El triunfo de San Antonio Spurs frente a Philadelphia 76ers por 123 a 96 confirma el buen momento del elenco de Gregg Popovich: los texanos consiguieron su quinto triunfo en sus últimas seis presentaciones y volvieron a récord positivo con 16 triunfos y 15 derrotas. El sol empieza a salir en San Antonio después de un arranque preocupante.
Hace diez días, los Spurs eran una de las peores defensas de la liga: tenían el segundo peor rating defensivo de la NBA con 113,3 puntos cada 100 posesiones y eran el peor equipo en cuanto a porcentaje de campo permitido a los rivales (48,6%) además de estar 24º en puntos permitidos (113,4 por partido).
Pero en los últimos cinco duelos, los Spurs lograron mantener a Utah, Phoenix, Los Angeles Clippers, Chicago y Philadelphia en 92.8 puntos de promedio. Su notable mejoría defensiva fue una de las claves para la recuperación, por ahora parcial, de los texanos. Gregg Popovich demostró, que aún con menos opciones que en el pasado, aún puede influir desde la pizarra para potenciar a su equipo en ese rubro. El tiempo es un factor clave para la consolidación de un equipo que debe construirse desde sus cimientos tras perder a Danny Green y Kawhi Leonard, dos de los mejores jugadores defensivos de la liga. Limitar a los Sixers de Jimmy Butler (6 puntos), Joel Embiid (13) y Ben Simmons (16) a menos de cien puntos es una auspiciosa novedad para un equipo que se había mostrado extrañamente endeble durante el inicio de la campaña.
En ataque, finalmente se destaparon sus tres mejores hombres: LaMarcus Aldridge (20) y DeMar DeRozan (20) son las dos espadas de los Spurs pero el aporte de Rudy Gay (21) es un factor que hace la diferencia a favor de los Spurs. Frente a los Sixers fue el tercer partido en la temporada en la que los tres superaron los 20 puntos en un mismo partido: esos tres partidos fueron en las últimas siete actuaciones de San Antonio.
Si bien la temporada es larga y el Oeste es una carnicería, los Spurs empiezan a demostrar signos de recuperación, aún pese a las dificultades que debieron atravesar (la partida de Kawhi Leonard, el retiro de Manu Ginóbili, la lesión de Dejounte Murray). Gregg Popovich tiene la fórmula y parece que otra vez logrará ridiculizar a los escépticos.