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La imborrable nostalgia de Space Jam

Space Jam

El 15 de noviembre de 1996, la famosa productora cinematográfica Warner Bros. estaba lista para lanzar al estrellato una de las películas más ambiciosas de la época. Era una producción híbrida de humanos con animaciones cuya expectativa estaba dispuesta a superar al clásico animado ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, película producida por Touchstone Pictures en 1988.

Space Jam fue un largometraje que se encaminaba rumbo al éxito basando su historia en la salvación de los Looney Tunes a través de una reta intergaláctica contra los Monstars en el denominado Juego del Siglo, encuentro protagonizado por el atleta más reconocido del momento, Michael Jordan, quien contaría con la ayuda del conejo más popular en la historia de la animación, Bugs Bunny.

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A pesar de no tener un gran guión, ni mucho menos una dirección digna de los Oscar, la película Space Jam se las arregló para mantener cautivos a una gran cantidad de seguidores, que desde los noventas conservan el espíritu de la lucha entre el bien y el mal a través del básquetbol.

Y no pudo ser mejor el momento para realizar esta película. MJ tenía poco de haber regresado de su primer retiro de la NBA; de hecho, durante el rodaje, Warner le construyó una cancha paralela a sus estudios en la que Michael Jordan podía entrenar de manera encarnizada, pues estaba determinado a dejar en el olvido su retorno desastroso en los playoffs de 1994, cuando fueron eliminados por el Orlando Magic de Shaquille O’Neal.

Hablando de negocios, Space Jam es catalogada como la película más taquillera en la historia del básquetbol con una recaudación de alrededor 90 millones de dólares en Estados Unidos, así como otros 140 millones más a nivel mundial.

Del otro lado de la butaca, debemos reconocer que Space Jam fue producida para revitalizar la marca Looney Tunes, impulsar a Warner Bros. y expandir la marca Jordan alrededor del mundo. Según un artículo del Chicago Tribune en 2009, el impacto comercial de Space Jam superó los 5 mil millones de dólares.

Por otra parte, la banda sonora con R. Kelly, Seal, Coolio, Spin Doctors y otros artistas de los 90, vendió más de seis millones de copias que le valieron seis Discos de Platino, además el álbum fue un parteaguas para el cantante R. Kelly al ganar dos premios Grammy por su canción I Believe I Can Fly.

Películas de culto deportivo como Hoosiers (1986) o la intrépida White Men Can't Jump (1992), no obtuvieron el éxito conseguido por la película de Michael Jordan, y es por eso que Space Jam sigue siendo, hasta el día de hoy, la película de básquetbol más reconocida en el mundo.

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El pasado mes de septiembre, SpringHill Entertainment (la casa productora de LeBron James) anunció que el 23 de los Lakers continuará la saga junto con Bugs Bunny y sus amigos. La noticia no fue bien recibida por los aficionados de MJ y los Chicago Bulls, tal vez no sea por LeBron (aunque sus ‘haters’ digan otra cosa), simplemente porque el legado de Michael Jordan que trascendió más allá de la cancha para instalarse en nuestro subconsciente, convirtiéndola en una aventura mediática con un personaje difícil de superar.

La producción de ‘Space Jam 2’ estará a cargo de Ryan Coogler, el mismo productor de la cinta Black Panther, y su estreno se tiene proyectado para el 2020. No sabemos qué sucederá con la secuela, que para ese entonces, la original Space Jam estará cumpliendo casi 25 años; pero lo que sí es un hecho es que a los amantes del básquetbol nos invadirá en algún momento la nostalgia de haber visto como MJ salvó a sus amigos de los temibles e irreverentes Monstars.

Quizá una posible y corta aparición de Michael Jordan en Space Jam 2 mantenga el legado de Su Majestad en el mundo del cine, algo así como los cameos del legendario Stan Lee en las películas de sus icónicos personajes de cómics. ¿Te quieres poner más nostálgico? Visita el sitio web oficial de la película (que no ha cambiado desde 1996).

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

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