¿Ben Simmons es un jugador de nivel medio jugando en estático?

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#Ben Simmons

Ben Simmons es un gran jugador en transición. Una vez que le llevas a medio campo, es un jugador de nivel medio”.

Viral como ninguna otra cita de un jugador durante estos Playoffs, las palabras de Jared Dudley recorrían miles de celulares en forma de notificaciones y tuits este 17 de abril. Las burlas sobre las palabras del veterano acerca de Simmons se convirtieron en un auténtico hervidero.

Un día después tocaba la revancha. Simmons tenía la oportunidad de expresarse ante los medios sobre las palabras de Dudley.

Pique servido para el Game 3 y la serie igualada a una victoria para cada equipo. Y por si fuese poco, en Booklyn pretendían avivar las llamas. Que el incendio comenzado por Dudley aumentara.

Ben Simmons, desaparecido.

El resultado todos lo conocemos. No podía ser otro. Ben Simmons salía a ejercer de floor general. De líder sin Embiid. Vimos el mejor partido del australiano en Playoffs de su todavía corta carrera: 31 puntos, 9 asistencias y 3 tapones.

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Ben Simmons, una bestia en transición

Nadie debería dudar del nivel de este jugador en transición y con espacios. Los contraataques y las transiciones defensivas, cuando ambos equipos se sitúan, son las situaciones favoritas de Ben para dar rienda suelta a su talento.

Está en la absoluta élite de la NBA. Dentro de los jugadores con más de cuatro posesiones de este tipo por partido, Simmons es el penúltimo en puntos por posesión (0,94), cifras que inspiran poco optimismo. ¿A qué se deben? Busca siempre primero al compañero.

Dave, su padre, jugó durante 13 temporadas en la primera división de básquetbol australiano. Enseñó a Ben a jugar desde una mentalidad de primero pasar. Involucrar a los compañeros, sentirse él mismo involucrado, organizar y encontrar la mejor opción.

Una cualidad que se puede desarrollar. Una cualidad trabajada y a la vez innata en Simmons. Más allá de estilos o carencias, es un espectáculo estético en el campo abierto. Una rara combinación de IQ, elegancia y poderío atlético.

Si su juego en transición está en la cumbre más alta de la NBA es por su efectividad. Es el 2º que menos tira dentro de los 19 que más posesiones tienen de este tipo y el 7º con mejor eFG%. Al incluir los puntos que genera desde el pase, Ben Simmons se sitúa 9º en frecuencia anotadora de la NBA en transición. Pese a tirar casi 2 tiros menos que Westbrook, la diferencia en el porcentaje de jugadas que termina en puntos es de solo un 0,2%.

Imagina tener una bestia así en tu equipo. Una cuyo impacto defensivo es enorme.

¿Tiene razón Jared Dudley?

Jared Dudley y Ben Simmons

Es la gran pregunta a resolver. La respuesta que todos buscamos. Unos consideran que Simmons está infravalorado, otros le tachan de sobrevalorado y otros dos cruzan opiniones, entre los que admiran todo lo que aporta y los que fijan su atención en su laguna en el tiro.

Lo primero es lo primero. Las palabras de Dudley fueron expuestas como un ataque hacia el point-forward de los 76ers, cuando era una respuesta en un tono respetuoso y habitual en el veterano. Trataba de dar solución a cómo defender a un unicornio como Simmons.

Creo que Ben Simmons es un gran jugador en transición. Una vez que le paras en la media cancha, creo que es nivel medio. Cuando toma velocidad es muy difícil porque es pesado. Tienes que tener dos jugadores encima de él para eliminarle las canastas fáciles. Si vas mal, hazle falta y que lance tiros libres. Si lleva 4 de 4, continúa con las faltas. Los números muestran sus porcentajes con los libres”.

A alguien así tienes que pararle las transiciones. En media cancha va a encontrar un camino en línea de fondo, con los rebotes ofensivos… Es su velocidad lo que dicta la implicación del resto”, analizaba Dudley es una parte más completa de sus declaraciones.

El mismo Dudley dijo algo similar tras el Juego 1 acerca de la inexistencia del tiro de Simmons. “Le dejaremos abierto hasta que demuestre lo contrario. Ahora mismo ni siquiera lo intenta, así que hay una parte del juego que no es capaz de hacer”.

La diferencia entre las palabras del J1 y el J2 es que en las primeras dice algo que el mundo NBA expresa así, mientras que en las segundas deja un titular viral y que desatará la batalla. “Esto no debía ser un ‘ahora yo, ahora tú’. Era simplemente contestar una cuestión. Obviamente los medios tienen que hacer su trabajo y eso lo entiendo”.

Si por algo continúa Jared Dudley en la NBA con casi 34 años y 12 temporadas a sus espaldas es en buena parte por su inteligencia. Un veterano respetado que aparece de forma habitual en podcasts como el de Woj y deja intervenciones muy interesantes.

Cerca de 60 millones de dólares en una carrera marcada por la adaptación a los tiempos modernos y la IQ. Desde luego dudo que su abrumadora forma atlética sea la razón principal que le permita seguir en la mejor liga del planeta.

Ben Simmons, en cancha pista y sin transiciones

Para comenzar la reivindicación tras las palabras de Dudley, Simmons firmó un 9 de 11 en tiro en media cancha (2/2 en transición) y un 9 de 11 en libres. Jared también hacía referencia a sus porcentajes de la temporada (60%) y terminó con un 81%.

Por lo menos Dudley reconoció que sus palabras motivaron al australiano. Metió un “probablemente” por el medio, aunque solo había que ver las expresiones de Simmons para comprobarlo. Estaba muy metido en el partido y dispuesto a trash-talkear con el veterano.

Dicho esto, vamos a analizar a Ben en estático. Un jugador que necesita, no tanto tener balón, sino estar involucrado en la acción de la pelota para aportar. Para explotar su producción y talento que a su vez beneficia al resto tiene que estar metido. Le vemos sin pelota en muchas acciones quedarse en el poste bajo de lado débil y cuanto más ocurre esto, peor para él y para los 76ers.

El ataque de Simmons está condicionado por su first pass mentality y el estilo de Philadelphia. El equipo de Brett Brown utiliza muchos pases, acciones de bloqueos, carretones, manos a manos y similares. Un rico e interesante contenido táctico para una idea de juego horizontal.

Apenas vemos a Ben en aclarados. Ni los busca, ni le buscan, ni le hemos visto arrasar en la pequeña muestra que representan en su juego (0,9 posesiones/partido) al igual que el pick&roll como handler. Si bien las posesiones (2,3) y la frecuencia (12,5%) aumentan respecto a las isolations, el volumen es bajo y es una faceta que sí debería explotar más Brown. Apenas vemos, por ejemplo, pick&rolls entre Simmons y Embiid.

Jugar los P&R con Simmons de handler es diferente. Su carencia en el tiro provoca que colocarle un bloqueo en el triple sea imposible, por lo que las pantallas deben ser como en el vídeo anterior. En estas situaciones genera 0,96 puntos por posesión, una marca que le sitúa en el 82 por ciento. Cifra muy buena sin llegar a ser de auténtica élite.

Como roller en el bloqueo y continuación le vemos menos todavía. Y es sorprendente porque es un bloqueador extraordinario y genera ventajas con sus continuaciones, que dicho también, podrían ser más agresivas. Apenas 0,2 posesiones por partido, un 1,2% de su juego.

En el Juego 3 vimos a los Sixers buscar más a Simmons en estas situaciones. Con quintetos pequeños de small ball, sin interiores en pista, Ben es fácilmente el hombre más grande y físicamente poderoso de la pista. Esto le da una ventaja terrible para estas situaciones.

También es muy útil como bloqueador para dejar encajado al defensor. Busca generar el espacio y permitir que el compañero salga bien. Tenemos diferentes ejemplos, todos del Juego 3.

Un bloqueo duro en el 2x2 para dejar a Jimmy Butler en una posición positiva para anotar (y luego falla) o directamente como principal opción para bloquear. Además aquí que le floten juega a su favor y de los 76ers, ya que el tirador sale con más espacio.

Y no podía faltar una asistencia con pantalla en transición. Tobias está caliente, Simmons lo sabe y piensa en él. Pass first mentality.

Como posteador es peor de lo que parece. Sus cerca de 2’10 metros de altura y más de 100 kilos de peso le permiten imponerse sin problema a defensores pequeños. Incluso a tumbarlos sin poner mucho empeño en ello.

Tiene unos toques de finalización muy buenos y es capaz de terminar con ambas manos. Aquí tiene mucho futuro, pero es menos efectivo de lo que le gustaría. Juega 3,4 posesiones por partido, un 18,6% de frecuencia y apenas está en 0’80 puntos por posesión.

Ese 0,80 no es ni mucho menos un registro penoso. El problema en esta categoría reside en que todos los integrantes con más de 3 posteos por partido son interiores salvo Simmons y Giannis Antetokounmpo. Y la gran mayoría, incluido Giannis, mejoran la efectividad del australiano.

Tiene que seguir trabajando las finalizaciones. Tiene apenas un 43,8% de acierto y las situaciones en el poste bajo son donde puede tener más ventaja de forma inmediata en el juego estático. Solo Anthony Davis y Marvin Bagley registran un peor porcentaje en la temporada en estas situaciones.

En situaciones de tiro Ben Simmons ni califica. Aquí cuenta con el factor JJ Redick, un jugador cuyos números otorgan menos importancia de la que tiene en Philadelphia. A nivel táctico y de espacio da una cantidad de soluciones a Brett Brown difíciles de cuantificar.

De hecho una de las variantes la vimos en el Juego 2. Para cambiar la ofensiva y aprovecharse del exceso de flotación que realizan los rivales a Ben Simmons, utilizó al australiano como pantalla en situaciones de dribble hand off, jugada marca de la casa entre Embiid y JJ.

Redick es el jugador de la NBA que más posesiones usa en los DHO, el que mayor porcentaje de su juego representa y el que mejor porcentaje acumula. Es decir, el mejor tirador con el volumen más elevado en una secuencia básica para que Philadelphia pueda cortocircuitar defensas rivales.

Los cortes hacia el aro son muy habituales en el juego de Simmons. Desde el lado débil espera, lee y ataca para dar variantes al equipo. Lo que resta en espaciado lo suma –en menor medida- sabiendo cómo y cuándo cortar. De hecho es el único no big en la lista con más de 2 posesiones de este estilo junto a Giannis (2,7 y 2 respectivamente) y el de Philly mejora el acierto de jugadores como Andre Drummond o Rudy Gobert.

En el rebote ofensivo tiene otra cualidad que Jared Dudley destacaba en una previa. Tiene olfato para atacar el rebote, en especial en jugadas en las que se encuentra sin balón en lado débil. Prevée el choque del naranja en el metal. Y después su martirio.

Además muestra mejora. En su temporada rookie capturaba el 6% de rebotes ofensivos que sucediesen con él en pista. Para celebrar su segunda temporada NBA aumenta la cifra hasta el 7%.

¿Dónde puede explotar más su rendimiento? En las penetraciones a canasta. Aquí está lejos de la élite en cuanto a volumen, promedia 9,9 y hay un buen número de jugadores por encima de las 10. Incluso varios cerca de 20 por partido.

La clave en las penetraciones de Simmons reside de nuevo en el pase. Tiene más de un 50% de acierto y el 43% de sus drives terminan en pase, de los cuales surgen el 9,7% de las asistencias totales del equipo.

Es decir, si Ben penetra unas 10 veces por partido, 4 de ellas terminan en pase y de esas 4 situaciones aparecen el 10% de las asistencias de Philadelphia. Habla muy bien de su capacidad para producir tiros de alto porcentaje para sus compañeros tras atacar el aro.

Merece la pena incidir más en su faceta como pasador, facilitador, organizador y jugador generoso. Ha terminado la temporada como el 2º jugador de la NBA que más pases promedia por partido solo por detrás de Nikola Jokic y como 5º en asistencias potenciales.

También es una referencia en asistencias secundarias. La verdad, es un espectáculo verle pasar el balón.

El pero aquí son las pérdidas. Un aspecto que debe trabajar Simmons y donde incide en buena parte el estilo de los Sixers es el cuidado del balón. Pierde 3,5 balones por noche en algo más de 32 minutos, un 19,3% de las situaciones.

Philadelphia terminó la temporada como el 24º equipo en pérdidas. Es una losa importante para un equipo que ha perdido varios partidos por los balones descuidados en los últimos años.

Pero lo dicho, qué gusto es ver a Ben Simmons pasar la pelota. De lo más estético de la liga.

El análisis está centrado en el ataque, pero ¿y la defensa? Ben Simmons es un portento atrás. Lee bien el campo, de cualidades físicas va sobrado y cuando aprieta es capaz de ser uno de los dos o tres mejores defensores en pista. Esté quién esté y contando con Embiid y Butler.

La principal carencia defensiva del australiano es la pasividad. Es extraño verle aplicarse al 100%, de hecho suele quedarse lejos y esa relajación provoca un par de pequeños fallos por partido.

Embiid es la piedra angular sobre la que Brett Brown erige la defensa de Philly. Simmons es un cuerpo de lujo en esta materia y las estadísticas lo reflejan. Con Ben en pista los 76ers registran un ratio defensivo de 109,8 puntos encajados por cada 100 posesiones, cifra de nivel medio en unas 5.800 posesiones.

Con el big 4 y JJ en pista, la muestra es mucho más reducida (+350 posesiones) y la marca también: 101,7 de ratio defensivo. Sin Simmons en pista, el equipo encaja 109,3 puntos por 100 posesiones.

También se encuentra en la élite de los tapones con 2,7 por partido y solo 11 jugadores por delante y en la lista de jugadores que más balones sueltos recuperan en ataque y defensa. Un competidor por naturaleza.

Excelente en transición y de uso táctico en media pista

Resueltas las dudas sobre la capacidad del jugador en transición y con espacios –si es que existían- decir que Ben Simmons es un jugador de nivel medio en ataque estático es realizar una lectura demasiado simple.

Las características de Simmons son muy concretas. Es un jugador extraordinario con una carencia enorme en su juego como es la del tiro. Precisa de una serie de jugadores, como Redick, para remediar estas lagunas y revertirlas en favor del equipo.

Ben es mucho más que un jugador mediocre en media pista. Se trata de una pieza que puede parecer defectuosa, pero que esconde un mundo de posibilidades bien tratada y situada con gusto. Como ha hecho Brett Brown en los Game 2 y 3.

Hablamos de uno de los mejores jugadores del planeta, seguro entre los 20-25 mejores. Tiene 22 años y pese a su inexistente tiro de media o larga distancia, sabe hacer absolutamente de todo: pasar, finalizar con ambas manos, postear, jugar el pick&roll como ‘handler’ y como roller, destrozar en transición

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Es evidente que el siguiente y obligatorio paso es el tiro. Si Ben Simmons quiere llegar al siguiente nivel necesita trabajar en su jumper este mismo verano y atreverse con los triples la próxima temporada. Incluso si no quiere ser visto como un peligro para el ataque de Philadelphia en su asalto por el Larry O’Brien.

Pero no, Ben Simmons no es un jugador de nivel medio en ataque estático. Está entre la élite en muchas categorías aunque necesite pulir ciertos aspectos. Fíjate en todo lo que puede hacer este inusual talento de 22 años y no en el único aspecto que aún se le escapa, por muy exagerado que este sea.

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