Los Brooklyn Nets resucitan a base de filosofía

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Los Brooklyn Nets

El 28 de junio se alcanzaba un acuerdo que sería oficial unos días después. Era verano de 2013 y uno de los peores traspasos de la historia se cerraba . Negativo dependiendo del bando, ya que los Celtics continúan inmensamente agradecidos a los Nets por esos ‘picks’ recibidos.

Paul Pierce, Kevin Garnett y Jason Terry, el día de su presentación con los Nets

El día que Billy King envió a un grupo de veteranos, tres primeras rondas (2014, 2016 y 2018) y el derecho a intercambiar otra más (2017) a Boston apostó todo a una mano. La mano de los veteranos, con cartas nuevas como Garnett, Pierce y Terry, más cerca de retirarse que de sus años dorados. Y no solo realizó un envite arriesgado, sino que destruyó la capacidad de reacción de Brooklyn para los próximos años.

El heredero de Buford, como salvador
Sean Marks

Dentro de la dinastía de los Spurs, la más longeva y alabada de la NBA, existe un árbol genealógico de pupilos. RC Buford, el General Manager, y Gregg Popovich, el entrenador jefe, segregan discípulos de –casi siempre- alto nivel.

En Brooklyn decidieron que era hora de darle la vuelta a la situación. Después de caer en primera ronda en 2015 los cambios se sucedieron rápidamente. El 10 de enero de 2016 los Nets despedían al entrenador Lionel Hollins y reasignaban a King a un puesto secundario hasta desaparecer de la franquicia. Menos de tres años después del gran traspaso, la era King terminaba en un estrepitoso fracaso.

La apuesta en esta ocasión, aunque arriesgada, era de un perfil bajo y de unas posibilidades enormes. El elegido era Sean Marks, joven ejecutivo formado en San Antonio bajo la tutela de Buford.

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Las dudas eran enormes. Sin espacio, sin atractivos, sin rondas propias del Draft… Los Nets eran onsiderados el equipo con un futuro a medio plazo más oscuro en toda la liga. Y la primera elección de Marks era un perfil parecido al suyo, de trabajo bajo el radar, joven y de tendencias modernas. Kenny Atkinson, asistente de Mike Budenholzer en Atlanta. Seis entrenadores en Brooklyn desde 2012 y un nuevo elegido que apenas tenía experiencia. Las dudas eran enormes y estaban más que justificadas.

Una reconstrucción de NBA 2K

Posiblemente ni con el mejor simulador de NBA se podría llevar a cabo una reconstrucción de este tamaño. La empresa era complicadísima, ya no solo por la falta de activos, sino por la degenerada imagen que presentaban los Nets en sociedad. Marks y Atkinson lo hicieron, juntos, trabajando en la misma línea.

Desde el traspaso en el Draft de 2016 de Thaddeus Young a Indiana que consiguió la elección de Caris LeVert, a fichajes de secundarios que brillarían gracias al trabajo del staff técnico, como Joe Harris o Spencer Dinwiddie, hasta enviar a Bojan Bogdanovic a Washington por una primera ronda (Jarrett Allen).

El plan de Marks y Atkinson era contundente. Traspasar a los jugadores útiles por rondas del Draft y activos de futuro, asumir contratos elevados que otros equipos buscaban liberar y firmar talento por desarrollar.

Estamos todos en la misma página”, decía Marks poco después de su contratación. “Hablando con el señor Prokhorov –presente cuando el GM hacía estas declaraciones- ha dejado muy claro que las cosas se van a hacer de forma diferente”.

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Probar a decenas de jugadores en busca de talento oculto, entre los que se encuentran Prince Ibeh, Archie Goodwin o Cliff Alexander. Apostar por veteranos en horas bajas para traer rondas y recuperar su valor, como el caso de la primera y segunda ronda que recibieron por DeMarre Carroll, que darían lugar a Dzanan Musa y Rodions Kurucs.

Apostar brevemente por Jahlil Okafor, enviar el contrato de Mozgov para comerse el de Dwight Howard, liberar a los Nuggets de peso salarial (Kenneth Faried) por otra primera ronda o recibir una segunda por adquirir el último año de Jared Dudley. Todos los movimientos de Marks han ido en la misma dirección. Movimientos que serían inservibles sin el excelente trabajo de Kenny Atkinson.

Un desconocido que ahora es candidato a Entrenador del Año

Kenny Atkinson NBA Brooklyn Nets

La otra parte del trabajo de las oficinas de Brooklyn merece el mismo reconocimiento. Kenny Atkinson llegó a los Nets tras muchos cambios, pruebas y despidos en el puesto de entrenador. Avery Johnson, Carlesimo, Jason Kidd, Hollins y Tony Brown en las cuatro temporadas anteriores. El equipo NBA que más cabezas de entrenadores hacía rodar.

Si bien la primera temporada de Atkinson representa fielmente una transición, plantilla aún sin hacer a su medida y con muchos cambios durante el curso, ya en su segunda temporada se observaba progreso. La 2017-18 mostraba la curva ascendente de Dinwiddie, LeVert o Hollis-Jefferson. Una temporada que enseñaba el baloncesto que practica Atkinson, un juego entretenido, veloz y moderno.

Y solo ha necesitado dos temporadas para tener a los Brooklyn Nets en puestos de Playoffs, con D’Angelo Russell como más que probable All-Star (añadido por la lesión de Oladipo), Dinwiddie como candidato a Sexto Hombre del Año y él mismo como Entrenador del Año.

¿Qué hacen los Nets para situarse sextos en el Este?

Mientras que en el Oeste existe una guerra sin cuartel por meterse en los Playoffs y la clase media es muy potente, en el Este viven una situación totalmente distinta. Al top cuatro de comienzo de temporada (Boston, Toronto, Milwaukee y Philadelphia) se suman los Pacers –ahora sin Oladipo- y desde estos cinco equipos el nivel baja considerablemente.

Detrás de esta élite se encuentran los Brooklyn Nets. Los Pistons de Griffin o los Wizards de Beal deberían estar más arriba, pero por diferentes motivos el vacío existente lo ocupa el sorprendente equipo de Brooklyn. El mejor equipo entre los peores del Este. El mejor después de la élite. Y son divertidos y se lo pasan muy bien.

Los de Atkinson se caracterizan por jugar rápido, por encima de 100 posesiones, y usar mucho el recurso del triple (6º equipo que mayor porcentaje de triples lanza). Un interior móvil y de perfil defensivo rodeado de cuatro exteriores donde normalmente dos se reparten el peso generador. Cortes, ocupación de la esquina contraria y un elevado uso del pick&roll.

El camino del baloncesto moderno que recorren los Nets les lleva a liderar la NBA en penetraciones por partido (más de 52) y se sitúan en el top 5 de pases desde penetraciones, además de estar en el top 4 de equipos que menos lanzan desde la zona prohibida, la media distancia. Esto también se refleja en el rival, ya que permiten pocos tiros desde el triple (5º en la NBA) y de bajo acierto (34,5%, 8º). Llevan a los rivales a lanzar la segunda cifra más alta de tiros desde la media distancia (16,7), y limitar los triples desde las esquinas a la segunda cifra más baja de la NBA por partido (5,2). Otro equipo ‘sabermetrics’.

Atkinson es también un genio ajustando la defensa. El equipo cambia con facilidad de una zona a otra o de defensa individual a zonal. Todo ello con un Kenny Atkinson muy activo en la banda. Y el equipo lo reconoce y le adora.

La madurez de los Nets se comprueba en los partidos que han ganado en el ‘clutch’. Es decir, aquellos partidos en los que la diferencia era de 5 puntos o menos con 5 minutos o menos por jugar. Es uno de los equipos con más partidos ajustados y abrieron la temporada con un 4-12 de registro, que evidenciaba su inexperiencia. Desde entonces marchan 11-3, mostrándose intratables y mucho más seguros.

D’Angelo Russell crece como líder en un equipo sin líder

#Russell

Estos Nets son muy especiales por su construcción y su “estrella”. Atkinson ha creído siempre en la idea de un bloque coral. Todos pueden aportar y todos tienen peso en ataque. Sus rotaciones son largas y profundas. Ni esta ni la temporada anterior hubo algún Net en los 30 o por encima minutos de promedio.

Cuando Marks y Atkinson apostaron por D’Angelo Russell la noche del Draft 2017, traían el mayor talento que ha pasado por sus manos en esta reconstrucción. Un equipo sin líder en el que Russell encajaba a la perfección por filosofía. Una escuela sin los focos de LA ni la presión de Magic, que al traspasarle dijo que buscaba “un líder”.

Su primera temporada fue dura. Tras una abrupta salida de los Lakers y vivir con Byron Scott, pasaba a los silenciosos Nets con Atkinson. Un entrenador que castigaba el mínimo fallo de Russell frente a otro que trata, a partir del fallo, que busque el crecimiento. La vieja escuela frente a las nuevas formas. Un Russell frustrado frente a otro que explota y tiene tramos de altísimo baloncesto.

La ideología de estos Nets es el compañerismo y el bloque. Y no, no es una frase de Disney, es la suya. Creen en el que tienen al lado. Confianza ciega en los compañeros. Un equipo de ‘underdogs’, de inesperados. De repudiados a los que no eligieron en el Draft o que vieron como otros equipos cortaban y traspasaban. La cultura del “Next Man Up”.

Caris LeVert cayó lesionado cuando jugaba su mejor baloncesto. Estrella de los Nets con más de 18 puntos por noche en 29 minutos. Los Nets necesitaron unos partidos para ajustarse y, tras 8 derrotas, llegaron 20 victorias en 24 partidos. Esta es su racha actual y el siguiente hombre cuando LeVert se lesionó fue Russell, que desde el 7 de diciembre promedia más de 21 puntos, más de 7 asistencias y un 39% en triples intentando más de 7 por encuentro. Números, importancia y récord de jugador All-Star. 22 añitos tiene el fiera.

Russell afronta un verano clave. El proceso de maduración parece evidente y se refleja en partidos como el del pasado 28 de enero en Boston, cuando Kenny Atkinson le sentó pese a estar jugándose la victoria contra los Celtics. El entrenador vio pasividad defensiva y mandó a Russell al banco, pese a que esto podía significar la derrota.

Ese crecimiento durante los últimos meses se refleja en la reacción de D’Angelo tras el partido. Calmado, dijo lo siguiente a la prensa: “Cualquier decisión que tome el entrenador tendrá mi apoyo. Nos ha llevado hasta aquí, por lo que confío en sus decisiones. Perdí un rebote, estuve pasivo y esto no le gustó. Tengo que mejorar”. Respuesta de veterano.

Y es que D’Angelo es el reflejo del proyecto de Brooklyn. Un jugador desechado por los Lakers, que salió herido cuando más alto estaba a nivel mediático. Rodeado de silencio, una cultura ganadora en formación y de veteranos que dan buenos consejos, como Jared Dudley, Russell exhibe un baloncesto por el que salió tan alto en el Draft de 2015.

“Creo que su nivel es sostenible”, cuenta un ejecutivo del Oeste a The Athletic. “Es un muy buen jugador que se vio obligado a crecer demasiado rápido en LA y tuvieron poca paciencia con él. Está madurando y convirtiéndose en sí mismo. Brooklyn es una situación ideal para él, puede aprender a través de los errores y ganar confianza”.

Este próximo verano será agente libre restringido y los Nets tienen que decidir qué hacer. Tras la renovación de Dinwiddie, mantener a Russell puede salirles caro y contarían con su particular ‘big-three’: LeVert, Dinwiddie y Rusell. Tres exteriores que demandan balón para producir. En el equilibrio siempre está la clave a la hora de confeccionar plantillas.

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D’Angelo Russell se convierte en un líder de un ataque de Playoffs. Anota, entra en rachas, se esfuerza en defensa e involucra a sus compañeros. Cuando ha repartido 7 o más asistencias, Brooklyn ha ganado 15 de 24 partidos. Es la referencia en ataque.

“Next Man Up”

La filosofía de los Nets se refleja en las rotaciones. Da igual que salgan a pista jóvenes como Kurucs o veteranos como DeMarre Carroll. Hemos visto a Jared Dudley dar minutos fundamentales en últimos cuartos para victorias de Brooklyn. Siempre pueden contar con el siguiente.

Además de Russell, Dinwiddie y LeVert, el trio referencia, en los Nets existe un grupo de jóvenes muy interesantes. Jarrett Allen ya es uno de los mejores pívots defensivos de la NBA y sus 7 pies de altura no evitan su increíble movilidad y manejo del balón. En Allen tienen pívot para una década.

La pareja de europeos Kurucs-Musa ya muestra detalles. Rodions se ha ganado un hueco en la rotación y está asentado como titular. Hace de todo y todo lo hace bien. Es un ‘role-player’ ideal. Mientras tanto, Musa se forma a sus 19 años en la G League, donde ya es uno de los mejores jugadores.

Rondae Hollis-Jefferson vive una temporada intranquila por las lesiones y surgen dudas, pero sigue siendo muy útil por su contrapunto físico y defensivo. Y hay que sumar a Theo Pinson, rookie en contrato dual que gana minutos con la baja de Dinwiddie.

“Le miro muy excitado. ¿Tenemos otro Dinwiddie en Pinson? Es como lo vemos nosotros y lo pensamos desde el día que le firmamos, por su tamaño y la versatilidad. Si demuestra que puede hacerlo bien, como anoche (en referencia a los 19 puntos y 8 rebotes contra los Knicks) será otro joven que añadamos a nuestro profundo grupo de desarrollo”.

Ahí reside una de sus claves, el grupo de desarrollo de jóvenes. Pablo Prigioni, leyenda argentina, forma parte de ese equipo de trabajo y habló con NBA.com Argentina hace unos meses.

“Lo que más me gusta es que el entrenador (Atkinson) tiene una manera buenísima de llevar al staff que es la ideal, y es que todos tienen y pueden dar su opinión, y va en línea con la organización“.

La última lesión grave, la de Dinwiddie, es otra prueba de la profundidad de este equipo. Durante los meses que llevamos de curso, LeVert, Dinwiddie, Dudley, Hollis-Jefferson, Crabbe o Kurucs han tenido problemas de lesiones. Y siempre está el siguiente hombre. Siempre.

El mejor proyecto de baloncesto de Nueva York

En apenas tres años, desde ese enero de 2016, Marks y Atkinson han revivido a los Nets. Sin duda son el mejor proyecto de baloncesto de Nueva York en este momento. Una franquicia que forja una cultura ganadora sobre el esfuerzo y la idea de ser un equipo.

Tienen activos en el Draft, espacio salarial y piezas de traspaso interesantes en veteranos y piezas de rol, como Joe Harris (aka JJ Redick marca blanca) o el propio Dinwiddie. El Barclays Center vivirá de nuevo el aroma de los Playoffs tras cuatro años de ausencia. Cuatro largos años que bien podrían haber sido más de no ser por el excelente trabajo de Marks y Atkinson.

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“No quiero venirme arriba, pero me gusta nuestra trayectoria. Estoy muy agradecido por lo que estamos consiguiendo”, dice Atkinson. Y quién no, Kenny. Cuando una franquicia tiene clara su línea de trabajo y las ideas se transmiten bien, los resultados llegan.

Necesitan tiempo y más espacio. Ya el tiempo dictará cómo recordaremos a los Nets de Marks y Atkinson. De momento el sabor que dejan es muy dulce y su primera recompensa llegará en abril, con su vuelta a los Playoffs. Que disfruten, se lo merecen.

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