El sol se alza reluciente en la ciudad de Salt Lake con las últimas adquisiciones que Utah Jazz han realizado. Dennis Lindsey se ha sabido mover como pocos en estos primeros días de mercado y ha encontrado la manera de mantener el núcleo ganador a cambio de perder algunos jugadores insignia de las últimas temporadas y asegurar un futuro que parece sumamente prometedor.
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Aclaración: ningún contrato será oficialmente firmado hasta el final de la moratoria de la NBA, el próximo 6 de julio.
En las primeras horas de la Agencia Libre, el Jazz aseguró a Bojan Bodganovic por cuatro temporadas a cambio de 73 millones de dólares al que añadían a Ed Davis por dos temporadas y 10 millones de dólares. El movimiento de Bogdanovic en un mercado tan pequeño y poco atractivo para los agentes libres como es Utah supone un hito para la franquicia, la confirmación de que el proyecto atrae en lo deportivo y hay verdaderas opciones de asaltar el Oeste. Bogdanovic es, probablemente, el agente libre más importante que Utah firman desde Carlos Boozer en 2004.
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Con la partida de Kevin Durant de la Conferencia Oeste, la debilitación de los Warriors y la incógnita de Houston Rockets, el Jazz aparece como la gran esperanza de la Conferencia. Llamados a formar un conjunto temible en defensa, aspiran a todo y más.
La defensa sigue siendo la clave
Los últimos movimientos de los Jazz certifican su compromiso con el estilo defensivo que Quin Snyder impuso desde su llegada. Pongamos los nombres encima de la mesa que vestirán la camiseta de Utah el próximo año: Mike Conley, Bojan Bogdanovic, Ed Davis y varios rookies de perfil bajo que tanto gustan en los Jazz como Miye Oni y Jarrell Brantley.
A partir de este plantel queda claro que pocas cosas van a cambiar en el equipo, más bien mejorar, precisamente en aspectos en los que el equipo flaqueaba en los momentos clave como era el ataque.
La idea de rodear a Mitchell de especialistas en el lanzamiento como Kyle Korver no llegó a explotar del todo y la oportunidad de añadir a Mike Conley como base principal aseguran un nivel competitivo mucho mejor que el que Ricky Rubio podría haber desempeñado. Conley tiene la rapidez de manos y desplazamiento lateral que tanto se valora en el sistema de los Jazz, un sistema que se basa en conducir todo tipo de penetración hacia Rudy Gobert.
Es decir, dirigir el ataque rival directamente hacia el aro y que Gobert y las ayudas ejerzan su impacto para minar la producción del contrincante. En el caso de Conley esto puede funcionar desde el día 1, acostumbrado a funcionar con jugadores como Marc Gasol y que jamás descansa en este ámbito del juego.
La llegada de Bogdanovic mejora infinitamente el perfil de Korver añadiendo un jugador que a la hora de la verdad se ha comprobado que puede ser un referente ofensivo. La lesión de Oladipo indujo a Bojan a dar un paso en ataque al mismo tiempo que mantenía la solidez defensiva, pasando de 14 a 18 puntos de media y de 0,9 a 1,7 offensive win shares de 2018 a 2019.
La clave de estos tres movimientos es la solidez. Reforzar aquellos puntos débiles en los que los Jazz flaquearon y agregar una mayor consistencia en la defensa con un quinteto titular que asustaría al mejor ataque: Conley, Mitchell, Bogdanovic, Ingles y Gobert.
La versatilidad por bandera
Quin Snyder y la gerencia del Jazz dejan claro que hay esperanza para los mercados pequeños y que la revalorización de activos y los traspasos son el clavo al que agarrarse. El trabajo diario que el staff técnico ha realizado de forma constante con todos los jugadores de los que han dispuesto ha conseguido que algunos de los integrantes del equipo a lo largo del tiempo desarrollen habilidades que antes no tenían. Por otro lado, han exprimido al máximo a segundas rondas para sacarles todo el potencial y convertirlos en activos útiles como el caso de Royce O'Neale.
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En ese sentido, las nuevas incorporaciones como Bogdanovic y Conley traen consigo dos perfiles que Utah necesitaba. Dos two-way players que integren lo mejor del ataque con la consistencia atrás. Bogdanovic ha demostrado ser un buen ejecutor en catch&shot y una incipiente habilidad para penetrar con contacto y sin importar el emparejamiento. De Conley poco se puede añadir a estas alturas que no se haya dicho, un jugador de nivel All-Star que jamás lo ha sido y que tiene 20 puntos cada noche en sus manos.
Lindsey ha rodeado al núcleo del proyecto de dos jugadores de altísimo valor a un coste bajo. Todo para darle un giro a un equipo que en tres años seguidos no ha pasado de semifinales de Conferencia.
Objetivo conquistar el Oeste
Con los Warriors convalecientes, los Lakers en un limbo y Houston siendo una incógnita, Utah Jazz se presenta como la gran alternativa a tomar la iniciativa en la siempre competitiva Conferencia Oeste. La ventana se ha abierto y los Jazz planean llegar a lo más alto por la vía rápida, con su estilo y sin renunciar a todo lo que les caracteriza.
Estas dos adquisiciones vienen a solucionar lo que ha quedado claro en las dos úlltimas ediciones de los Playoffs: faltan puntos. La explosión de Donovan Mitchell no entraba en los planes en 2018 y en la pasada temporada se confirmó que era el jugador franquicia a pesar de su juventud. Sin embargo, más allá de Mitchell los puntos no abundaban, obligando a otros como Ricky Rubio o Jae Crowder a asumir más balones pese a no ser su especialidad.
Las dos incorporaciones respetan la filosofía de trabajo y sudor, pero añaden un talento del que carecían y el destino de estos movimientos no puede ser otro que las Finales de Conferencia. Sobre el papel todo jugador es All-Star y en manos de Snyder y su staff está el poder convertir a este equipo sin una sola estrella en un conjunto capaz de tomar el Oeste.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.