A esta altura ya quedan pocas dudas de que Immanuel Quickley ha sido uno de los grandes robos del Draft 2020 y un enorme acierto del comando de New York Knicks, que apostó por él con el pick 25 de la 1° Ronda. Una sorpresa para la mayor parte de los expertos que lo tenían catalogado como un proyecto de segundo orden. El tiempo claramente le ha dado la razón a la franquicia, con un Quickley que está siendo de los rookies más productivos de la 2020-2021 y mostrando muchísimos más recursos de los que pudo desplegar en Kentucky.
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Los últimos dos encuentros, ambos con victorias para los Knicks, fueron ejemplo de esto: Quickley sumó 16 puntos en 21 minutos ante los Wizards y 22 tantos en nuevamente 21 minutos contra los Rockets, combinándose para un 12-24 de campo, 6-13 en triples y un perfecto 8-8 en tiros libres.
Los números del base en la temporada son muy buenos: 12,4 puntos, 2,6 asistencias, 2,4 rebotes, un 37% en triples y un espectacular 94% en tiros libres. Incluso las estadísticas avanzadas le son favorables (algo que rara vez sucede con los novatos), con buenas cifras de PER (18,8), true shooting percentage (56,4%), win shares por 48 minutos (15,7) y box plus-minus (2,6). ¿Más en su favor? Su on-off por 100 posesiones es de +7. Es decir que los Knicks rinden 7 puntos por encima (por 100 posesiones) cuando Quickley está en cancha, que cuando no.
Su potencia anotadora se centra hoy básicamente en dos lanzamientos: el tiro de tres, tomando 8,4 por cada 36 minutos con el mencionado 37% de eficacia y una flotadora súper eficaz, que utiliza a un ritmo pocas veces visto en otro jugador NBA. 82 de sus 125 dobles intentados han sido flotadoras, convirtiendo el 49% de ellos. ¿El contraste de eso? Casi no llega hasta el aro con bandejas o volcadas: solo el 5% de sus disparos han sido en el área restringida.
Por ahora, los argumentos están presentes para que Quickley se meta de lleno en la pelea por un lugar en el equipo All-Rookie de la 2020-2021. Sin embargo, la sensación es que podría ir todavía más allá y hasta pelear por uno de los primeros lugares de la votación por el Rookie del Año, si no fuera por un importante detalle: los pocos minutos que recibe de Tom Thibodeau, a pesar de su producción e impacto.
Quickley está jugando solo 19,3 minutos por partido y no ha pasado de los 21 en las últimas seis presentaciones de New York. Básicamente es utilizado en un tramo entre el cierre del primer cuarto y el inicio del segundo, más otro en el cierre del tercero y el arranque del cuarto. La llegada de Derrick Rose no ha impactado demasiado por ahora en su utilización, ya que Thibs utiliza a ambos junto a Alec Burks en la segunda unidad, acoplando a tres confiables manejadores de balón y generadores de ofensiva en el mismo quinteto. Eso sí, en la temporada, los 19,3 minutos de Quickley están por debajo de todos los otros guardias de la rotación habitual (Payton, Bullock, Burks, Rivers y el propio Rose).
Immanuel Quickley & Derrick Rose provide a spark off the bench in the @nyknicks W!
— NBA (@NBA) February 14, 2021
IQ: 22 PTS, 4 3PM
D.Rose: 16 PTSpic.twitter.com/f6649JE2qm
Más allá de que esa segunda unidad está respondiendo y funcionando bien para los Knicks, no podemos dejar de preguntarnos qué sucedería si Quickley recibiera más tiempo en cancha. Sus números por 36 minutos son una locura: 23,1 puntos, 4,9 asistencias y 4,4 rebotes. Cifras de estrella, si le agregamos su eficacia. Pero claro, por ahora se quedan apenas en la teoría, ya que el novato rara vez pasa de los 20 minutos en el campo.
La poca utilización de un jugador con semejante caudal anotador llama aún más la atención si tenemos en cuenta el contexto ofensivo de New York: su defensa es excelente (tercer mejor rating), pero aparecen 24 entre 30 equipos en el otro costado, algo que los limita a la hora de enfrentar a los conjuntos más potentes de la liga.
Lo que más llama la atención en este sentido es la insistencia de Thibodeau con Elfrid Payton, quien está promediando 28 minutos por partido, a pesar de que su presencia en cancha no se refleja en buenos momentos para los Knicks: con el base veterano tienen un Net Rating negativo de -2 por 100 posesiones, con un rating de 107,3 en ataque y de 109,3 en defensa. ¿Con Quickley? Net Rating de +3, con valores de 111,6 en ofensiva y 108,6 en defensa.
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Uno podría creer que la mejor producción de Quickley está relacionada a que suele enfrentarse a las segundas unidades de los rivales y por ende, a jugadores de menor calidad. Sin embargo, hay un dato interesante en ese aspecto: en las 223 posesiones que el rookie compartió cancha con RJ Barrett y Julius Randle (quintetos que suelen enfrentar a los titulares), los Knicks tienen un Net Rating espectacular de +15,8, anotando nada menos que 122 puntos por cada 100 posesiones. Casi 16 puntos por encima de lo que hacen con Payton (106,6 cuando comparte campo con Barrett y Randle).
La muestra de 223 posesiones es pequeña, pero los resultados son tan buenos y esperanzadores para un equipo con importantes problemas de anotación, que parecerían exigir una prueba mayor. Sobre todo porque de nuevo, la apuesta por Payton no está dando el mejor saldo. Quickley rinde cada vez que pisa la cancha y los Knicks han tenido una ofensiva de élite cuando lo juntan con sus dos mejores jugadores. ¿Sostenible? Tom Thibodeau tiene en su poder la chance de que lo comprobemos o no.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.