LaMarcus Aldridge y una frustrada operación de Los Angeles Lakers que pudo haber cambiado el curso de la historia

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LaMarcus Aldridge

Si fuese por historias contrafácticas podríamos escribir decenas de libros en la NBA. No por ello no resulta intrigante pensar en que hubiese pasado en varias situaciones. Como se habría alterado el presente con solamente un hecho. En el caso a repasar ahora, algo que salió mal pero que parece que fue dar un paso hacia atrás para luego dar muchos hacia adelante.

Se trata del frustrado fichaje de LaMarcus Aldridge por Los Angeles Lakers en 2015, cuando el ala-pivote que había terminado su contrato en Portland Trail Blazers era de la figurita del mercado a la que todos querían tentar.

Aldridge Portland

LMA, entonces All-Star en las cuatro temporadas anteriores y con un promedio de 23,4 puntos y 10,2 rebotes por partido en la 2014-2015, se reunió con siete franquicias de las 30 de la liga: los Lakers, San Antonio Spurs, Houston Rockets, Toronto Raptors, Phoenix Suns, Dallas Mavericks y New York Knicks, además de los Blazers que ya le habían ofrecido renovar por el máximo para seguir formando pareja con un Damian Lillard que empezaba a asomar como estrella.

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Desde un inicio habían dos propuestas que claramente eran las líderes: la de los Spurs en el plano deportivo, proponiendo que se sume a Tim Duncan, Kawhi Leonard, Manu Ginóbili y Tony Parker para desafiar de forma instantánea a los campeones defensores, los Golden State Warriors, además de tomar el "trono" que dejaría Timmy D al año siguiente con su retiro. La otra era la de los Lakers, que en cuanto a los resultados estaban lejos (penúltimos en el Oeste en 2014-2015 con récord de 21-61) pero seducían con el glamour de Hollywood, el peso de la historia y la chance de jugar al lado de Kobe Bryant en los últimos años de Black Mamba.

Entonces ese mismo primer día de la agencia libre ya quedaron prácticamente descartados los angelinos. Se reportaba que la reunión había sido un "desastre".

Las culpas caían tanto en la gerencia del equipo, que supuestamente había hablado mucho de lo extradeportivo y no en lo que le importaba a un LaMarcus de ya 30 años que siempre fue de perfil bajo fuera de la cancha y solo quería una oportunidad de ganar mayor a la que veía en los Blazers, como también en Kobe Bryant, el que más poder de convencimiento podía tener pero que a los 36 años, según el insider Mike Bresnahan, le decía al ala-pivote que podía ser su segunda espada tal como lo había sido Pau Gasol.

Los otros talentos con los que contaba el equipo entonces, Julius Randle y D'Angelo Russell, aun parecía muy verdes para colaborar en el pico de rendimiento de Aldridge (de hecho al día de hoy aún no se puede argumentar que lo hayan superado).

"Yo sólo quería hacer más preguntas sobre básquetbol", le contó Aldridge a Yahoo, además de quitar las culpas sobre Kobe: "Kobe fue lo mejor de la reunión, lo conozco hace muchos años, siempre tuvimos una relación cordial". LMA tampoco se vio encajando muy bien junto a Dwight Howard en Houston Rockets y San Antonio pareció ideal para él, con RC Buford, Popovich, Duncan, Leonard, Parker y Patty Mills esperandolo en una reunión sin glamour pero con mucho básquet. "Fue como una familia, como muchos tipos que aman el básquet y simplemente se juntan a charlar". Con eso Popovich y compañía compraron el corazón del texano, que firmó un contrato por 84 millones de dólares y cuatro años.

LMA no pudo jugar unas Finales con los Spurs, a pesar de haber sido All-Star en tres de esos cuatro años iniciales. En su primera temporada ganó 67 partidos pero cayó en segunda ronda contra OKC Thunder. Al segundo año, con un rol mayor por el retiro de Duncan, la lesión de Kawhi Leonard impidió que San Antonio le de pelea a Golden State en las Finales del Oeste. Luego pasó lo que ya conocemos con el alero y así quedó Aldridge en la actualidad, como el líder de 35 años de un equipo que parece que por primera vez en más de dos décadas no accederá a los Playoffs.

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A corto plazo LaMarcus eligió bien. Sin la lesión de Leonard todo podría haber sido distinto. A largo plazo terminó sintiéndose cómodo en los Spurs y decidió no irse: renovó por dos años más y tiene vínculo hasta 2021, aunque parece imposible que pueda buscar el primer anillo de su carrera allí.

Para los Lakers la historia de ese fracaso resultó al revés. Demostró como el barco de la franquicia estaba completamente perdido post salida de Phil Jackson en 2011 y lesiones de gravedad sufridas por Kobe Bryant que alejaron al escolta del nivel de súper élite. Tocaron fondo en la 2015-2016, la última campaña de Kobe, con apenas 17 victorias en 82 partidos. La peor temporada en toda su historia. En vez de Aldridge sumaron a Brandon Bass y Roy Hibbert. Pero siguieron reconstruyéndose a futuro y guardando espacio salarial. Espacio que terminó sirviendo para contratar a LeBron James en 2018 y reflotar al equipo de golpe, más allá de que oficialmente llevan siete años sin jugar un partido de Playoffs.

Sin LeBron probablemente no había Anthony Davis. Como también sin las piezas jóvenes que ofrecieron a New Orleans para llevarse a AD, jugadores que incorporaron via Draft en campañas que con Aldridge no hubiesen sido tan malas. Sin Davis y James, la franquicia no estaría al tope del Oeste con récord de 49-14. Y el nivel actual de LMA, que quedó lejos de la consideración del All-Star Game, es cada vez más lejano del de estas dos figuras que tiene el equipo dorado y púrpura hoy.

Ese error de la gestión deportiva anterior, la de Mitch Kupchak y Jim Buss, le terminó sirviendo a los angelinos para reconstruir todo con la potencia que solamente una franquicia de semejante tamaño puede hacerlo.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

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Agustín Aboy Photo

Agustín es productor de contenidos para Sporting News.