De favoritos en la Conferencia Este, a quedarse afuera en Segunda Ronda transmitiendo una imagen muy mala. De ser un bloque coral, unido y en la misma dirección, a un equipo sin química, dudas y problemas de comunicación. Los Boston Celtics de la 2018-2019 fueron toda una historia.
El verano trajo un cambio de plantel, incluido un Kyrie Irving que prometió renovar a principios de temporada y termina uniéndose a Kevin Durant en Brooklyn.
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¿La culpa es de Irving?
.@smart_MS3 sets the record straight on Kyrie Irving's time with the Celtics.
— NBA on ESPN (@ESPNNBA) July 29, 2019
(via @Rachel__Nichols) pic.twitter.com/KLHOyuZ4wW
Públicamente la culpa ha recaído en Kyrie. El base estuvo lejos de su mejor nivel y apareció a rachas, insuficiente para Boston, aunque el resto del equipo tampoco estuvo a la altura. Marcus Smart lo explicó así en una entrevista en The Jump (ESPN).
"Nosotros, no solo yo, el mundo entero y Kyrie sabíamos que él no llegó al nivel de juego que quería. Pero hay otros cuatro jugadores en la cancha y un entrenador. Supuestamente tenemos que ser un solo equipo así que no se le puede echar la culpa solo a una persona. Todos lo podríamos haber hecho mejor, no solo el ayudar a Kyrie, sino ayudarnos los unos a los otros".
Dave McMenamin añadía unas muy buenas palabras sobre Irving. "Después de tres años cubriéndole día a día en Cleveland, no estoy seguro de si le conocía mejor". Lo calificó de "incomprendido".
"He tenido conversaciones con Kyrie cuando las cosas no iban bien y me ayudaba. Y no era sobre básquet. Todo el mundo sabe lo que he pasado con mi madre (falleció por cáncer antes de la temporada), perderla y todo eso. Kyrie era de los primeros en escribirme, en llamarme y hablar. Sobre básquet me ha ayudado a calmarme y entenderlo mejor. Así que, como compañero, lo quiero por todo esto", dijo un sincero Smart.
Todo esto muestra que, en efecto, los problemas de los Celtics de la pasada temporada iban más allá de Kyrie Irving, aunque es innegable que el ex-jugador de los Cavs no tuvo su mejor temporada y chocó con otros jugadores del equipo.
Ahora con Irving en Brooklyn y Kemba en Boston, los implicados miran hacia adelante para construir sus equipos y mejorar.
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