¿Qué significa el traspaso de Chris Paul a Phoenix Suns?

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Chris Paul

Para Chris Paul las mudanzas ya son algo de rutina. Pero para Phoenix Suns, o cualquier otro equipo de la NBA, incorporar a un All-Star no es algo de todos los días. Menos si se trata de un jugador nueve veces All-NBA y considerado como uno de los mejores bases de la era moderna del básquet.

Según lo que indican varios reportes, la franquicia de Arizona se hará con CP3 (y también con el alero Abdel Nader) a cambio de Ricky Rubio, Kelly Oubre, Ty Jerome, Jalen Lecque y el pick de primera ronda del Draft de 2022 (con protección top 12). Un paquete que a priori es más caro que lo que proyectábamos hace unos días, cuando empezó a surgir el rumor de la llegada de Chris Paul a los Suns, pero que igualmente termina con Phoenix sumando al mejor jugador del traspaso y por lo tanto siendo el eje central del análisis.

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Este traspaso es toda una declaración de principios del equipo propiedad de Robert Sarver: los Suns quieren ser de Playoffs en el 2021. Hace dos años eran prácticamente la comedia de la liga, con un récord de 19-63 que los dejaba en el último puesto del Oeste. Tuvieron el primer pick del Draft 2019 y eligieron reforzarse en el juego interior con DeAndre Ayton, dejando pasar a dos playmakers que ya son All-Stars como Luka Doncic y Trae Young. Pero ahora el talento en la base llega con mucha experiencia, bajo el nombre de Chris Paul.

El registro de los Suns en la 2019-2020 tampoco es que haya sido una maravilla: 34-39. De hecho, hasta el parate de la liga por la pandemia de Covid-19 era de 26-39 y parecían el invitado "colado" a la fiesta de la reanudación de la NBA en Orlando: un equipo con una gran temporada de Devin Booker, All-Star por primera vez, al lado de un base muy sólido como Ricky Rubio, pero en el que el resto de las piezas no terminaban de encajar y que sufría defensivamente.

En Orlando, la magia de Disney hizo su trabajo sobre la franquicia. Sin la presencia de Kelly Oubre, el segundo máximo anotador del equipo (18,7 puntos por partido), los Suns de Monty Williams terminaron siendo la gran revelación de la "burbuja". Ganaron sus ocho encuentros de los seeding games (es cierto, algunos contra una floja oposición que priorizaba descansar de cara a los Playoffs) y estuvieron a apenas un triunfo de distancia de clasificar a la fase de Play-In por un lugar en la postemporada.

La postemporada es algo que se le niega a Phoenix desde el año ¡2010!, cuando llegaron al sexto partido de las Finales del Oeste ante Los Angeles Lakers, en una serie que tuvo como protagonistas a Kobe Bryant, Steve Nash, Pau Gasol, Lamar Odom y Amar'e Stoudemire. Pasó mucha mucha agua por debajo del puente y el desierto del valle necesita volver a vivir la excitación de los Playoffs. Desde la campaña 2013-2014 que no tienen un récord ganador y con CP3, Booker y Ayton como mínimo deberían conseguir eso.

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Analizando lo que suman y lo que entregan, lo primero a ver es claro: una mejora de jerarquía en la posición del base.

Rubio es un jugador probadísimo en la NBA, con mucha experiencia y que vivió en los Suns una temporada en la que le tapó la boca a sus detractores, promediando 13 puntos, 8,8 asistencias, 4,7 rebotes, 1,4 robos y hasta un 36,1% en triples que fue la mejor marca de su carrera NBA. Sin embargo, el catalán no es CP3, un nombre que está entre los 10 mejores bases de la historia de la liga (de hecho es el séptimo jugador con más asistencias en la historia: 9.653). El estadounidense llegó a Oklahoma pareciendo acabado y sacó un año espectacular de la galera: 17,6 puntos, 6,7 asistencias, 5 rebotes y 1,6 robos de promedio, con 48,9% en tiros de campo y 36,5% en triples.

En todos los aspectos Paul es superior a Ricky dentro de la cancha y además, aunque el español pareció una buena influencia, CP3 es un tremendo líder de vestuario con muchísimo camino recorrido en la liga como para guiar al resto de las figuras de los Suns, todos por debajo de los 25 años de edad.

Oubre es otra pieza valiosa que entregan los Suns, un jugador que ha crecido año a año, que todavía no cumplió 25 y que es un wing de los que nunca sobran en la NBA actual. Pero con un contrato que se vence en 2021, una jugosa renovación por delante, muchos problemas físicos (jugó 56 partidos de 73 en la última campaña) y la demostración en Orlando de que el equipo puede funcionar sin él, Phoenix podría prescindir de sus servicios sin resentirse.

En tanto Jerome (escolta de 23 años, seleccionado con el pick 24 del último Draft) y Lecque (escolta de 20 años, firmado en 2019 luego de que no lo haya drafteado nadie), son dos jóvenes que no eran parte de la rotación del conjunto de Monty Williams. De hecho en la temporada pasada jugó mucho más Abdel Nader en OKC: el alero egipcio llega a los Suns tras promediar 6,3 puntos y 1,8 rebotes en 15,8 minutos por encuentro, habiendo jugado 55 partidos con un 37,5% de acierto en triples. A los 27 años podrá competir por un lugar en el plantel de Phoenix.

El pick de Draft es lo que termina pareciendo un poco excesivo en la negociación y hace lucir a Sam Presti, el GM de Oklahoma, como el ganador para algunos. Los Suns entregan a su selección de 2022, que llegará tras la última campaña de CP3 en Arizona (terminará esa temporada con 37 años y pasando a ser agente libre). Si el proyecto falla y el pick queda entre los mejores 12 del Draft, Phoenix lo retendrá, pero parece bastante probable que quede entre el 12 y el 20 y termine siendo del Thunder. Si se activa la protección y los Suns lo retienen en 2022, las protecciones futuras son las siguientes: top ten en 2023, top 8 en 2024 y sin protección en 2015. Esa primera ronda termina teniendo prácticamente el mismo valor de mercado que el contrato expiring de Oubre.

¿Cómo está ahora el plantel de Phoenix?

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De confirmarse este traspaso, los Suns quedarán conformados por Chris Paul y Devin Booker como guardias, Mikal Bridges y Cameron Johnson como aleros y DeAndre Ayton y Frank Kaminsky como internos, a la espera de lo que sucederá con Cameron Payne, Elie Okobo y Cheick Diallo, con contratos aún no garantizados para la próxima temporada. Paul, Booker, Bridges y Ayton parecen fijas como titulares con un hueco en el puesto de 4 que hoy sería para Cam Johnson, pero que bien podrían reforzar.

Salarialmente los Suns quedan con menos espacio, absorbiendo el contrato de CP3 de 41,35 millones de dólares. Quedándose con Payne como base suplente (1,9 millones en 2020-2021) y cortando a Diallo y Okobo, Phoenix estaría por encima de los 96 millones de dólares en cuanto a salarios. Y eso sin contar al pick 10 del Draft, con un salario establecido de 3,5 millones para la temporada 2020-2021 y la oportunidad de conseguir a otro buen proyecto.

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Renovando a Dario Saric, Jevon Carter (agentes libres restringidos los dos) y Aron Baynes, terminarían de rellenar la rotación y seguramente se pasarían del tope salarial de 109 millones. Pero todavía tendrían la excepción de nivel medio con 9,2 millones y la excepción bianual con 3,6 millones para buscar uno o dos agentes libres de cierto renombre que fortalezcan el perímetro: su situación no cambiará demasiado si no renuevan a Saric, por lo que tiene lógica ahora que el croata continue.

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Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Agustín Aboy Photo

Agustín es productor de contenidos para Sporting News.