Solo han tenido que pasar cuatro temporadas para que Mike Budenholzer volviese a ocupar el lugar que merecía junto a los mejores. Era cuestión de tiempo que Budenholzer regresase al lugar que nunca mereció abandonar, los Milwaukee Bucks le tendieron la mano después de que su proyecto en Atlanta Hawks se agotase y el nativo de Arizona ha respondido con creces. El veterano técnico se ha hecho con el premio al Entrenador del Año de la temporada 2018-19 por delante de Mike Malone y Doc Rivers.
MÁS | La lista de entrenadores ganadores del COY
Un récord de 60 victorias y 22 derrotas le han bastado para ganarse la confianza de los críticos, revalidando el galardón de 2015. Los Bucks le entregaron las riendas de un equipo cargado de potencial, con un jugador generacional como Giannis Antetokounmpo y con un grupo de jóvenes dispuestos a todo. Varios años de proyecto demandaban un cambio de rumbo, de metodología y estilo, algo que pudiese sacar el máximo de su gran estrella. Y Budenholzer dio con la tecla.
"Esto es bastante increíble", decía Mike. "Ha sido un año especial. No puedo estar más que agradecido por poder ser su entrenador (de los Bucks) y solo busco seguir consiguiendo grandes cosas para el equipo".
La llegada de Budenholzer supuso una versión hasta ahora desconocida de Antetokounmpo precisamente. Mike planteó un ecosistema pensado única y exclusivamente para el griego. Espacios, pick&roll frontal y un carril despejado para poder arremeter contra el aro. Antetokounmpo y Budenholzer han formado una dupla destructiva en regular season, tanto en ataque como en defensa y consiguieron ser el mejor récord de la NBA.
Todo ello después de una travesía por el desierto en Atlanta Hawks a los que llevó a lo más alto y una y otra vez acabó chocando contra LeBron James. Con Budenholzer los de Georgia se clasificaron en todas las temporadas para los Playoffs con salvedad de la última (2018), año en el que el proyecto perdió a todos sus activos y apenas consiguió un récord de 24-58.
Los Hawks de Budenholzer representaron una ráfaga de aire fresco que sacudió la conferencia Este. Un estilo propio, traído directamente desde los Spurs, y que se basaba en lo que Al Horford y Paul Millsap fuesen capaces de generar. Rapidez, generosidad y libertad de ejecución. Atlanta tocó su techo en 2015 donde llegó a las Finales de Conferencia con el mejor récord, al igual que en esta temporada, y finalmente perdió contra los Cavs por 4 a 0.
Años más tarde ha conseguido repetir la gesta y elevar el nivel del equipo a la máxima expresión. Budenholzer tiene un futuro brillante como técnico en Wisconsin, con un equipo joven y a su plena disposición. Sin embargo, Budenholzer no olvida el decepcionante final de temporada en la derrota frente a los Raptors en finales de Conferencia y ya pone su foco en el verano, un momento clave en el que quiere mantener el grupo al máximo. "Creo que mantener al grupo unido es fundamental para nosotros. La continuidad es algo que es importante, pero no solo la continuidad. Sentimos que es un grupo increíble", aseguraba Mike.
"Lo que hicieron en la cancha este año, incluidos los playoffs, fue especial. Al final no fuimos lo suficientemente buenos, pero ciertamente sentimos que tenemos suficiente talento, tenemos suficiente carácter para ser un equipo que juega en las Finales y gana un campeonato. Así que solo tenemos que mejorar, los jugadores individualmente deben mejorar, como entrenador tengo que mejorar. Es emocionante pensar después del primer año en todas las áreas en las que podemos mejorar. Si hacemos eso, creo que nos sentiremos realmente bien con respecto a dónde vamos", cerró el entrenador de los Bucks.