Luka Doncic hace tiempo que dejó de ser una estrella más para formar su propia constelación. Dentro de los grandes jugadores y All-Stars de la NBA, el esloveno alcanzó rápidamente una categoría diferente, superior. Su nivel de impacto en el juego y poder mediático lo sitúan, con apenas 22 años, entre los nombres propios del mundo del básquet. Sin embargo, no siempre fue así.
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Todo tiene un inicio, un punto de arranque que lo marca todo. Luka es conocido por su periplo formativo y competitivo en el Real Madrid, ese equipo al que todavía profesa su amor desde el otro lado del charco. Es el principal embajador merengue en los Estados Unidos de América. ¿A qué se debe? A unos años de felicidad que siempre guardará con cariño en su memoria. A los que recordará con nostalgia dentro de un tiempo.
Doncic fue el principal rostro del cambio del Real Madrid con el básquet de cantera. Una etapa dorada que todavía se extiende y que atiende a una razón mayor, el excelente trabajo del club en todas las áreas del básquet. Filosofía aplicada a una forma de trabajar y comprender el juego. Y en ese contexto, en los felices años de Luka en Madrid, una parte de responsabilidad recae en José Luis Pichel.
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José Luis Pichel (Madrid, 1980) es un entrenador centrado en el desarrollo de jóvenes talentos. Actualmente trabaja en el filial del Urbas Fuenlabrada, con quienes disputará a partir del 13 de mayo la fase de ascenso a LEB Plata de Liga EBA. Uno de los mejores entrenadores de formación del entorno madrileño y habitual en diferentes cursos y charlas.
"Viví en Real Madrid un poco el cambio, el empezar a tener mejores jugadores y ganar campeonatos de España. De hecho creo que el primero en 14 años lo ganamos con Luka en infantiles", recuerda el entrenador. "El cambio a Fuenlabrada son situaciones, no diría que parecidas, porque cada club tiene una situación especial, pero es entrenar jóvenes a los que ayudas a llegar a su máximo potencial. Estoy muy contento con mi vida. Voy al día a día y me gusta mi situación".
Antes de su etapa en el Fuenlabrada, Pichel estuvo 10 años en la cantera del Real Madrid, donde coincidió con Doncic. Juntos trabajaron dos años y, desde entonces, ha recibido y recibe llamadas sobre el astro esloveno, como la de NBA.com. Aquí, lo mejor de una charla sobre básquet, formación y, por supuesto, el bueno de Luka.
Los inicios de Luka Doncic en el Real Madrid
"Fueron dos temporadas juntos", empieza Pichel. "La primera, a caballo entre cadete e infantil; y la segunda ya lo entrené en el cadete. Me acuerdo perfectamente de la primera vez que le vi porque yo hice el primer entreno de esa temporada. Vienen jugadores a probar e hice el primer entrenamiento individual. Me acuerdo perfectamente de aquel día".
Tras su aterrizaje desde el Olimpia Ljubljana, Luka fue quemando etapas a gran velocidad en el Madrid, siempre acompañado de éxitos. Campeón y MVP de la Minicopa (2013) nada más llegar, lista a la que añadiría diferentes logros hasta su debut con el primer equipo (30 de abril de 2015) y su salto a tiempo completo con los mayores.
"Luka estaba en un entorno donde muchos trabajábamos con él. Mi trabajo es desarrollar el talento de los jóvenes, pero por la relevancia y lo especial de su caso yo me siento un privilegiado. El impacto que él tiene en el mundo del básquet es muchísimo mayor. Me siento un afortunado y es una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida".
Por aquel entonces nadie consideraba lo que sería en la NBA. Aunque en su magnífico y siempre bien estructurado entorno era un escenario muy real. Todavía faltaban un tiempo, pero Luka comenzó a acudir al P3 en California en 2015 para conocer mejor su cuerpo, como bien cuenta Andrés Monje en este fantástico artículo. El proyecto Doncic aunaba talento, carácter y trabajo con el entorno ideal.
"Ya en el primer entreno fue bastante evidente que estábamos ante algo especial. Era mejor que el mejor jugador de la generación", recuerda Pichel. "Es cierto que mucho de su juego tiene que ver con lo colectivo. Es cuando se dan esas situaciones cuando te das cuenta que hay alguien en cancha para el que esas situaciones van a una velocidad distinta. Mientras que para todos va muy rápido y no pueden procesarlo, él juega a una velocidad más lenta y ejecutando todo con precisión. Eso se va viendo poco a poco con el paso del tiempo".
La formación del talento
¿Cómo se trabaja con un producto así? Se trata de un joven aún menor de edad y de proyecciones estratosféricas. "Lo primero es intentar no romper nada", deja claro el entrenador. "En ningún momento tomar decisiones que puedan ir en contra de su desarrollo. Hay que empujar todas sus virtudes al máximo. Nosotros teníamos una planificación de trabajo, de todas las cosas que teníamos que ir haciendo. Si eso ha servido para que él llegase a lo de hoy, pues estoy supercontento".
Destaca ese "no romper nada". Quizás con casos como el de Luka pueda ser más complejo, donde la diferencia de talento es inequívoca, pero se aplica a cualquier caso. "A veces los entrenadores tenemos una serie de premisas, ya sea por desarrollo físico, edad o lo que sea, hay cosas con las que necesitamos más paciencia para implementarlas. Sea un caso especial o no, cuando veas que se van completando los pasos no puedes ser el stopper, tienes que ser el facilitador. Esa era un poco la tarea que intentábamos hacer con Luka. Estos jugadores son un poco distintos. Su capacidad para aprender, entender, ejecutar o ver el juego es altísima. El trato es un poco diferente".
"Aparte de las planificaciones y del trabajo proyectado también está el día a día. Tienes que ser ágil para reaccionar a lo que es el jugador y su velocidad de aprendizaje. Luka tenía el foco principal, era el proyecto principal a desarrollar. En nuestro caso teníamos la premisa de no ralentizar los ritmos de aprendizaje, que en el momento que Luka estuviese listo para dar un paso, darlo. Si Luka puede hacer esto, pasamos a lo siguiente. Que en ningún momento estuviésemos condicionados ante el ritmo de aprendizaje de Luka", sentencia Pichel.
El Luka de calibre MVP en la NBA
Doncic es un escándalo de jugador, pero lo cierto es que nadie esperaba un rendimiento tan inmediato de estrella de auténtica élite. Es cierto que, de nuevo, cuenta con una gran franquicia que hizo bien en darle las riendas y construir a su alrededor. Pero es indiscutible que, por mucho potencial que tuviese, nadie lo proyectaba como candidato a MVP en su segunda temporada. Y la revolución que supuso con los votos para el especial All-Star de Chicago y su salvaje aparición en Playoffs contra los Clippers.
"Entonces él era más joven, pero lo he seguido de cerca. El jugador al que ha ido, no sé si el nivel, pero sí en las últimas etapas había esa sensación de que, enfocado como generador de juego, más allá de la posición, sabiendo que él es el primero que genera las ventajas, esa misma esencia sería la que se trasladaría a la NBA. No soy un experto del básquet norteamericano, creo que hay algunas cosas que son difíciles de relacionar con Europa. La orientación como jugador, como líder y generador de ventajas me parecía lo más evidente en cuanto llegara".
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En su temporada de novato terminó como el 9º jugador con más tiempo de posesión de balón por partido (6,5 minutos), dato que aumentó tras el traspaso de Dennis Smith Jr. Pero en su segunda campaña, la de la explosión, fue 2º (8,9) por detrás de Trae Young, esa figura con la que estará vinculada de por vida. Y en la actual 2020-2021 nadie tiene más tiempo la bola que él (9,2).
Ha desarrollado su cuerpo estos últimos años y ofrece una imagen más grande, con el objetivo de adaptarse al físico de la NBA. Abusar de rivales al poste o poder dejarlos a su espalda y que no le superen. Pero, ¿cuál es la gran diferencia de Luka como generador?, ¿sus revoluciones inferiores y veloz comprensión?
"No es tanto la velocidad a la que juega, él puede decidir si juega más rápido o más lento, sino la velocidad a la que entiende el juego y la velocidad a la que ejecuta. No es solo verlo, es ejecutarlo con una precisión altísima. Cuando juntas esas dos cosas estás hablando de un jugador que va a ser uno de los mejores de la historia".
Un aspecto muy interesante es cómo defender a Doncic o, al menos, como contenerlo. Dallas tiene uno de los planteles más pobres alrededor de una de las estrellas diferenciales de la liga. Impulsados por su liderazgo y unos esquemas ofensivos que en la 2019-2020 fueron tendencia, le preguntamos a Pichel cómo plantearía su estrategia sobre el esloveno.
"Cuando te planteas parar a Dallas te planteas parar a Dallas, no parar a Luka. Dentro del plan tendrás tu trabajo sobre Luka, pero no va a ser siempre igual. Meter nivel físico le va a costar, traps para que suelte el balón. En Europa estas situaciones son más complicadas de ver, incluso cuando las vimos en algunos casos. Recuerdo el Europeo que ganó Eslovenia. Te mataba. Tiradores abiertos y pases muy precisos. No es fácil, porque luego además tiene altos porcentajes en tiro sobre drible, que le están dando la capacidad de generar sus tiros. Cuando llegó a la NBA algunos de los gurús dijeron que no tendría la capacidad de generarse sus propios tiros".
"Salvando las distancias creo que hay un jugador similar en Vasilije Micic. Cada día le hacen un plan diferente y sigue metiendo 20. Y si se va a OKC seguirá metiendo 20. Lanzarle traps puede funcionar, pero con tiradores puede hacerte mucho daño. Hay muchas cosas. Tienes que tener plan para poste bajo, pick&roll frontal… A priori que Luka te anote puede ser un problema, pero que Luka te anote y haga anotar a los demás es un problema que puede ser mayor. Quizás intentar parar la anotación de los demás pueda ser efectivo, pero es un brindis al sol".
Otro aspecto destacado de Doncic es el de la protesta arbitral. En diferentes ocasiones ha perdido el control del encuentro por ofuscarse con el colegiado. De hecho esta temporada lidera la liga en técnicas (15) empatado con Dwight Howard, aunque la diferencia de minutos (2.070 vs. 1.104) es abismal. ¿Cómo era el Luka canterano? Es un prodigio de interminable sonrisa al que las cámaras adoran, pero todavía está por controlar mejor sus interacciones con los árbitros.
"El tiempo que yo conviví con él era así. Un tipo muy risueño y alegre, y luego es un chico muy competitivo. En la cancha compite. Desde muy joven está acostumbrado a ser el foco de las defensas, de los golpes, de aguantar. Si el resto de jugadores estuviesen en su posición, habría que ver cuántos aguantaban la mitad de lo que aguanta él. Evidentemente Luka está muy arriba en las técnicas, pero no se la van a pitar al que juega 10 minutos. Dame la estadística avanzada. Cuántos jugadores que reciben tantos golpes por minutos cargando con todo el equipo reaccionan de manera negativa ante decisiones arbitrales. También el trato arbitral es diferente en Estados Unidos que en Europa. Son datos que pueden llamar la atención y me parecen razonables".
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Cuando tienes 22 años y en una temporada irregular tuya y de tu equipo promedias 28,5 puntos, 8,9 asistencias y 8,1 rebotes pudiendo evitar el Play-in, algo que parecía imposible hace un par de meses, la cuestión es evidente. ¿Qué puede mejorar una estrella del más alto nivel como Doncic?
"Todos los jugadores, y él lo dice normalmente en las entrevistas, tienen que mejorar en todo, y su mejora es global y es indiscutible. Sí que creo que hay algo que pasará y me gustaría no equivocarme, que Luka ganará. Tiene que ver con la franquicia, el roster… Dallas está compitiendo por encima de su nivel de talento, como ha pasado en todos los equipos de Luka. Iremos viendo si esa parte de competir para ganar vuelve pronto a un equipo liderado por él. Y ahí sí que veremos al Luka más especial".
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.