La aventura de LaMelo Ball hacia el NBA Draft 2020: "No cambiaría mi viaje"

Author Photo
Ball

Dentro de un NBA Draft mucho más abierto que de costumbre entre sus primeros picks, LaMelo Ball es uno de los proyectos que está en la discusión por ser elegido con el número uno, hoy en manos de los Minnesota Timberwolves. Ball es probablemente el mayor talento disponible este año, al menos desde sus habilidades naturales y técnicas, y si bien también tiene muchos interrogantes alrededor de su juego, en una clase 2020 sin garantías a la Zion Williamson, eso le alcanza para ser uno de los dos jugadores mejor valorados en la previa del evento (Anthony Edwards es el otro).

Más | NBA Mock Draft 2020: ¿El número uno será para Anthony Edwards o para LaMelo Ball?

A diferencia de proyectos de élite como Edwards o James Wiseman, ambos provenientes de la NCAA, la carrera de Ball ha sido muchísimo menos tradicional. Para empezar, el chico nacido en Chino Hills está en la mente de muchos de los seguidores de este deporte desde antes que cualquiera de sus colegas de este Draft. No solamente por los highlights que regalaba a los 15 años en la secundaria, anotando triples desde mitad de cancha, sino sobre todo por su contexto familiar: hermano menor de Lonzo, hoy jugador de los New Orleans Pelicans e hijo del mediático LaVar, quien llegó a crear un reality show (Ball in the family) con su familia como protagonista y hasta sacar un modelo de zapatillas de su marca Big Baller Brand en honor a LaMelo

La exposición del talentoso Ball no se detuvo ahí. La aparición de esa línea de zapatillas empezó a traerle problemas al base de cara a su llegada a la NCAA, para jugar con los UCLA Bruins (había firmado su incorporación a la universidad a los 13 años). Recordemos que el básquet universitario no permite que los jugadores lucren con su imagen o nombre, por lo que la elegibilidad de LaMelo entró en cuestionamiento antes de su potencial temporada de novato (2017-2018). ¿Cómo reaccionó LaVar ante el conflicto? Decidió retirar a su hijo de UCLA y firmar un contrato con el Prienai, equipo profesional lituano ubicado en la ciudad homónima de apenas 11 mil habitantes. Empezaba la aventura.

Claro que LaMelo no viajó solo a Lituania: lo hizo junto a su hermano LiAngelo, también retirado de UCLA tras un escándalo protagonizado en China, en el que fue detenido por un robo en una tienda y que forzó la intervención de Donald Trump. Si a esto le sumamos la elección de Lonzo con el segundo pick del Draft, apenas algunos meses atrás, nos encontramos con que los Ball dominaban las noticias (para bien y para mal) allí por el 2017. Hasta que fue tiempo de empezar a jugar al básquet...

LaMelo Ball will be playing next season in the NBL.

Lejos de los títulos que dejaba la familia fuera de la cancha, lo de LaMelo en Lituania fue bastante olvidable, aunque entendible para un chico de apenas 16 años. Ball jugó apenas ocho partidos con el Prienai, promediando 6,5 puntos y 2,4 asistencias, lanzando un 26,8% de campo yun 25% en triples. Físicamente se encontraba muy lejos de las exigencias del básquet profesional y también lo estaba desde un punto de vista mental, tomando malas decisiones y priorizando siempre la jugada espectacular por sobre la más beneficiosa para su equipo. Hasta entonces, LaMelo seguía siendo un jugador de mixtapes de YouTube.

El periplo europeo de Ball solo duró esos ocho partidos, pero a continuación llegarían nuevos capítulos por demás particulares: primero firmó para Los Angeles Ballers de la JBA, una liga completamente fallida que creó su padre LaVar, con la intención de pelear con la NCAA. Tras una campaña en dicha competencia, LaMelo abandonó el torneo y decidió volver a donde todo había empezado: la secundaria. Todavía tenía su último año de elegibilidad y se unió al Instituto Spire de Ohio.

Más | La Guía del NBA Draft 2020: cómo funciona, jugadores disponibles, mejores proyectos y más

Más allá de que en el medio protagonizó algún nuevo escándalo, poco a poco se fue observando una maduración del californiano, especialmente desde un punto de vista físico. Y cuando en julio del 2019 anunció que seguiría su carrera en los Hawks de Australia, lo hizo ya como un jugador de más de dos metros de estatura, capaz de dominar ofensivamente con su talento creativo y sus recursos con el balón en las manos.

LaMelo Ball

La diferencia entre el Ball lituano y el australiano fue notable y no solo desde su aspecto. A pesar de llegar a una liga competitiva como la NBL, LaMelo demostró rápidamente sus condiciones. Aunque solo disputó 12 partidos debido a una lesión en el pie, en ellos promedió 17 puntos, 7,4 rebotes y 6,8 asistencias. Números extraordinarios para un chico de 18 años, aún cuando siguió mostrando algunas tendencias poco eficientes en su juego: 37,7% de campo y 25% en triples, más ciertos lapsus defensivos.

"Honestamente, siento que haber jugado en Australia me ayudó muchísimo. Hace que ahora cualquier equipo que me elija vaya a ponerme contento, porque estar allí es un mundo diferente. Es algo que tienen que ver. Incluso lo mismo en Lituania, con todo lo que atravesé. Todo lo que pasé me hizo quien soy hoy", comenta LaMelo desde un gimnasio en Detroit durante las entrevistas previas al inicio del Draft Combine.

Aquel joven que solía ser una nota al margen cuando se hablaba de Lonzo, LaVar o el propio LiAngelo, mostró lo suficiente como para crecer en su consideración de cara al Draft, al punto de alcanzar y superar a proyectos que eran considerados muy superiores hasta solo algunos meses atrás. "Quizá la altura tiene que ver con eso, porque cuando era chico probablemente tiraba más", cuenta Ball con respecto a la diversificación de su juego y el abandono de esos triples de ocho o nueve metros que lo habían hecho saltar a la fama desde lo basquetbolístico. "Crecí y empecé a ser más agresivo, atacando la pintura".

Más | ¿Cómo juega LaMelo Ball? Perfil y scouting del súper talentoso hermano menor de Lonzo

"Cuando era joven pensaba que iba a llegar a la NBA por la vía tradicional, pero cuando hice ese primer movimiento a Lituania, ahí fui cuando crecí. No cambiaría mi viaje, me gusta", sostiene LaMelo. "Juego con jugadores más grandes desde chico y siento que eso siempre te va a ayudar. Vas a aprender cosas diferentes a las que si jugaras con gente de tu edad. Siento que eso me ayudó muchísimo".

"Desde que era chiquito, cuando hacíamos proyectos esa era una de mis metas: ir a la NBA y ser el primer pick". Lo que en su momento podía parecer un sueño improbable podría materializarse el próximo 18 de noviembre. ¿Con qué equipo? Eso no parece importarle: "Siento que puedo encajar en cualquier lado desde el aspecto de poder ganar. En cualquier equipo, puedo jugar en su mejor quinteto".

Incluso, LaMelo se encargo de contradecir a su padre, quien había declarado que no veía a su hijo jugando en Golden State, dueño del segundo pick del Draft. "Soy mi propio hombre y él es él. Tiene sus opiniones y yo tengo las mías. Como dije, siento que puedo jugar en cualquier equipo, sin importar donde vaya. Voy a ser positivo, pase lo que pase. Cualquier equipo es un gran encaje".

Eso sí, Ball agrega un detalle no menor a la hora de imaginar su llegada a la liga: "Siento que puedo tener éxito en cualquier situación, pero me gustaría tener la bola. El base necesita la bola para hacer jugadas". Si esa es su mentalidad, ¿estaría cómodo jugando en los Warriors con Steph Curry?, ¿o mismo en Minnesota con otros talentos ofensivos como D'Angelo Russell y Karl-Anthony Towns? Parece complicado. Pero quién sabe, los últimos dos años nos han enseñado a no subestimar a la joya surgida de Chino Hills y tras recorrer el mundo de punta a punta, está listo para empezar a dejar su huella en la NBA.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Juan Estevez Photo

Juan es productor de contenido en las ediciones en español de The Sporting News.