Francia y la coronación en los Juegos Olímpicos Tokio 2020 de 20 años de trabajo: de Tony Parker a Rudy Gobert

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Parker Gobert

Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 han terminado para el básquetbol masculino con Estados Unidos consiguiendo la medalla dorada, algo habitual desde la presencia de los jugadores NBA en el torneo (solamente Argentina pudo interponerse en 2004) pero también antes: el equipo norteamericano no subió al escalón más alto del podio solamente en tres ocasiones cuando estuvo presente. Por las circunstancias especiales que afrontan al mundo, el triunfo por 87-82 ante Francia tiene un valor especial ante ellos, pero también lo tiene para Francia una medalla de plata que sabe a oro. Un logro que corona finalmente a todo un largo proceso del básquetbol francés, la principal fuente de importación de talento para la NBA por fuera de Norteamérica.

En los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, Francia se trepó al segundo escalón del podio y fue una sorpresa, un golpe al tablero: Les Blues contaban con Antoine "Le Roi" Rigaudeau, figura dominante del básquet europeo, con los triples y la conducción de Laurent Sciarra y con torres en la zona pintada como Frederic Weis (pick 15 del Draft NBA de 1999) o el estadounidense nacionalizado francés Crawford Palmer, aunque el titular era el pequeño (1,98 metro) y atlético Jim Bilba. Sin jugadores NBA en una época en la que a los internacionales recién se le comenzaba a abrir las puertas en Estados Unidos, llegó un buen éxito para un equipo francés que en los 35 años previos solamente había jugado unos Juegos Olímpicos (puesto 11 en Los Angeles 1984) y un Mundial (puesto 13 en España 1986) y cuyo último podio databa del Eurobasket de 1959

En Sydney el final fue el mismo que en Tokio: Estados Unidos superó a los galos y los dejó como escoltas, aunque en ese entonces los estadounidenses tenían todavía el halo de estar invictos con sus NBA, algo que caería a su siguiente presentación. Parecía imposible en el año 2000 pensar que un equipo como Francia podría eliminarlo de un Mundial en cuartos de final y luego ganarle el primer partido de unos Juegos Olímpicos relegando al Team USA al segundo puesto de su grupo: sin embargo eso sucedió entre 2019 y 2021.

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¿Cambió Estados Unidos? No, el país de la NBA sigue siendo una fábrica constante de cracks. Se potenció el básquet en el resto del mundo. El MVP, el MVP de las Finales y el mejor defensor de la última campaña de la NBA son extranjeros (el serbio Jokic, el griego Antetokounmpo y el francés Gobert), la cara de la liga entre los jóvenes es otro extranjero como Luka Doncic y en ese escenario tanto la Argentina de Manu Ginóbili como la España de Pau Gasol y la de Ricky Rubio fueron campeonas olímpicas y del mundo con generaciones que serán inolvidables en ambos países, "tormentas perfectas" donde todo cuadró.

Pero no solamente Argentina y España tuvieron todo para triunfar. Australia creció muchísimo y en Tokio finalmente consiguió su primer podio a nivel intercontinental, los países de la ex Yugoslavia siguen cosechando y cosechando talento aunque la división en varios estados-nación hacen que competir les resulte más complicado que antes de la década del 90 y que los clasificatorios europeos a Juegos Olímpicos y Mundiales sean una carnicería, África y Asia han evolucionado a un ritmo altísimo al menos en la aparición de distintas estrellas NBA (Joel Embiid o Yao Ming) y Francia ha trabajado mucho, pero sin poder repetir su presencia en una final desde Sydney hasta Tokio. A la mejor época de su básquet le faltaba al menos igualar el mejor resultado de su historia, lo que hizo ahora (también fueron subcampeones en Londres 1948).

Estamos hablando de una Francia que ha tenido ya 37 representantes en la NBA (contando a Howard Carter, base nacionalizado que jugó 66 partidos entre 1983 y 1984), la tercera mayor cantidad para una nación detrás de Estados Unidos y Canadá. De uno que terminó la temporada 2020-2021 con ¡doce! jugadores en la liga a pesar de que algunos de los referentes de su Selección están en Europa, tales como los ex NBA Nando De Colo, Guerschon Yabusele y Vincent Poirier.

Un país en el que se encuentran jugadores de un biotipo físico fantástico, digno de complicar a Estados Unidos en el juego interior junto a los 2,15 metros de Gobert con los 2,18 metros de Moustapha Fall o los 2,13 metros de Poirier, pero del que también surgió el talento de Tony Parker con apenas 1,83 metro o de Boris Diaw, alguien que no precisaba de correr rápido o saltar alto para ganar partidos.

Una Francia que ha accedido a la última final del Mundial Sub 17 (2018) con Killian Hayes y Theo Maledon en su equipo y que con los Sub 19 fue tercera en 2019 y subcampeona en 2021, siendo liderada en el último torneo por Victor Wembanyama, un chico de 17 años y 2,19 metros al que con mucha anticipación proyectan como el pick 1 del Draft 2023 de la NBA. Un país que en este siglo también evolucionó de forma agigantada entre las mujeres con medallas de plata y bronce en Londres 2012 y Tokio 2020 y con siete Eurobaskets consecutivos sin bajar del podio.

Evan Fournier, Rudy Gobert and Nicolas Batum represent France at the Tokyo Olympics

Algunas raíces estadounidenses están en este desarrollo y han ayudado a Francia en su evolución: sin ir más lejos tanto la leyenda Tony Parker como el proyecto Killian Hayes son hijos de ex basquetbolistas estadounidenses, mientras que Joakim Noah se mudó a Estados Unidos (país en el que nació) a los 13 años y se terminó allí de formar como deportista de élite.

Pero tampoco puede taparse la espectacular labor que realiza el INSEP, el "Institut national du sport, de l'expertise et de la performance" (Instituto nacional de deporte, experiencia y rendimiento), un centro estatal de alto rendimiento dedicado a formar atletas jóvenes que opera bajo el ministerio de deporte y que ha sacado a grandes jugadores como Parker, Diaw, Evan Fournier, Clint Capela (suizo), y otros jugadores que llegaron a la NBA como Killian Tillie, Joffrey Lauvergne, Ronny Turiaf, Alexis Ajinca, Johan Petro o los jovenes Joel Ayayi y Yves Pons que ahora lo están intentando en la Summer League. Entre este organismo y la cantera del club Cholet, a Francia siempre parecen sobrarle hombres a comparación de otras selecciones. Todo esto generado en una nación que domina los deportes profesionales de equipos masculinos: además del logro del básquetbol es campeona mundial en fútbol y campeona olímpica en vóley y handball.

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Les Blues no llegaron a Atenas 2004 y Beijing 2008 por decepcionantes y casi todas apretadas derrotas en Europa con Lituania (74-70 en 2003), Italia (69-67 en 2003), Rusia (75-71 en 2007) y Croacia (86-69 en 2007), cuatro países con una tradición basquetbolística mayor. El Eurobasket 2011 fue distinto: ¿la mejor Francia? (Parker, Noah, Batum, Diaw, De Colo, Mickael Gelabale) fueron subcampeones cayendo solamente con España, el rival que se volvió a atragantar en Londres 2012 en cuartos de final pero con el que se desquitaron en el camino a la conquista del Eurobasket 2013 con Parker como MVP en su mejor momento y en la llegada al podio del Mundial 2014 sin Parker pero con el estreno de Gobert y Fournier, dos jugadores nacidos en 1992 que, a excepción de los dos Juegos Olímpicos mencionados, prácticamente desconocen lo que es ver a Francia fuera de las grandes luces del básquetbol internacional.

El equipo azul, blanco y rojo parece haber llegado para quedarse y en Paris 2024, donde ya tiene presencia segura, buscará finalmente poder dar su gran golpe

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Agustín Aboy Photo

Agustín es productor de contenidos para Sporting News.