NBA Draft 2021: Scouting de José Alvarado, Eugene Omoruyi y Javonte Smart tras su paso por el G League Elite Camp

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Alvarado

Seguimos conociendo a los mejores proyectos del NBA Draft 2021 y en este caso pondremos la atención en el reciente G League Elite Camp, donde varios de estos jugadores salieron a la cancha, no solo realizando diferentes pruebas y mediciones físico-atléticas, sino también disputando cada uno un par de partidos. En esta edición de nuestro scouting del evento, tendremos el foco en tres de los nombres que formaron parte del Equipo 2: José Alvarado, Eugene Omoruyi y Javonte Smart.

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José Alvarado

Alvarado

José Alvarado es un base de 1,84 de estatura y 23 años, que pasó sus cuatro temporadas NCAA jugando con Georgia Tech. Sus mejores números llegaron como senior en la reciente 2020-2021, promediando 15,2 puntos, 4,1 asistencias y 3,5 asistencias, lanzando un 50% de campo y un 39% en triples, además de tener una media de 2,8 robos por encuentro.

A la hora de analizar a Alvarado no se puede empezar por otro lado que por su extraordinaria capacidad para robar balones. Probablemente hablamos del jugador con manos más rápidas de todo el Draft, siendo un verdadero especialista a la hora de desviar balones una vez que es superado desde el drible o simplemente meterse en el drible de su rival. Sus 2,8 robos por partido fueron la segunda mejor marca entre todos los jugadores NCAA de la 2020-2021. Sumó más robos (74) que faltas (59) lo cual habla de su precisión en esos intentos.

Una vez que recupera el balón, Alvarado vuela en transición. De hecho, el área en la que sumó más posesiones fue justamente el ataque en transición, siendo además muy efectivo: 41-63 en sus ataques rápidos, generalmente llegando hasta el aro.

Alvarado también tiene sus recursos anotadores en la media-cancha, especialmente en lo ligado al tiro desde el drible: lanzó un excelente 43% en esos triples y un 40% en dobles largos. Capaz de anotar sobre la defensa en el uno contra uno. Su buena mano también se ve en la línea de libres: 84% en la 2020-2021.

El neoyorquino fue eficiente como definidor en la NCAA, no solo en transición sino también en la media-cancha, pero hay mayores interrogantes en ese sentido de cara al profesionalismo. La falta de estatura o gran salto vertical es un problema claro y no tiene el mejor dominio de la flotadora como para compensarlo. Ya se lo vio con ciertos problemas para definir en el reciente G League Elite Camp, donde enfrentó a rivales de mayor calidad que la norma en Georgia Tech.

Como pasador Alvarado muestra cierta creatividad y cuidó muy bien el balón en la NCAA, pero está lejos de ser un organizador de juego o de tener un potencial alto en ese aspecto.

Defensivamente tiene la gran virtud de los robos pero también sus limitaciones. Es muy bajo, de brazos cortos y solo puede marcar una posición (bases). No es un buen rebotero y la búsqueda constante del robo lo puede dejar en algunas malas posiciones.

Eugene Omoruyi

Omoruyi

Eugene Omoruyi es un ala pivote nigeriano de 2 metros de estatura y 24 años, que pasó sus primeros tres años NCAA en Rutgers, para luego terminar su carrera en Oregon. Ya con los Ducks promedió 17,1 puntos, 5,4 rebotes y 2,3 asistencias en 30,6 minutos durante la 2020-2021. Más allá de no ser alto, Omoruyi posee buenas herramientas, ligadas a un gran largo de brazos y muchísima potencia física, aún sin ser un atleta súper explosivo o veloz.

Más allá de que teóricamente puede proyectarse como un 3-4, hoy su juego es básicamente el de un ala pivote. Casi un tercio de sus posesiones en Oregon llegaron jugando posteado, donde era difícil de contener para los marcadores NCAA debido a su potencia física y algunos buenos movimientos.

Sin embargo, su falta de altura y el no tener el toque más seguro en disparos exigidos hace que sea difícil imaginarlo como un jugador de poste dominante en un nivel de competencia más alto. Solo lanzó un 5-15 en tiros en media-vuelta y un 8-23 en ganchos.

Una virtud importante: su juego físico lo lleva a la línea de libres muy seguido y desde allí lanzó un sólido 77%.

El mayor progreso del nigeriano en esta 2020-2021 pasó por su tiro externo. En Rutgers casi no lanzaba de tres, pero en su campaña en Oregon tomó 5,1 triples por 40 minutos y anotó el 38% de ellos. No tiene versatilidad como tirador, mostrando muy poco en términos de disparo en movimiento, pero lanzó un seguro 40% en catch and shoot. Buen potencial de pick and pop.

El problema de Omoruyi en ataque es lo poco que ofrece desde el drible (sacando penetraciones básicas cuando tiene una línea clara hacia el aro), lo cual hoy hace que no podamos imaginarlo como alero, sino como un interior chico. Ya mencionamos que no tiene tiro en movimiento y tampoco es seguro a la hora de crear su tiro y atacar la pintura. Cuando intentó hacerlo se mostró demasiado inseguro con la bola, sumando 3 pérdidas por 40 minutos. Aunque en su favor, sus 2,9 asistencias por 40 no están nada mal para un hombre grande.

Defensivamente Omoruyi tiene versatilidad por su longitud y potencia física, pero su potencial aquí no es particularmente alto, faltándole una posición clara para defender. No tiene la agilidad para marcar a perimetrales rápidos, pero su falta de estatura lo complica en la pintura. Permitió un 17-34 en acciones de poste bajo y un 12-17 en situaciones de aclarados. Buen rebotero y manos muy rápidas para los robos. Solo 0,7 tapones por 40 minutos.

Javonte Smart

Smart

Javonte Smart es un guardia de 1,95 de estatura y 22 años, que jugó las últimas tres temporadas NCAA en LSU. En la 2020-2021 promedió 16 puntos, 4 asistencias y 3,7 rebotes, compartiendo la bola con otros dos proyectos de este Draft como Cam Thomas y Trendon Watford. Lo primero que destaca de Smart es su excelente altura y largo de brazos para su posición de 1-2, sumándole además buena velocidad. En su contra, no es un atleta demasiado explosivo verticalmente y le falta potencia física, especialmente para un jugador de ya 22 años.

Lo que tiene Smart es habilidad con el balón. De hecho, casi el 50% de sus posesiones en LSU llegaron vía pick and roll o aclarados. En esas acciones, se beneficia por su buena capacidad para lanzar desde el drible: registró un 40% en triples por esa vía en la 2020-2021, además de un 43% en dobles largos. Buen tirador en general, si le sumamos su sólido 39% en catch and shoot.

A la hora de llegar hasta el aro, sin embargo, aparecen mayores limitaciones. Esa falta de explosión y potencia le juegan en contra y tiene problemas para definir. Recurre demasiado seguido a una flotadora que no domina y sus porcentajes en el área restringida son bajos: solo 48% cuando descontamos las ofensivas en transición. Por otro lado, solo tomó 2,5 libres por 40 minutos (aunque lanzó un 86%) marcando esas carencias en el juego de contacto.

Su velocidad y buen manejo sí le permiten ser más peligroso en ataques abiertos en contragolpes, sin tener que enfrentar a interiores o rivales fuertes cerca del aro.

Smart muestra algunas buenas condiciones y creatividad como pasador, pero no es un base puro ni mucho menos. Más del estilo de un guardia revulsivo desde el banco, que alguien capaz de ordenar una ofensiva.

Defensivamente Smart ofrece poco. Su largo de brazos es un plus interesante, pero se ve perjudicado por su falta de juego físico y kilos. No es un rebotero destacado y apenas supera el promedio como recuperador de balones. Tiene desconcentraciones: permitió la tercera mayor cantidad de conversiones vía corte sin balón entre los 27 guardias que analizamos como proyectos del Draft.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Juan Estevez Photo

Juan es productor de contenido en las ediciones en español de The Sporting News.