El turismo NBA que logró Manu Ginóbili

Manu conviviendo con sus fans

Más allá de ver un partido en vivo de la NBA (y es que eso es ya muy importante), toda la experiencia es muy buena. Revisar el calendario, ver posibilidades, encontrar de pronto que hay dos partidos en una ciudad no tan lejana para ver a tres equipos que emocionan y buscar los mejores lugares de la ciudad para comer y conocer.

Hace tres temporadas hice un tour en el sur de Texas que empezaba en Houston viendo a Golden State Warriors como visitantes. Fue la famosa temporada del 73 y 9 que los llevó a buscar reforzarse con Kevin Durant . Después la ruta de los Rockets hacia San Antonio y en el camino encontré con los mejores hot cakes en una pequeña cafetería, a unos 20 minutos del AT&T Center donde juegan los Spurs, pero el punto es la experiencia. Trazar un plan, buscar boletos, encontrar cosas que hacer, vivir experiencias, comer en el estadio, conocer a los fans y la de los Spurs es una gran arena con fantástico ambiente. Peculiar como ninguna en la NBA por la cantidad de español que se habla a su interior y no solo porque hay una grandísima y afectuosa comunidad mexicoamericana que le da sabor a cada partido, sino porque hay un turismo que se sabe hacer presente: el del público argentino.

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¿Por qué hacer un viaje de 11 horas en avión para bajar en el mismo continente? Para ver al mejor jugador NBA de la historia de tu país en directo y hacerle saber que no está solo. Nunca lo estuvo. Las banderas, el maquillaje en blanco y azul, las mantas y los carteles que le hacían saber que él es la razón de la caravana. Pero Manu Ginóbili no lo debe sentir como algo natural. Después de todo su carrera no estaba escrita en ningún libro. Hay personas a quienes ves y sabes que están hechas para ser atletas profesionales, pero a pesar de sus 198 centímetros de altura Emanuel no era de ellos. El físico que desplegaba no era el de un superatleta y eso es, quizá, una parte del encanto y carisma que le caracteriza. Durante década y media fue uno de los mejores jugadores de una de las dinastías más exitosas de la historia del deporte y es que, aunque los Spurs para los que jugó no entregaron títulos consecutivos, sí son aquellos que sembraron el terreno sobre el cual consiguieron cuatro títulos (‘03, ‘05 ‘07‘14)  y llegar a los playoffs en 21 años consecutivos y, quién sabe, quizá sean 22 si las cosas siguen marchando por donde van. Y hay que seguir mencionando al argentino porque aún está cercano a la organización y el 28 de marzo ante los Cleveland Cavaliers se conducirá la ceremonia para retirar su jersey con el ya legendario número 20. Un homenaje apenas justo y necesario.

Fans argentinos viendo a Manu Ginóbili

Pero nada le fue regalado. Cuando Manu llegó a San Antonio para ser el suplente de Steve Smith, se encontró con que el ritmo era distinto a lo que él conocía. Pasó su primera temporada lesionado y poco a poco fue encontrando ese ritmo que lo hizo ser parte del segundo equipo de novatos de ese año y desde entonces se volvió parte del plan de juego del entrenador Gregg Popovich. Juntos llegaron a las Finales y vencieron a los Nets. Manu fue condecorado como el atleta del año en su país y así continuó con una carrera distinguida, honorable y merecedora de todas las guirnaldas.

El fenómeno no solo ocurre dentro de la cancha sino en las tribunas y hogares. ¿Alguna vez han escuchado sobre los manuheads? Son seguidores y aficionados que están siempre con los ojos abiertos para difundir cualquier buena acción del jugador. Desde 2011 administran cuentas de Twitter y Facebook con el nombre InfoManu y cuenta cada una con algunas decenas de miles de seguidores.

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Las costumbres se hacen tradiciones y aunque ya no juegue para el equipo, la afición de Spurs desde Argentina sigue viajando. Hay un tour que sale desde Argentina en menos de dos semanas, que incluye seis noches de hospedaje y entradas a tres partidos de San Antonio contra Denver,  Houston y Utah durante los últimos días de enero y los primeros de febrero. ¿Para la ceremonia de retiro? Los hay y no son más baratos.

Ginóbili es un estandarte del equipo pero es un faro para los aficionados. Un ejemplo a seguir. Jugador discreto, trabajador y eficiente. Un hombre que no viene de la capital del país sino de la provincia y eso es también un punto de identificación. La labor que los fans hacen es encomiable y si bien todo aficionado al deporte podrá extrañar el juego de Manu, no serán sino quienes están dispuestos a recorrer los 8 mil 271 kilómetros que separan Buenos Aires de San Antonio los que más le echarán de menos.

Gracias, Manu.

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