Kobe Bryant, el adios a una leyenda que pasó de aprendiz a ícono mundial

Kobe Bryant

Este domingo 26 de enero, en la mañana de California, ocurrió el trágico suceso del choque de un helicóptero que terminó con la vida de Kobe Bryant a sus 41 años de edad.

Kobe Bryant fue una de las súperestrellas del deporte mundial en el Siglo XXI, una de las caras de la NBA, un ídolo de Los Angeles Lakers que ganó cinco campeonatos de la liga, dos medallas doradas de los Juegos Olímpicos y se mantuvo por más de 15 años en la élite del básquetbol mundial.

Como otras leyendas del calibre de Kevin Garnett o LeBron James, Kobe fue uno de los casos extremadamente exitosos del salto desde la escuela secundaria a la NBA. Aunque la evidencia de ello estuvo lejos de ser inmediata: los primeros años NBA del nacido en Philadelphia fueron complicados y bajo ningún punto de vista presagiaban lo que terminaría siendo una de las carreras más brillantes de todos los tiempos.

Kobe promedió apenas 7,6 puntos en su primera campaña (1996-1997) y aunque subió a 15,4 tantos en la segunda, sumó varias frustraciones en postemporada: promedió 8,5 tantos y lanzó por debajo del 40% de cancha entre los Playoffs de 1997 y 1998 (nada extraño para un chico de 19 años).

Pero justo cuando comenzaban a caer las críticas y los cuestionamientos, Bryant empezó a ser Kobe. La 1998-1999 ya lo vio promediando 19,9 puntos y desde ahí, la historia es conocida: títulos en el 2000, 2001 y 2002, siendo pieza fundamental de cada uno de esos campeonatos. 21,1 puntos en los Playoffs 2000, 29,4 tantos en el 2001 y 26,6 en el 2002.

A partir de ahí, Bryant nunca más volvería a bajar de las más absoluta élite de la liga: desde las campañas de explosión individual (los 81 puntos ante Toronto en el 2006 , los dos títulos de máximo anotador de la competencia), hasta la recuperación de los Lakers y la obtención de su cuarto y quinto anillo en 2009 y 2010. Y claro, sin tampoco olvidarnos de sus últimos años en actividad, batallando contra las lesiones y dejándonos con recuerdos como los 60 puntos ante Utah Jazz, en su último partido como profesional.

A la hora de evaluar la carrera de Kobe, no hay dudas de que el talento natural jugó un rol importantísimo. Pero sería injusto limitarlo solo a eso: Bryant fue un exponente de los frutos del sacrificio, el trabajo duro, el compromiso y la dedicación. Al punto de la obsesión. La misma que lo llevó a transformarse en una máquina ofensiva, capaz de replicar movimiento por movimiento, las acciones de su gran ídolo: Michael Jordan.

Un aprendiz que no se limitó a copiar, sino que aún en las similitudes, le fue poniendo una impronta propia a cada uno de sus avances.

Los cinco títulos son quizá la estadística más significativa, para un jugador que con el tiempo fue reemplazando el yo como prioridad, por el nosotros. Pero claro que no es la única. Aunque no terminan de hacerle justicia, los números ayudan a contar parte de la historia.

Bryant se retiró con 1346 partidos de temporada regular, siempre en Los Angeles Lakers, en los que anotó 33.643 puntos, agarró 7.047 rebotes, repartió 6.043 asistencias, robó 1944 balones, encestó 1.827 triples y convirtió 8.378 tiros libres. Esas estadísticas lo dejan como el máximo anotador de la historia de la franquicia y el cuarto máximo en la historia de la NBA , sólo superado por jugadores de mayor porte físico como Kareem Abdul Jabbar, Karl Malone y LeBron James. Además, es el Laker con más triples, más tiros libres y más robos y quedó segundo en asistencias y tercero en rebotes. 

En los Playoffs, a los que clasificó en 15 oportunidades, su promedio se eleva a 25,6 puntos, 5,1 rebotes, 4,7 asistencias, 1,4 robos y 0,7 tapones por partido (disputó 220). También es líder de los Lakers en puntos, triples y tiros libres en postemporada. Todas estas cosas hicieron que en la consideración de varios especialistas y ex jugadores, Kobe esté entre los 10 y hasta cinco mejores jugadores de la historia de la NBA.

2005-2006 y 2006-2007 fueron sus mejores campañas como anotador, con promedios de 35,4 y 31,6 puntos por noche. En medio de ese lapso, el 22 de enero de 2006, Bryant le anotó 81 puntos a Toronto Raptors en 42 minutos en cancha, convirtiendo 28 de sus 46 intentos al aro en una victoria de los Lakers por 122-104. Esa performance es la segunda mayor anotación de un sólo jugador en un partido NBA, sólo superado por los 100 tantos de Wilt Chamberlain en marzo de 1962.

Bryant fue 18 veces All-Star (sólo superado por Kareem Abdul-Jabbar, que lo fue en 19 ocasiones), lo nominaron 15 veces a los quintetos All-NBA que distinguen a los mejores jugadores de la temporada (11 veces en el quinteto ideal) y en 12 oportunidades fue elegido entre los mejores defensores de la liga. Además, en 1997 se quedó con el torneo de volcadas, siendo el jugador más joven en ganarlo, con sólo 18 años.

Su lealtad para con los Lakers no tuvo parangón: sólo el alemán Dirk Nowitzki en Dallas Mavericks igualó las 20 temporadas en un mismo equipo que disputó Kobe en Los Angeles, donde el jugador más joven en ser titular en un partido NBA (18 años y 158 días) y el más viejo en anotar al menos 60 puntos (37 años y 234 días, en la noche de su retiro), se convirtió en leyenda a nivel global y siempre será recordado.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

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