Trae Young se ha vestido de villano en estos Playoffs. Su actuación de apertura fue en el Madison Square Garden, donde dejó una fantástica Primera Ronda. Ahora, en Semifinales del Este contra Philadelphia 76ers, el base de Atlanta Hawks quiere seguir su estela de destrucción, aplicando elevado ritmo, su acierto desde el triple y esa capacidad innata para encontrar al compañero mejor situado. Y así dar a la franquicia de Georgia la clasificación a las Finales de Conferencia por primera vez desde el 2015.
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Young fue el tormento de los 76ers en el Juego 1. Terminó con 35 puntos, 10 asistencias y 48% en tiro, además de 2 rebotes, 2 robos y solo 4 pérdidas para todo el volumen acumulado en sus 40 minutos de cancha. Gran presentación ante el Wells Fargo Center, aunque lo espectacular fue su primera mitad: 25 puntos y 7 asistencias con solo 1 pérdida y 8 de 13 en tiro (61%). En la segunda decayó con 10 tantos, 3 asistencias y 3 de 10 (30%). Falló los cuatro triples que lanzó.
Sin embargo, la cuestión con Trae va más allá de su acierto. Hasta la fecha ha sido mejor pasador y penetrador, en especial usando el recurso de la flotadora, que tirador de tres. Sí, es conocido por su tiro exterior y el rango de tiro que atesora, pero, sin irnos muy lejos, en la temporada regular 2020-2021 registró un 34,1% en 6,3 triples intentados por encuentro.
El PARTIDAZO de @TheTraeYoung
— NBA Spain (@NBAspain) June 6, 2021
35 PUNTOS
10 ASISTENCIAS
Los Hawks se colocan 1-0 ante Sixers #NBASundays pic.twitter.com/hpkBOZcUQn
¿Qué ocurre? Ha sido llegar los Playoffs y desatar su fiesta. En ese rol de villano, de referencia enfrentada a la grada rival, se siente muy cómodo. De hecho, Draymond Green tuiteó tras uno de sus gestos más virales con la afición Knickerbocker que se alegra de todo esto porque así descubrimos al trash talker que lleva dentro.
Este genial y divertidísimo jugador puede estar más o menos certero con el tiro, pero si la defensa le permite correr, aprovechará los espacios para someter al rival, lanzar sus flotadoras y encontrar a los tiradores abiertos. No en vano, los Hawks son el cuarto equipo que más triples intenta por cada 100 posesiones en Playoffs, siendo la mayoría de ellos en catch&shoot, aspecto donde cuentan con varios especialistas.
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La defensa de Philadelphia fue muy poco efectiva en el Juego 1, aunque mejoraron según avanzaba la noche. El encargado fue de inicio Danny Green, especialista muy útil contra aleros grandes o funcionando como corrector de lado débil. Sin embargo, no dispone de la velocidad de pies para igualar el ritmo endiablado de Young.
Green fue el principal defensor de Trae por posesiones y tiempo, estando con su marca el 71,5% de sus posesiones. ¿El resultado? 19 puntos y 4 asistencias del base con 56% en tiros de campo y 2 de 4 en triples. Doc Rivers tardó bastantes minutos en cambiar esto, ya cuando la estrella de los Hawks estaba encendida.
Atlanta generó 44 puntos en ese tramo de Green sobre Young, ya que, además de las carencias para el uno contra uno, al superarlo, Trae arrastraba al resto de defensa y esto provocaba enormes agujeros para Philadelphia.
En el siguiente corte se aprecia esa gravedad ofensiva que genera el #11. Su defensor era Ben Simmons, que por tamaño y velocidad tendría que poder asumir la marca, pero el juego de fintas del base le dejó fuera de juego. Un error contra Trae se paga muy caro.
Entonces, ¿cuál es la solución con Young? Los Sixers terminaron la temporada regular como la defensa más eficiente, pero no demostraron eso en la primera mitad. Es más, fue su peor parte en mucho tiempo. El problema de darle espacio a estos Hawks es que se crecen. Disponen de talento ofensivo como pocos en toda la liga. Si les das dos minutos de desconexión, te matan a triples durante todo un cuarto.
Un ejemplo claro de esta moral por las nubes es el acierto de Trae en el triple sobre drible: en temporada regular registró un 33,5% en 4,9 intentos, cifra mejorable; mientras en Playoffs aumenta el volumen a 7 lanzamientos con 38,1% de efectividad. Y, por si fuese poco, no se trata de su principal arma, ya que figura como el tercer jugador que más penetraciones realiza por encuentro en Playoffs (20,5) por detrás de Luka Doncic (22,4) y Ja Morant (24,2). Es decir, el jugador vivo en postemporada que más tiende a penetrar. Ahí, las flotadoras y el pase son sus recursos habituales y dominados.
Lo peor que puede hacer Rivers es poner de nuevo a Green sobre Young. En la segunda mitad su defensa funcionó mejor porque intensificaron los dos contra uno, pero sería arriesgado situar al veterano sobre el base tras lo visto en el Juego 1. ¿Es Ben Simmons la solución? Desde luego, no él solo, aunque un candidato a Defensor del Año tendría que marcar diferencias ahí.
Hacer dobles marcas agresivas que obliguen a soltar el balón antes de tiempo a Trae parece una estrategia interesante. Al fin y al cabo, fuera de él es Bogdan Bogdanovic la única gran amenaza sobre drible, ya que el resto son perfiles más orientados a la ejecución sin picar.
El tamaño es el gran argumento de la defensa de los Sixers. Al igual que los Lakers en los Playoffs de Disney 2020, aunque con menos de agilidad (Joel Embiid por Anthony Davis en el cinco da más fortaleza, menos versatilidad). Philadelphia tiene que abusar del rival. Imponer su tamaño ante los jóvenes Hawks y su escurridiza figura. Ni permitirle tirar, ni permitirle penetrar, pero sobre todo forzarlo a pasar y que aparezca ahí el árbol de brazos y envergadura de los 76ers. La clave para detener la potencia ofensiva de Atlanta pasa por contener a Young. ¿Lo podrá hacer Philly en el Juego 2 de este martes (18.30 de México, 20.30 de Argentina, NBA League Pass)?
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.