NBA Playoffs 2021: ¿Conseguirá Mike Budenholzer romper su techo de cristal en Finales de Conferencia?

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En el momento en el que San Antonio Spurs se coronó campeón de la NBA en junio de 2014, no fueron pocas las voces que se alzaron para reconocer buena parte del mérito en la construcción del sistema ofensivo de Mike Budenholzer. Para entonces, el técnico de Arizona ya había concluído su primera campaña como entrenador jefe en Atlanta Hawks, firmando una temporada memorable y siendo eliminados en Primera Ronda por Indiana Pacers (4-3).

La imagen pública de Bud en los siguientes años se fue forjando alrededor de su enorme capacidad para la construcción de sistemas ofensivos eficientes en donde el pase y el uso de los espacios alcanzaba su máxima expresión. A él se debe sin ir más lejos el desarrollo de la idea del pace and space (ritmo y spacing) que los mencionados Spurs llevaron a lo más alto. 

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En muy poco tiempo, Budenholzer hizo de Atlanta un equipo candidato y con aspiraciones a ser la gran alternativa a Cleveland Cavaliers en el Este. Razones no le faltaban, más teniendo en cuenta el cartel de los jugadores que integraban el plantel, entre los que se encontraban, por mencionar algunos nombres, gente como Kyle Korver, Jeff Teague, Al Horford o Paul Millsap, entre otros. A este elenco de figuras que estaban lejos de ser estrellas las llevaría a un balance de 60 victorias y tan solo 22 derrotas en la campaña 2014-2015, razón por la que sería nombrado Entrenador del Año, siendo este el mejor balance de toda la historia de los Hawks.

Es aquí donde comienza una peligrosa narrativa que acompañaría al actual técnico de los Milwaukee Bucks en adelante, aquella que defiende que Budenholzer es un fantástico entrenador durante la Fase Regular y que en los Playoffs tiende a diluirse. 

Budenholzer Schroder Atlanta Hawks NBA

En la postemporada de 2015 los Hawks lograron superar sin muchas complicaciones a Brooklyn Nets (4-2) y Washington Wizards (4-2), manteniendo su filosofía y estilo de juego. En otras palabras, Atlanta confió en la que había sido la base de su éxito y que no había dado síntomas de poder venirse abajo, esto es, una gran presencia del pase como elemento de creación de ventajas, búsqueda constante de la inversión para forzar a la defensa rival a estar incómoda así como un uso eficiente de los tiradores. Una apuesta que les valió para que todos sus titulares pudiesen finalizar los Playoffs promediando más de 10 puntos por noche y sin que ninguno superase los 16, algo bastante inusual en la NBA.

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Sin embargo, en Finales de Conferencia los esperaba nada menos que los Cleveland Cavaliers de LeBron James, quienes no tuvieron problema alguno para desquitarse de Atlanta, a los que barrieron por la vía rápida, venciendo por 4-0. El hecho de ser superados sin opción a réplica no fue lo que ayudó a comenzar a establecer el relato acerca de los equipos de Bud, sino que no tuvieran armas ni argumentos para corregir las deficiencias que expuso el conjunto liderado por David Blatt. 

Un año más tarde la historia volvió a repetirse. Los Cavs no solo los barrieron nuevamente, sino que rompieron en el segundo partido el récord de triples anotados en un partido de Playoffs con una perfecta interpretación del ritmo y el espacio. Como una macabra broma a lo que venía a representar y liderar Budenholzer. Esos dos fracasos consecutivos en Playoffs hicieron posible que el núcleo duro de los Hawks se rompiese, saliendo piezas como Al Horford o Jeff Teague y entrando en una fase de contracción en la que la relación entre el entrenador y la gerencia se fue deteriorando paulatinamente hasta su salida en 2018.

bucks, budenholzer

El desembarco de Mike Budenholzer en Milwaukee Bucks fue percibido como el reseteo perfecto para ambas partes. Los anteriores técnicos no habían logrado sacar el máximo potencial de un plantel comandado por un Giannis Antetokounmpo en plena efervescencia y el head coach necesitaba un nuevo reto a su altura. En un abrir y cerrar de ojos descifró al griego, elevándolo a su mejor nivel hasta ese momento, construyendo un sistema que bebía de su producción y haciendo de él el primer MVP europeo desde Dirk Nowitzki (2007).

Los de Wisconsin terminaron el curso en lo alto del Este sin muchas complicaciones con un balance de 60-22, llevándose Budenholzer el premio al técnico del año como sucediese en 2016 y sin visos de que alguien pudiese hacerles frente hasta unas hipotéticas Finales. Era tal el rendimiento de los Bucks que daba la sensación de no haber un modo conocido de frenar a Antetokounmpo. 

Con 2-0 de ventaja en las Finales del Este ante Toronto Raptors, todo parecía de cara para que, finalmente, Budenholzer consiguiera aquello de lo que se vio privado en Atlanta y de demostrar a todo el mundo que el pasado había quedado atrás. Nada más lejos de la realidad. Nick Nurse y su staff se reorganizaron, ajustaron en un abrir y cerrar de ojos, tejiendo un muro de ayudas impenetrable que contuvo a Antetokounmpo hasta dejarlo en 20,5 puntos con un 43% de acierto en tiros de campo, bajando considerablemente al ser defendido por  Kawhi Leonard (35%). Los Bucks perdieron los siguientes 4 partidos y quedaron eliminados de los Playoffs por quienes serían campeones a la postre.

Desde entonces la imagen pública de Bud no ha hecho más que deteriorarse, siendo percibido como un entrenador estanco, que rechaza los ajustes y cambios en el plan de partido. Una decisión arriesgada dado el tipo de juego que se profesa a día de hoy. 

A punto de arrancar las Finales de Conferencia del Este, las segundas en su etapa en Milwaukee, es obvio que esta eliminatoria marcará el destino de Mike Budenholzer al corto y medio plazo. Una oportunidad como esta de llegar a las series por el anillo es probable que no vuelva a darse y la apuesta realizada por la gerencia en términos deportivos y económicos ha sido alta para agradar a la estrella. Así se da una irónica circunstancia por la cual si ganan los Bucks Bud habrá roto su techo de cristal en términos de resultados, mientras que de suceder lo opuesto, verá como su antigua franquicia, la primera que le dio una oportunidad en la NBA, logra antes su objetivo que el propio entrenador. 

Llegados a este punto, ¿estará dispuesto Mike Budenholzer a ir mutando conforme avance la serie para conseguir sus objetivos o bien se mantendrá fiel a sus principios? La respuesta la empezaremos a conocer en unas horas.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Sergio Rabinal Photo

Sergio es productor senior de contenido en las ediciones en español de The Sporting News.