"¿Sabías que Bradley Beal anotó 50, antes de empezar el partido de esta noche", le preguntaron en la conferencia post partido a Stephen Curry, minutos después de haber conseguido 49 puntos en 29 minutos contra el Thunder. "Por supuesto que sabía. Cada vez que alguien anota 50 te enteras. (La carrera por el título anotador) Fue lo segundo en lo que pensé, seguro".
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La sincera respuesta de Steph sobre su motivación extra para dominar ofensiva ante OKC nos pone directamente en la recta final de una carrera anotadora que si ya venía siendo apasionante, seguramente tendrá capítulos aún más entretenidos en esta última semana de Fase Regular. Tal como lo vimos este sábado, donde los dos protagonistas se fueron hasta las 50 y las 49 unidades, que en el caso de Curry tranquilamente podrían haber sido muchísimas más, si el duelo ante el Thunder hubiera estado lo suficientemente cerrado como para que pasara más tiempo en cancha.
Con ambos equipos teniendo que disputar aún cuatro partidos, Curry lidera la batalla con una media de 31,9 puntos, mientras que Beal lo sigue con 31,4. Para poner en contexto, Beal debería promediar 40,7 puntos en los últimos cuatro compromisos para llegar a los 32 tantos que le alcanzarían para superar a Steph. Siempre y cuando Curry no eleve su promedio, claro está (algo que probablemente sí ocurra, si nos guiamos por los antecedentes recientes). Las diferencias son pequeñas y hay serias chances de que lleguemos a la última jornada en un escenario de marcada paridad, que le daría un condimento extra al cierre de la 2020-2021.
Un factor más a favor de la carrera: tanto Golden State como Washington tienen posiciones por las cuales pelear en sus respectivas conferencias, por lo que es muy poco probable que veamos a alguna de las dos estrellas descansar en estos partidos.
Lo curioso de una batalla de este estilo por el título de anotación es que es mucho menos frecuente de lo que podría imaginarse. De hecho, desde la creación de la liga allá por 1946, solo ha sucedido en cuatro ocasiones que el máximo anotador de una campaña aventaje al segundo por menos de cinco décimas de distancia. Solamente cuatro veces en 74 temporadas. Curry y Beal prometen darnos el quinto ejemplo. ¿Los otros? Repasemos.
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1977-1978: Gervin vs. Thompson
La primera vez que sucedió algo semejante fue recién en la 1977-1978 y se trata todavía de la definición más espectacular y pareja que se haya visto. Es sin dudas la referencia cada vez que se habla de un mano a mano de estas características: George Gervin vs. David Thompson.
El de San Antonio llegó a la última jornada con una media de 26,8 puntos, pero en claro declive: solo había promediado 20,9 puntos en sus últimas ocho presentaciones. Thompson, por su lado, aparecía con 26,6 tantos, pero en forma más sostenida (26,8 en los últimos nueve). Ya en la última jornada, la joven estrella de los Nuggets tuvo una actuación inolvidable a primer turno, anotando nada menos que 73 puntos en Detroit, elevando así su media a 27,2 y superando a Gervin por unas horas.
Gervin salió a jugar el Spurs-Jazz sabiendo que necesitaba al menos 59 puntos para recuperar definitivamente el trono... y vaya que lo consiguió. El Iceman ya tenía 53 puntos al entretiempo y acabaría la noche con 63 en solo 33 minutos, tomando nada menos que 49 lanzamientos. Una cifra absolutamente exagerada para su tiempo en cancha y que demostraba que su gran objetivo de la noche era superar a Thompson. Y lo logró, pero en el camino sus Spurs perdieron por 153-132.
El Iceman acabó la temporada con un promedio de 27,22 puntos. Thompson, con uno de 27,15. Una brecha de solo siete centésimas.
1997-1998: Jordan vs. O'Neal
Para la siguiente carrera pareja hubo que sperar nada menos que 20 años (1997-1998), con dos de las máximas leyendas de la historia como protagonistas: Michael Jordan y Shaquille O'Neal. Entrando a la última jornada, MJ promediaba 28,6 puntos contra 28,2 de Shaq. Chicago jugaba su último partido un día antes que los Lakers y como para ganar tranquilidad, Jordan tuvo una explosión anotadora: 44 puntos y victoria por 111-109 ante los Knicks.
MJ quedó entonces con 28,74 puntos de media, pero O'Neal tenía una última chance: necesitaba 59 puntos en el Lakers-Utah. Si lo conseguía (hubiera sido el tope de su carrera por entonces), superaba a Jordan y repetía lo hecho en la 1994-1995 con Orlando, como máximo anotador de una campaña.
Sin embargo, Shaq no pudo vestirse de George Gervin. Los duros defensores interiores de Utah (Greg Foster y Greg Ostertag) no dejaron que la figura de los angelinos se acercara a las cifras que necesitaba y aunque tuvo un buen partido sumando 33 tantos, no le alcanzó. Jordan se llevó así su décimo y último titulo de anotación.
2009-2010: Durant vs. James
Para el siguiente caso nos remontamos a la 2009-2010, con otras dos figuras históricas en el centro de la escena: un joven Kevin Durant de 21 años vs. LeBron James, acercándose al final de su etapa en Cleveland. Aunque aquí hubo poco drama: James se perdió los últimos cuatro partidos de esa Fase Regular y KD llegó al cierre con el título anotador en su poder, asegurándolo al promediar 34 tantos en esos mismos cuatro juegos de ausencia del de Akron.
Hasta la baja de James la diferencia era de apenas dos décimas en favor de Durant (29,9 vs 29,7), pero con ese gran sprint final el alero del Thunder elevó incluso su media a 30,1 y consiguió el primero de tres títulos de anotación consecutivos (tiene cuatro en total). De hecho, aunque hubiera sumado 0 puntos en su última presentación, le hubiera alcanzado para ganarlo. Algo que por otro lado, por supuesto que estuvo lejos de suceder: terminó con 31 en un triunfo de OKC sobre Memphis, lanzando 12-18 de cancha.
2011-2012: Durant vs. Bryant
Llegamos así al último antecedente y fue uno maravilloso. Esta vez solo avanzamos tres años, a la 2011-2012 y volvemos a tener a Kevin Durant de protagonista, pero ahora ante otra leyenda como Kobe Bryant. Restando apenas una semana para el cierre de la Fase Regular, Bryant dominaba la pelea con una media de 28,1 puntos contra los 27,8 de KD. Sin embargo, apareció el primer tropiezo del escolta: solo sumó 18 puntos en una clara caída ante San Antonio y esa misma noche, Durant terminó con 29 en una victoria ante Sacramento.
La diferencia entre ambos se redujo entonces a una décima: 27,9 para Kobe, contra 27,8 de Durant. ¡Y tenían que enfrentarse en el próximo partido!
El encuentro fue extraordinario y necesitó de dos suplementarios, para que los Lakers terminen imponiéndose en un duelo de candidatos del Oeste por 114-106. Pero aunque festejó en el plano colectivo, en el individual no hubo buenas noticias para Bryant: lanzó 9-26 de cancha y sumó 26 puntos, contra un Durant que si bien tampoco estuvo preciso (11 de 34), al menos logró llegar a los 35 puntos.
¿El saldo tras el partido? Igualdad absoluta: los dos quedaron con 27,9 puntos de media.
A los Lakers le quedaba apenas un partido en su calendario, visitando a los Kings, pero con poco por disputar en términos de posiciones, Mike Brown decidió darle descanso a Kobe, quien no ingresó al encuentro. Esto terminó de darle por ganada la carrera a Durant, quien antes de ese Los Angeles-Sacramento ya había elevado su promedio a 28 puntos, anotando 32 frente a los propios Kings y ante Denver.
Durant terminó ganando ese duelo ante Kobe por apenas una décima: 28 vs 27,9. Y si Bryant hubiera tenido el visto bueno de Brown para jugar en aquel Lakers-Kings final, apenas hubiera necesitado de 38 unidades para superar a Durant. ¿Lo hubiera conseguido? Probablemente. Después de todo hablamos de alguien que anotó 60 puntos en su último partido NBA, por lo que ¿cómo dudar de la Mamba?
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.
