De poco sirve dominar en temporada regular si después ese éxito no puede traducirse a Playoffs. La burbuja de Disney terminó en decepción para Giannis Antetokounmpo y Milwaukee Bucks, recibiendo el griego un importante número de críticas. "¿Un MVP que no puede ganar en postemporada?" Como si fuese tan sencillo. O como si otras grandes estrellas no hubiesen tenido problemas similares. O como si todo el logro de los Bucks dependiese de forma exclusiva de Giannis.
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Lo cierto es que los Bucks de los dos primeros años de Mike Budenholzer han permitido un salto enorme al equipo. Arrasaron en temporada regular, su defensa se imponía como ninguna otra y Antetokounmpo reinó con dos MVP seguidos. Además, por si fuese poco, ganpo el Defensor del Año de 2020.
Sin embargo, los Bucks arrastraban los problemas que ya tenían, unos que no solucionaron en la offseason de 2019. Tenían mucha madera para temporada regular, pero sobraba para Playoffs y escaseaban espadas. Necesitaban más, precisaban un cambio. Y así, tras el último fracaso y la renovación de Giannis, los Bucks ya han marcado un claro cambio en su hoja de ruta.
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Orlando supo aprovechar los problemas de tiro de Milwaukee. De nuevo, sí, estaban entre los equipos más mortíferos en temporada regular, pero en Playoffs las rotaciones se reducen y las defensas asfixian. Jugadores como Eric Bledsoe quedan expuestos y tiradores letales como Kyle Korver resultan inservibles por su defensa. Cerrar los espacios de Antetokounmpo era una tarea sencilla gracias a la propia construcción de su equipo.
Si a las carencias del plantel unimos la transformación de Budenholzer y su staff técnico, el desastre queda completado. Ha ganado en dos ocasiones el premio de Entrenador del Año, pero todavía en Playoffs no ha mostrado gran capacidad de ajuste. Al igual que Frank Vogel y el staff de entrenadores de Lakers brilló por su clave toma de decisiones, Budenholzer y los suyos no propusieron nada diferente. Su plan fallaba una y otra vez contra Orlando y Miami y aun así no hubo ajustes.
De hecho, aunque Giannis recibió un aluvión de críticas -un buen número de ellas, merecidas- lo cierto es que lo intentó de todas las formas en los Playoffs. Fue el mejor de su equipo y cuando no jugaba era evidente. Por otro lado, los Bucks supieron ganar sin él y con Khris Middleton como estrella porque, precisamente, el plan de Miami pasaba por frenar al griego para detener a los Bucks. ¿Eso es culpa de Giannis o de la directiva que no sabe construir un plantel para sus necesidades?
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Rápidamente quisieron cambiar, era urgente. Antetokounmpo tenía pendiente la renovación y se movilizaron: salida de Bledsoe y pago de cinco primeras rondas para hacerse con Jrue Holiday. Viendo el nivel de Bled en los Pelicans y los rumores que insinúan que pretenden su traspaso, el precio de su canje por Holiday parece hasta barato.
Holiday fue el primer gran cambio y PJ Tucker es el segundo. Cerraron su traspaso hace pocos días y el veterano ex jugador de Houston ha disputado ya tres partidos desde el banco con los Bucks. ¿Por qué es clave el fichaje de Tucker? Porque confirma la dirección de los Bucks. El cambio necesario fue puesto en marcha tras el fracaso de Disney y en Wisconsin están listos para desatar su máximo potencial.
La defensa que gana partidos y los triples desde las esquinas, los dos grandes valores de PJ Tucker
La nueva fórmula en Milwaukee es sencilla y no tiene nada de misterio: small-ball con Antetokounmpo de falso pivote. Este paso es oblgatorio para hacer frente a determinadas alineaciones y planteamientos rivales que pretenden ahogar al equipo. Además, es evidente el refuerzo en cuanto a tiradores de perfil interior que abran la cancha. Tucker y su especialidad desde las esquinas (38% de carrera) se une a Bobby Portis, fichaje de la última Agencia Libre y el jugador más tapado del plantel (11 puntos, 6,8 rebotes y 48% en triples en 21 minutos). Es la versión mejorada del Marvin Williams del año pasado.
Esta es la gran apuesta de la gerencia y Budenholzer. Mantienen a Brook Lopez en el equipo -de momento-, pero cada vez vemos más de small-ball. Mientras en los Playoffs de Disney apenas hubo 15 minutos de alineacines pequeñas, esta temporada regular aumenta de manera salvaje la dosis y el rendimiento.
- G. Hill, K. Korver, P. Connaughton, D. DiVincenzo y G. Antetokounmpo: 15 minutos, 86,5 de ratio ofensivo y 122,9 de ratio defensivo; -36,4 de ratio neto
- D. Augustin, J. Holiday, K. Middleton, B. Portis y G. Antetokounmpo: 51 minutos, 130,2 de ratio ofensivo y 96,6 de ratio defensivo; 33,6 de ratio neto
Por un lado, el quinteto de small-ball más usado en los Playoffs 2020; por otro, el más utilizado en la 2020-2021, con unos excelentes resultados siendo el cuarto quinteto de mayor presencia en cancha. Aunque Lopez sigue siendo muy relevante y disputa 27,3 minutos de promedio (4º), es un hecho que los Bucks potencian una alternativa para la postemporada.
En Tucker consiguen otra pieza versátil que puede cambiar en bloqueos, con experiencia y de impacto superior a la estadística. En diferente perfil e importancia, pero similar a lo que aporta Holiday al equipo. Las referencias siguen siendo Giannis y, por detrás suya como eterno infravalorado, Middleton, pero los complementos de este año no tienen nada que ver con los del pasado. La cantidad del plantel se ha reducido, pero la calidad ha aumentado.
Han perdido a DJ Augustin, experimento que no funcionó, y a un alero defensivo interesante como Torrey Craig, pero es que ellos piensan en los cuatro tipos que acompañarán a Antetokounmpo en los minutos finales. Holiday, Middleton, Tucker, Portis y Giannis puede ser el nuevo quinteto fetiche de Budenholzer. O Donte DiVincenzo en el lugar de Tucker o Portis. Hay mayor variedad para la hora de la verdad. Eso sí, sin perder de vista la necesidad de incorporar un base extra para el banco (¿mercado de buyouts?).
Esta nueva realidad se refleja desde el 19 de febrero, racha en la que los Bucks registran un 13-1 de récord como la tercera mejor defensa y el décimo ataque. En este tramo, el griego firma 30 puntos, 12 rebotes y 7,5 asistencias por noche con un 56,5% en tiros de campo. Es de nuevo candidato para el MVP, aunque la narrativa no lo acompaña.
Las dosis de small-ball aumentan, en especial ahora con Tucker, ya que no hay un pivote al uso como tal desde el banco y son PJ y Portis las opciones. Se extraña un porta balón más en el banco, pero disponen de kilos de experiencia, músculo y energía. Contar como Antetokounmpo como falso cinco, último Defensor del Año, permite controlar el rebote de forma salvaje (52,6%, 4º) y ser el mejor equipo defendiendo la pintura (-3,2% de diferencia).
Milwaukee ya ha realizado su gran apuesta pese a que Giannis renovó el pasado diciembre, pero es que esa es parte de la historia. En Wisconsin no puede relajarse con el griego: cada año que no se metan en las Finales es un año perdido, y no pueden malgastar más balas de un jugador de tal calibre histórico.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.