La dependencia alrededor de una estrella para ganar es un mal al que se enfrentan muchos equipos. Sin irnos lejos, los Warriors de esta temporada necesitan exhibiciones de Stephen Curry noche sí y noche también para mantenerse en la pelea por el Play-in del Oeste. Jamás ganará él solo un partido, no lo hace nadie, pero es obligatorio para competir en su cruda conferencia que el mejor tirador de todos los tiempos brille como nunca.
En Disney, el Utah Jazz mostró su adicción a las omnipotentes actuaciones de Donovan Mitchell. Es cierto que Bojan Bogdanovic era baja, pero solo con el croata en pista no hubiesen solucionado sus problemas. Utah dependía de un Mitchell sobresaliente y ni con esas superaron a Denver Nuggets.
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Quin Snyder, entrenador del equipo y una de las figuras más respetadas en los banquillos de la NBA, quiso dar un cambio. El Jazz mantenía su bloque en la offseason y solo reforzaron el punto más débil, el suplente de Rudy Gobert. Trajeron un rostro conocido, Derrick Favors, para un papel reducido, pero fundamental.
Así, Snyder conocía de sobra los ocho nombres principales de su rotación: Mitchell, Mike Conley, Royce O'Neale, Bogdanovic, Gobert, Jordan Clarkson, Joe Ingles y Favors. Poderosa y quizás algo corta plantilla para una temporada con restricciones por COVID-19. Fuera de estos, los Georges Niang, Miye Oni, o Juwan Morgan resultan escasos.
La pregunta es, ¿qué han cambiado para conseguir que el mismo equipo que cayó en Primera Ronda ante los Nuggets en Disney lidere ahora la clasificación? La defensa continúa siendo élite sobre el ancla de Gobert, renovado por el máximo. Este movimiento trajo críticas por el dinero comprometido, pero un mercado como Utah no tiene otra opción. Es pagar o perder al francés, y la realidad es que conseguir a Towns, Adebayo u otro de esa línea es más un objetivo para el NBA 2K que para la realidad.
Snyder ha continuado la configuración del juego ofensivo que comenzó la pasada temporada, cuando el Jazz optó por desprenderse de Ricky Rubio y hacer de Mitchell su base a tiempo completo. El generador principal es el término adecuado. Alrededor de un Donovan fantástico en la creación y el desborde en el uno contra uno, Snyder construye una red neuronal en la que todas las unidades están perfectamente conectadas entre sí. Cada una tiene su función, aunque parten de unas ideas de juego colectivo muy arraigadas.
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Desde el 7 de enero, Utah Jazz ha ganado 20 de 21 partidos. En este tramo son el segundo mejor ataque de la NBA por detrás de los Nets y la mejor defensa por delante de Lakers. Aparecen 18º en cuanto a ritmo, pero tampoco juegan lento: es uno de los conjuntos más veloces para lanzar a canasta. Despliegan su velocidad desde el pase y las circulaciones fluidas.
Todas las partes funcionan. Da la sensación de que si una se cae se desmantelaría todo, pero lo cierto es que ganaron al principio con Mitchell y Bogdanovic desacertados en el tiro y siguen ganando ahora que Conley está de baja. El nivel de confianza de Utah se refleja en Clarkson, jugador que muestra su versión más consistente y se sitúa como gran favorito al Sexto Hombre del Año. Dispara con el descaro de siempre, pero ejecuta como nunca lo ha hecho.
Definición de IMPARABLES: @utahjazz
— NBA Spain (@NBAspain) February 18, 2021
Han ganado 20 de sus últimos 21 partidos 😳 #Takenote pic.twitter.com/fgKq3wk95Y
Dentro de esa revolución ofensiva para evitar la Mithcell-dependencia, el Jazz está lanzando triples a niveles de los Rockets de James Harden y Chris Paul. Houston intentaba 45,8 por cada 100 posesiones en la 2018-2019, mientras los de Snyder están en 42,6, la marca más alta de esta temporada. La diferencia es que los de Harden eran 12º en acierto (35,6%) con su exceso de triples sobre bote y con el defensor delante. Utah es 4º (39,3%) promoviendo la cultura de los Spurs 2014 de la horizontalidad y el pase extra. Encontrar el mejor tiro posible, uno de los principios básicos del baloncesto.
¿Serán una alternativa real a los equipos de Los Ángeles en Playoffs? Solo el tiempo lo dirá, aunque ver un par de encuentros suyos ante cocos de la NBA quitan las ganas de dudar de ellos. El quinteto al que más minutos ha dado Snyder sobre la pista (Mitchell-Conley- O'Neale-Bogdanovic-Gobert) registra 118,5 de ratio ofensivo y 101,1 de ratio defensivo. Salvaje.
Mitchell será All-Star, Gobert debería serlo. Incluso Donovan merece la consideración de All-NBA. Y muy mal debe terminar la temporada regular del Jazz para que no terminen con el Entrenador, Sexto Hombre y Defensor del Año en sus manos. La mezcla más explosiva de la revolución del triple de los Rockets de Daryl Morey y la fuerza del colectivo de los últimos Spurs campeones. Esa es la fórmula de Snyder.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.