La rivalidad que nunca ocurrió: Chicago Bulls y Orlando Magic

Shaq O'Neal y Michael Jordan

Cuando Chicago Bulls venga a jugar contra Orlando Magic en los NBA Global Games Mexico en la Ciudad de México, seremos testigos de una de las rivalidades más grandes que existen en la Liga. No, no se trata de los Bulls y el Magic, sino de Zach LaVine y Aaron Gordon, cuyo ir y venir en el concurso de clavadas de 2016 hicieron de ese año el mejor concurso de clavadas del siglo, tal vez el mejor de todos los tiempos. LaVine aún jugaba para Minnesota, pero esperamos que esa rivalidad la haya cargado a la ciudad de los vientos y que veamos a ambos retacarla como si estuvieran en el fin de semana de las estrellas.

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Pero los enfrentamientos entre Chicago y Orlando también tienen su historia, y un par de circunstancias nos privaron de ver esas series durante buena parte de la década de los 90, en la que sin duda hubiera sido la mejor Final de Conferencia durante muchos años.

Orlando llegó a la NBA en 1989, y durante sus primeros años, como todo equipo de expansión, fue un desastre, así que nunca estuvo cerca de ver esos duelos entre los Pistons de Isiah Thomas y los Bulls, o incluso entre los Knicks de Patrick Ewing y Chicago. Pero en 1992, la suerte de la franquicia cambió cuando consiguieron la primera selección del draft y tomaron a Shaquille O’Neal en la primera de dos picks uno consecutivos. En 1993, con una sola bola en el sorteo, el Magic consiguió lo impensable y después de un par de cambios que llevaron a Anfernee Hardaway a Florida. Orlando tenía su dupla de ensueño. Ese año alcanzaron los playoffs, pero fueron barridos en la primera ronda por falta de experiencia. Mientras tanto, Chicago venía de ganar tres títulos seguidos, y su máxima figura, Michael Jordan, acababa de anunciar su retiro en octubre de 1993. El declive de los Bulls comenzaba justo al mismo tiempo que el establecimiento de Orlando como una potencia, diferencia remarcada en 1994 por el paso de Horace Grant de los Bulls al Magic en agencia libre.

Michael Jordan y Shaquille O

Esa temporada, Orlando tuvo el mejor récord en la conferencia del Este, 57-25, y fueron sembrados número 1 en postemporada. Pero la noticia de 1995 fue el des-retiro de Jordan, quien regresó a la NBA en marzo para darle a los Bulls un lugar en los playoffs con su ahora muy extraño de ver número 45 en la espalda. A Chicago le alcanzó la embestida de Jordan para llegar a la segunda ronda, en la que se toparon con un joven y hambriento equipo de Orlando. Y aquí es donde las cosas comienzan a tomar forma, porque en los cada vez más borrosos recuerdos de lo que sucedió en la carrera de MJ, siempre está la idea de que mientras estuvo en la cancha en los 90 con Chicago, siempre ganó campeonatos, y que lo único que detuvo su ascenso al trono del más grande, fue él mismo y su afán por tratar de jugar al béisbol. La realidad es que Orlando fue mejor equipo en esa serie, y a pesar de que Jordan promedió 31 puntos, los Bulls perdieron en seis juegos ante la fortaleza física de O’Neal y el desparpajo de Penny Hardaway. Orlando llegó a las Finales, donde fue barrido por Houston, pero la proeza (así se sentía ganarle a un equipo de Michael Jordan) de eliminar a los Bulls fue una de las historias más grandes de la campaña.

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Para 1996, el regreso de MJ estaba completo. A pesar de que Orlando montó una campaña de 60 victorias, Chicago quedó en primer lugar del Este con el entonces récord de 72 triunfos en la temporada regular. Ambos se enfrentaron en las Finales de Conferencia, y esta vez los Bulls demostraron ser demasiado buenos para un todavía muy joven equipo de Orlando. El primer juego dictó el resto de la serie, con una aplastante victoria para Bulls por 121-83. Chicago incluso se dio el lujo de dejar al Magic en 67 puntos en el tercer juego. La serie terminó en barrida.

Dos años, dos series memorables en las que el todopoderoso Chicago perdió una vez contra un equipo emergente, cuyos jugadores estaban lejos de alcanzar su mejor nivel. O’Neal y Hardaway tenían 23 y 24 años respectivamente, y Dennis Scott y Nick Anderson tenían 27 y 28. Incluso Horace Grant, el veterano de los titulares, tenía apenas 30. Este equipo estaba pintado para ser el gran rival de los Bulls de Jordan durante el resto de la década.

Pero en la que posiblemente sea la contratación de agencia libre más grande en la historia, Los Angeles Lakers le ofrecieron a Shaq un contrato por siete años y 120 millones de dólares, y Orlando no supo cómo retener a su superestrella. El centro All-Star se mudó de conferencia y empezó a ganar títulos con su nueva escuadra en el instante en el que Jordan se retiró por segunda vez de los Bulls. Orlando y Chicago nunca se han vuelto a ver las caras en postemporada, y solamente queda imaginar qué hubiera pasado si O’Neal hubiera permanecido en Florida durante esos grandes años de Jordan. ¿Hubiera podido Orlando ganarle una serie a Chicago y bajar el total de títulos que tiene MJ? Ahora, más de 20 años después de esta incompleta rivalidad, podremos ver al menos a Zach LaVine y a Aaron Gordon clavar el balón como si fuera una rivalidad real entre ambos equipos.

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