Apenas 14 jugadoras internacionales participaron de la WNBA en su temporada inaugural, la campaña 1997, un número bien distinto a las casi 30 que hay en la liga hoy por hoy. En 25 años de la WNBA el horizonte de la liga se ha expandido, aunque todavía tenga mucho por recorrer, y tanto desde Europa como desde Australia ha llegado mucho talento. Talento que ha tenido en Lauren Jackson y Ticha Penicheiro a dos de sus exponentes principales. La australiana como una de las mejores pivotes que hubieron en la liga, la portuguesa siendo una estrella entre las bases. Ambas han logrado tanto que les sobran los méritos para estar incluidas en la lista de las 25 mejores jugadoras de la historia llamada "W25" que la liga publicó hace unos días.
Jackson ingresó al Salón de la Fama del básquetbol el sábado pasado, siendo la primera persona de su país en llegar a semejante lugar. Una lesión en una rodilla cortó su carrera antes de su cumpleaños número 35, pero aun así le alcanzó el tiempo para consagrarse ¡tres veces MVP de la WNBA en Fase Regular! y otra vez más en las Finales. La historia de Seattle Storm se explica en parte mediante ella, como protagonista de los títulos obtenidos en 2004 y 2010 siendo MVP de las Finales en la segunda de esas conquistas.
#21HoopClass enshrinee, Lauren Jackson. pic.twitter.com/vn5anUdlYO
— NBA (@NBA) September 12, 2021
En 2001 fue con 20 años la primera selección del Draft: para entonces ya había sido subcampeona olímpica con Australia enseñando sus habilidades y también su carácter: su duelo personal con Lisa Leslie comenzó antes de que Jackson firme contrato en Estados Unidos. No fue la rookie del año pero si All-Star y se impuso como una súperestrella hasta 2012, antes de que los problemas físicos le impidan volver a jugar en la liga (se mantuvo activa en Europa, Asia y Australia luego). Tenía la capacidad para marcar una diferencia en defensa (cinco veces elegida como All-Defensive, premiada como mejor defensora en 2007) como en ataque: promedió 18,9 puntos por partido durante su carrera, fue la máxima anotadora en tres años distintos y llamó la atención desde el inicio por su facilidad para sumar puntos tanto en el poste bajo como desde el perímetro, algo revolucionario entonces para una jugadora de sus casi 2 metros de altura.
Hoy Sue Bird impone respeto en los otros equipos de la liga por su dupla con Breanna Stewart: el combo original de la base estadounidense fue con Jackson. Juntas llegaron a Playoffs en 10 de 11 campañas y ganaron las dos Finales que jugaron: las derrotas en postemporada ante Los Angeles Sparks son lo único que puede quedar como espina para Jackson, autora de una de las mejores temporadas individuales de la WNBA en 2007. En ese curso promedió 23,8 puntos, 9,7 rebotes, 1,3 asistencias, un robo y 2 tapones por partido con un 51,9% de acierto en tiros de campo y un 40,2% en triples: fue la MVP, la mejor defensora y la líder en puntos y rebotes. Nadie más en la historia firmó una temporada de al menos 23 puntos, 9 rebotes y 2 tapones por encuentro.
Todo eso, encima, apenas un año después de ser campeona mundial con Australia en septiembre de 2006. Con la selección de su país juntaría tres podios mundialistas (un oro y dos bronces) y otros cuatro olímpicos (tres medallas de plata y una de bronce). En su país es todo un ícono del deporte.
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Así como Jackson es una leyenda en Seattle y en Australia, lugares con más de 11.000 kilómetros de distancia, Penicheiro lo es en Sacramento y en Portugal sin que importen los 9.000 kilómetros que separan al país ibérico de la capital de California. Ticha también se destacaba en su adolescencia en la década del 90 pero en Portugal, una tierra de poca historia de básquetbol, no tenía el mismo contexto que Jackson: tuvo que mudarse al básquetbol universitario de Estados Unidos para sobresalir. Si Jackson es un ícono del deporte en Australia, Penicheiro es la definición del básquetbol portugués.
En la universidad de Old Dominion se hizo una estrella y Sacramento Monarchs la eligió en el Draft de 1998. Como en Portugal, Penicheiro se sumó a un lugar en el que no se podía destacar demasiado. Pero cuando llegó Yolanda Griffith al año siguiente todo cambió. Con Ticha en la base y Yolanda en la pintura, Sacramento tuvo una época dorada durante casi toda la primera década del 2000, coronada con el esperado título de 2005 ante Connecticut Sun y el subcampeonato de 2006.
Ticha le daba a las Monarchs el mismo estilo de juego espectacular que tenían los Kings dirigidos por Rick Adelman y estelarizados por Chris Webber (tanto ellos como Griffith ingresaron al Salón de la Fama el sábado). Año tras año la portuguesa fue la líder en asistencias de la WNBA: se hizo con ese lugar en su primera campaña y no lo soltó hasta 2004 (en las primeras seis temporadas no bajó del promedio de las 6,7 asistencias por partido) para recuperarlo en 2010, ya jugando para Los Angeles Sparks. Su juego no se trataba sobre mirar el aro: se trataba sobre mover el balón en la dirección correcta y buscar a la compañera mejor capacitada para lastimar a la defensa.
Así fue tres veces All-WNBA y se retiró como la jugadora con más asistencias en la historia de la liga con 2.600 en 454 partidos (hoy es segunda detrás de Sue Bird, de 3.041 en 548 encuentros). En robos también es segunda con 764, detrás de los 1.074 de Tamika Catchings.
Sacramento Monarchs desapareció en 2009 a pesar de ser el único equipo de la ciudad en ser campeón en una de las principales ligas deportivas profesionales de Estados Unidos: fue el último equipo de la liga en desaparecer, golpeado por la crisis económica de la época y la falta de apoyo de sus propietarios, los mismos que apenas unos años después venderían a los Kings. El recuerdo que queda del básquetbol femenino (y casi que del último gran momento del básquetbol en esa ciudad) está atado a la magia de Penicheiro ahí.
Es complicado encontrar jugadoras con los perfiles únicos de Jackson y de Penicheiro: mucho más entre las "importadas" a Estados Unidos. Galardones como el que les acaba de entregar la liga agigantan más su leyenda mientras que más y más talentos siguen llegando desde afuera de las fronteras estadounidenses.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.