se jugasen, los Lakers acabarían teniendo una diferencia de 5 puntos respecto a su rival. Justificando así las derrotas conseguidas con anterioridad.
Desde que Chandler jugase su primer partido ante los Wolves, los Lakers han mejorado enormemente sus datos defensivos, pasando de los mencionados 111 puntos a tan solo 97 por cada 100 posesiones. A día de hoy, la mejor defensa de la liga la tienen los Milwaukee Bucks, los Oklahoma City Thunder y los Denver Nuggets que promedian 102 puntos por cada cien posesiones del rival. De continuar así los Lakers entrarían en la élite defensiva de la liga. La muestra es enormemente limitada y no podemos sobrerreaccionar, pero sí que indica un cambio en la dinámica de los Lakers.
Más allá del Defensive rating, los Lakers han pasado a recibir una media de 101 puntos, desvirtuado en cierta manera por los 86 puntos que anotaron los Kings, pero a pesar de todo sigue siendo un buen dato.
Con Chandler en pista los Lakers solo permiten 89.3 puntos, mientras que sin él los rivales se disparan hasta casi 100 puntos (97.1). Una diferencia de 8 puntos por cada 100 posesiones que marcan absolutamente la diferencia en un equipo tan necesitado de defensa como Los Angeles.
Habrá que seguir de cerca la evolución de los Lakers con su nuevo big man de referencia que puede auparles hasta el lugar que LeBron James merece.