Mundial de básquet 2019: Luis Scola, el capitán interminable que no para de escribir historia

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Luis Scola

Esa imagen del final puede simplificar todo. Un abrazo de leyendas. Un encuentro emocionante, en donde el mejor jugador de la historia del país estaba con los ojos vidriosos, con las lágrimas asomando, rendido ante los pies, la clase y la vigencia de otra leyenda, del jugador más importante de la historia de la Selección Argentina de básquet. Ese abrazo de Manu Ginóbili con Luis Scola resume todo. Le pone un moño a una noche para el recuerdo en China.

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El ex San Antonio Spurs se cruzó el mundo para disfrutar al equipo nacional, a esos jóvenes descarados que llegaron al Mundial de básquet para escribir su propia historia después de la mochila de logros de la Generación Dorada. Se encontró con un equipo maravilloso, con esos jóvenes que parecen comerse a todos y que vienen borrando potencias. Pero que tiene un líder interminable. Un líder eterno. Un capitán con todas las letras. Tiene a Luis Scola. Y eso es palabra sagrada.

Luifa agota las palabras, los elogios. ¿Cómo se puede explicar que, a los 39 años, el eterno capitán siga haciendo lo que se está viendo en China? Aunque parezca imposible de encontrarle motivos, hay lógica detrás de lo que estamos viendo. Porque Scola es un profesional único. Y su vigencia es consecuencia de un plan, de haberse preparado durante más de un mes fuera de temporada y antes de este proceso, de haber trabajado en su casa para llegar en forma, para pulir lo que la máxima exigencia pedía. Y sí, lo hizo. Por esa contracción al trabajo absoluta. Por ese compromiso y voracidad competitiva.

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Sí, a los 39 años, Scola batalla y le gana a los mejores. Lo hizo con Nikola Jokic en los cuartos de final. Sí, con el mejor pivote de la última temporada NBA. Y este viernes, por ejemplo, se lució cuando estaba cerca Rudy Gobert, el mejor jugador defensivo de las últimas dos temporadas de la NBA. Les gana por su convencimiento, por su personalidad, por su carácter y calidad eterna.

En la semifinal, la tercera de su vida, Scola fue el máximo anotador del encuentro, con 28 enormes puntos (5-13 dobles, 3-4 triples, 9-10 libres), más 13 rebotes y 2 asistencias en 34 minutos de una presentación formidable para liderar el 80-66 contra Francia. Una tarea que deja a todos con la boca abierta, que genera una admiración total. Esos dos triples consecutivos en el último cuarto para sellar la historia fueron un acto de justicia para el hombre del encuentro.

"Esto es difícil de superar. Una victoria por doble dígito ante Francia en una semifinal del Mundial. Pero todavía tenemos chance de hacerlo", le dijo Scola a José Montesano en TyC Sports. Ese Luifa que estaba convencido del potencial éxito de este grupo, mucho antes de llegar a China: "No estaba loco. Alguna gente me miró con cara rara, pensando que exageraba. Pero no estaba loco".

Luis no está loco. Pero lo que hace se parece una locura. ¿Cómo puede ser que a los 39 años brille y domine en este contexto para llevar a Argentina a la final de un Mundial? Simple: existen muy pocos deportistas en el mundo con el compromiso y la ética de trabajo del eterno capitán de la Selección.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Leandro Fernández Photo

Editor Jefe de las ediciones en español de The Sporting News.