José Juan Barea es un león dentro de la duela, que busca asistir, genera las mejores opciones de tiro para sus compañeros y para él, y sus triples son letales, pero toda esa peligrosidad se pierde cuando sale de la cancha. Así describió su papá Jaime, al movedor de los Dallas Mavericks en un reportaje de ESPN, quien llevó ayuda humanitaria para Puerto Rico cuando el huracán María azotó a la isla.
En ese entonces, Barea se estaba preparando para la temporada 2017-18, pero el desastre que causó el fenómeno meteorológico en la isla del encanto provocó que parara por unos días su entrenamiento para viajar a su país. Mark Cuban, propietario de los Mavs, le prestó su avión privado para que volara y cuando regresó a Estados Unidos, su esposa, Viviana Ortíz, organizó una recolecta para ayudar a sus compatriotas.
“En la cancha es un león, pero afuera es un minino”, describió su papá Jaime a JJ, quien como figura de Puerto Rico decidió tomar un rol diferente y siguió el ejemplo de Roberto Clemente, un beisbolista que murió a los 38 años en 1972 en un accidente aéreo cuando llevaba ayuda humanitaria a víctimas del terremoto en Nicaragua.
“Ese es nuestro ejemplo, tenemos que seguirlo”, describió Barea. “Pienso que hicimos un gran trabajo, hicimos un gran trabajo al ayudar. Los basquetbolistas, los beisbolistas, los artistas, cantantes, todos. Tenemos que ayudar”.
Durante la penúltima ventana FIBA, México visitó tierras caribeñas para medirse en un partido que se ha convertido en una rivalidad. Al final, Puerto Rico venció a los aztecas y el ambiente en la arena fue indescriptible.
“Es especial, hombre. No hay palabras para describir ese sentimiento, el juego contra México, el ambiente, la gente”, dijo. “Será un proceso para recuperarnos del huracán. Para mucha gente ha sido un problema. Están buscando regresar a la normalidad. Noches como esta, para la gente que no pudo venir al partido y verlo en tele, y para todos los que estuvieron ahí, fue especial”.