Eduardo Nájera y sus anécdotas con Michael Jordan

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Michael Jordan y Eduardo Nájera

De los cinco mexicanos que jugaron en la NBA, Eduardo Nájera fue el que tuvo una carrera más exitosa. 13 años en los que pasó por los Dallas Mavericks, Denver Nuggets, Golden State Warriors, New Jersey Nets y Charlotte Bobcats, en los que disputó 619 partidos de temporada regular y 59 más de Playoffs.

Cuando el sueño del de Meoqui, Chihuahua, de llegar a la mejor liga deportiva del planeta empezó a forjarse, era una época muy distinta y era impensable contar con la tecnología actual en la que casi en cualquier dispositivo electrónico puedes ver cualquier juego de la Asociación. En ese entonces, Eduardo se subía al techo de su casa para colocar la antena parabólica y así poder seguir los juegos que se transmitían en México.

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Durante ese tiempo en el que al chihuahuense le tocó ver la NBA por televisión, vio la magia de Michael Jordan y los Chicago Bulls como los máximos referentes. Su talento enamoraron a Nájera, quien como muchas personas en el planeta, querían ser como Su Majestad. Sin embargo, con el paso del tiempo, Lalo creció y como él lo cuenta, se dio cuenta que no tenía el talento del dorsal 23 y se enfocó en ser como Scottie Pippen.

Él (Jordan) comenzó mi sueño, cuando me di cuenta que no iba a ser como Michael Jordan, empecé a ver mi juego como el de Scottie Pippen, y luego llegó Charles Barkley y me gustó; fue una combinación de esos dos”, contó en entrevista con NBA Global.

En el 2000, Eduardo llegó a la liga tras ser elegido en la segunda ronda del Draft por los Houston Rockets y traspasado a los Mavericks. En esa temporada, Michael ya se había retirado después de ganar su sexto campeonato con los Chicago Bulls, pero volvió para la 2001-2002 con los Washington Wizards y le tocó enfrentarlo. En las siguientes dos campañas, Nájera y Jordan se volvieron a ver la cara en par de ocasiones, para convertirse en el único mexicano en la historia que enfrentó a Michael en la NBA.

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Con el estreno del documental “The Last Dance” alrededor del planeta, Eduardo Nájera habló con NBA Global para contar varias anécdotas con Jordan: cuando se atrevió al trash talk con Su Majestad, el día que lo vio darle una cátedra a Stephen Jackson cuando ya se había retirado, la ocasión que le clavó el balón y más.

Impresiones de “The Last Dance”

Michael Jordan

“(El documental) me hizo regresar a los noventas. Es cuando los Bulls empiezan a competir por el primer campeonato. Después de dos años me empecé a dar cuenta que no tenía el mismo talento que Michael y ya estaba un poco más alto. Me empecé a enfocar en Scottie Pippen, ese fue el tipo que dije, ‘puedo ser un jugador como Scottie Pippen’. Lo mejor es que me tocó jugar en contra de los dos. Contra Michael ya en sus últimos años, pero con Scottie me tocó en los Playoffs, cuando estaba en Portland y me tocó defenderlo, pasado ese proceso del que están hablando en este documental. Es algo increíble, porque puedo relacionar mi carrera con la de ellos, no en los noventas, por el 2002, 2003, que fue cuando tuve la experiencia de vencer a Michael y a Pippen”.

Primer enfrentamiento contra Jordan

Michael Jordan y Eduardo Nájera

Después de que Eduardo Nájera jugó 40 partidos de temporada regular en su año como novato y promedió el 42,4% desde la línea de castigo, en el primer juego de la campaña 2001-2002 los Mavericks enfrentaron a los Nuggets. Por una lesión de Donell Harvey en el segundo cuarto y que ya no pudo lanzar los tiros libres, el entrenador de Denver, Mike Evans, eligió de la banca al peor anotador desde esa distancia. ¿Quién fue? Nájera. Entró y encestó los dos, y firmó una buena actuación en la que tuvo 9 puntos, 10 rebotes, 2 tapas, 1 asistencia y 1 robo. A partir de ahí, empezó a tener mayor regularidad hasta que, nueve juegos después, le tocó a Dallas recibir a los Washington Wizards de Michael Jordan.

“Después de ese partido empecé a jugar, y viene Washington con Michael Jordan. 6’6 (1,98 metros), 240 libras (108 kilogramos), ya no estaba jugando de guardia, de delantero de poder, en la posición 4, que es mi posición. (Yo) estaba en la banca, pero ya en la rotación. Cuando entro a la cancha, recuerdo ver al equipo a Jordan con el uniforme de los Washington Wizards. No podía respirar, porque no podía creer que estaba viendo a uno de mis ídolos, el que comenzó mi sueño en mi carrera, lo sentí como si estuviera en un videojuego en el cual yo estaba en un disfraz. Me toca defenderlo y defenderme a mí”.

“Por minutos, al caminar dentro de la cancha fue algo que no podía contener, una emoción gigante de estar al lado de él, de defender al mejor jugador de la historia de nuestra liga, al mejor atleta del mundo. Empieza la acción del juego y me despierto a empujones, agarrones; el juego me despierta, en aquel entonces era muy físico. Me despierta la competitividad mental, mi energía, mi intensidad y hasta cierto punto comienzo a jugar como si fuera mi último partido, porque no tenía contrato garantizado”.

“La mejor anécdota que tengo dentro de la cancha es que cuando le bajo el primer rebote ofensivo y anoto, veo en su rostro un enojo, una furia que me hizo dudar a mí también. Dije: 'Ya lo desperté'. Aparte empecé a decir tonterías, diciéndole ya estás viejo, ya que te cambien, no vas a poder bloquearme, te voy a agarrar todos los rebotes. A él le gustó esto, entonces lo desperté, empezó a jugar un poco más fuerte. Dos o tres jugadas después, lo mismo pasa. Estaba furioso y mi intensidad, mi energía, mi atletismo era mejor que el de él. Hasta cierto punto me sentí un poco mal porque quería que le fuera bien, que jugara bien contra nosotros, que actuara como el Michael Jordan de antes. No le bajé a mi intensidad, ganamos el partido y al final tuvo que aceptar que era difícil para él competir a nuestro nivel y sí lo hizo. Cuando llegas a esa edad sí lo haces, pero eres muy inconsistente”.

El día que le dio cátedra a Stephen Jackson

Stephen Jackson con los Charlotte Bobcats

En la parte final de la carrera de Eduardo Nájera jugó en los Charlotte Bobcats, después de que los Mavericks lo traspasaran junto con Matt Carroll y Erick Dampier, a cambio de Alexis Ajinca y Tyson Chandler. En las campañas 2010-2011 y 2011-2012 jugó ahí el mexicano, y ahí terminó su paso como basquetbolista profesional. Para ese entonces, Michael Jordan ya era el accionista mayoritario del equipo.

“A sus 50-51 años, (Jordan) se bajó a practicar con nosotros. Estaba Stephen Jackson, Joe Wallace, yo, los jovencitos, Boris Diaw. Estábamos teniendo una mala racha, teníamos un equipo algo bueno. El año pasado habían llegado a Playoffs, entonces era la misma expectativa. Teníamos esa mala racha y se bajó a jugar 5 vs. 5 y era increíble. Ya cuando me tocó jugar contra él, en el 2001, que es el juego que más recuerdo, lo veía y no tenía la estamina, la intensidad, ya tenía 38, 39 años; se veía que no podía sostener el ritmo”.

“Esta anécdota en la práctica fue en media cancha, entonces no había que correr y se metió a jugar Charles Oakley, entonces era él y otros tres jugadores del equipo. Decías, ‘no le voy a meter toda la intensidad’ y yo ya estaba viejo, tenía 35 años, sentía la empatía y algo de emoción porque yo estaba en ese momento de mi carrera como en la que estuvo él en los últimos años y no podía competir al máximo. Era tirador de tres puntos, me mantenía en la esquina o arriba, esperando que me llegara el balón y tirara de tres puntos”.

“No lo defendí yo, lo defendió Stephen Jackson. Yo tenía a Charles Oakley, que estaba ya como yo, su cuerpo todo deteriorado y con dolores. Para mí era más fácil defender a Oakley. Se le ocurre a Stephen Jackson empezar a competir con Michael. (Jordan) le dio una cátedra de básquetbol enfrente de todos nosotros a sus cincuenta y tantos años, nos ganaron los juegos y Michael no jugaba, pero nos quedábamos en media cancha”.

“Se la daban en el codo o en el ala, que fue su mejor lugar para anotar porque lo aislaban, era dejarlo solo, uno contra uno y la práctica se vuelve uno contra uno: Stephen Jackson y Michael Jordan. No podía creer la habilidad y la mentalidad a sus años contra otro joven. Le dio una cátedra, básicamente le dio a entender las razones por las que no estábamos ganando y no podía defender a alguien de su edad. Le pegó en el ego a Stephen Jackson. Esa cátedra de básquetbol le dio sentido a Stephen Jackson y empezó a jugar mil veces a la defensa y ataque, y empezamos a ganar partidos. Se tuvo que hacer ese tipo de práctica para motivarlo”.

El día que le clavó el balón a Michael Jordan

Michael Jordan, Dirk Nowitzki y Eduardo Nájera

“En una práctica, hubo una jugada y Michael estaba viendo la práctica. Tuve una jugada, hice una finta de tres puntos, un bote, brinqué y creo que fue Gerald Wallace el que me intentó taparme, pero brinqué a clavar el balón dentro del aro con fuerza, pero la fallé. Y Michael estaba riéndose al lado y empezó a decirme, 'Eduardo ya estás viejo, ya no puedes brincar, ya no puedes hacer eso, juega con tus fortalezas’. Empezó un poco burlarse de mí, lo cual está bien, no lo tomé un insulto, para nada. Viene del mejor jugador del mundo y acababa de hacer presencia en esa práctica y le dije tienes razón, ya no puedo brincar, tengo que tomar el tiro de tres puntos”.

“Ya se había terminado la práctica, estaba tirando cerca de la canasta. La mejor anécdota que tengo con él, lo vi, agarré el balón, brinqué, se la clavé a él por detrás. La clavo, pero físicamente le pongo el antebrazo en la espalda, la clavo y voltea a ver, pregunta que qué está pasando. Le dije, todavía la puedo clavar, sí puedo brincar todavía y, por cierto, aquí tengo el video, lo voy a poner en YouTube. Era una farsa, no estaba grabando. Me dijo que no, le dije no te creas, te quería demostrar que sí podía brincar. Así fue como me desquité con él”.

El lado humano de Jordan

Michael Jordan

“Me tocó ir a ver a comunidades en Charlotte y vi el lado humano de Michael Jordan. Me tocó verlo convivir con los niños, con los adultos, en un evento social. En el documental hay una toma donde se niega a dar un autógrafo, lo cual no se ve como un profesional. Lo que pasa es con Michael es que antes de un partido, todo era negocio. Su mentalidad era ganar y no estaba ahí para atender a toda la gente. Él se tomaba todo el tiempo y estando al lado de él, platicando de la importancia de la educación de nuestros jóvenes en Charlotte, vi el lado humano que por lo regular no lo hace con cámaras, y ahí no teníamos cámaras”.

“Lo hizo porque realmente se preocupa por la comunidad. Él es de Carolina del Norte, era impresionante la diferencia que él hacía con nuestros jóvenes. Tiene algo mágico. Yo lo vi por televisión en los noventas y cambió mi vida, mi mentalidad y me hizo creer poder llegar a la NBA y tener una carrera como profesional. Tiene eso mágico, porque cuando entra a cualquier lado y la manera en la que se comporta, en la que habla con los jóvenes, adultos, la importancia de mejorar, se notaba que estaba haciendo rápidamente la entrevista con la comunidad, con nuestros jóvenes. Había muchísimas niñas que se notaba rápidamente en sus ojos, se notaba rápidamente lo que les daba y les dejaba más allá de un autógrafo, una foto. El impacto es increíble”.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

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