Joe Smith: el peor error de la historia de Minnesota Timberwolves

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Minnesota Timberwolves

Creada en 1989, Minnesota Timberwolves ya tiene una historia bastante extensa en la NBA pero a diferencia de otras franquicias creadas a fines de la década del ochenta o incluso después, como Miami Heat, Toronto Raptors y Orlando Magic, todavía no piso las Finales de la liga. De hecho solamente en una temporada llegó más lejos que la primera ronda de los Playoffs: en la 2003-2004, siendo finalistas del Oeste con el MVP Kevin Garnett.

En la era de KG, el mejor jugador que haya tenido la franquicia, fueron a la postemporada desde 1997 hasta 2004, mientras que desde entonces apenas clasificaron a Playoffs una vez (2018). Sin embargo, esos tiempos con Garnett terminaron agotándose por la frustración del jugador de estar en un equipo que no lograba rodearlo con nombres a su altura para pelear por un título.

Eso no parecía que iba a ser así a fines de la década del 90. Al terminar la temporada 1996-1997, con un Garnett de 21 años y un Stephon Marbury de 20 que se lucían como una de las duplas más prometedoras de la liga, Minnesota parecía un serio contendiente para el futuro. Pero en 1998, al tener que renovar el contrato de Kevin Garnett por unos 126 millones de dólares que parecían estratosféricos en aquel momento (pasó a ser el cuarto jugador mejor pago de la liga), todo se complicó.

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Sin mucho espacio salarial, los T-Wolves debieron dejar irse como agente libre a Tom Gugliotta, que había promediado 20 puntos y 8 rebotes siendo referencia del juego interior junto a Garnett y sabían que tendrían problemas para intentar renovar a Marbury. Entonces realizaron una finta para tratar de esquivar a las reglas de tope salarial que mandan en la NBA y poder potenciar el equipo. Pero eso terminaría siendo un grave error que resultó en uno de los mayores castigos impuestos por la liga a una franquicia en su historia.

Kevin Garnett Joe Smith

En el período de agencia libre que hubo tras el lockout de 1998, los Timberwolves dieron una de las sorpresas del mercado al llevarse a Joe Smith, ala-pivote de 23 años que había sido el pick número uno del Draft 1995 y que promedió 16,2 puntos, 7,7 rebotes y 1,1 tapones en 34,2 minutos en sus primeras tres campañas en la liga, por un contrato de apenas un año y poco más de un millón y medio de dólares, realmente muy por debajo del valor de mercado de un jugador como Smith que no era una estrella pero que tenía un futuro interesante por delante. Un tiempo antes, Smith había rechazado una renovación de 80 millones de dólares con Golden State Warriors. Algo parecía sospechoso.

Con Garnett y Smith, pero habiendo tenido que traspasar a un descontento Marbury, los Wolves terminaron con récord de 25-25 en 1999 y volvieron a perder en primera ronda de Playoffs. Entonces Smith renovó contrato con el equipo y nuevamente con un vínculo que no parecía nada favorable para él: dos millones de dólares por un año, tras haber sido el pivote titular promediando 13,7 puntos, 8,2 rebotes y 1,5 tapones por encuentro.

El rendimiento de Smith decayó en la campaña 1999-2000 y el esloveno Rasho Nesterovic le sacó su lugar en el quinteto titular, pero con un buen nivel del base Terrell Brandon, la llegada del rookie Wally Szczerbiak y un Garnett que ya era una súperestrella (finalizó segundo en la votación a MVP), los Wolves ganaron 50 partidos en fase regular. De poco les sirvió en postemporada igualmente, perdiendo 3-1 contra Portland Trail Blazers en un aspero cruce de primera ronda tras haber sido sextos en el Oeste.

Entonces llegó un verano estadounidense terrible. Más que nada por el fallecimiento de Malik Sealy, el alero titular del equipo, en un accidente automovilístico, pero también por la "bomba" que estallaría en los despachos. Se descubrió que había un arreglo encubierto entre los directivos de los Timberwolves y Joe Smith para que el interior, que había renovado una vez más por apenas un año y una cifra económica pequeña, vaya aceptando continuar en el equipo de esa forma y así le de mayor espacio de maniobras salariales a la franquicia.

En la prensa, Smith explicaba sus decisiones diciendo que disfrutaba jugando al lado de Garnett y que no quería atarse a contratos largos, pero el incentivo era otro: los Wolves le prometían un gran contrato en el futuro si en el corto plazo él les dejaba mejorar el equipo resignando dinero. Después de tres contratos de un año, Minnesota ya sería dueño de los "Bird Rights" de Smith y lo podría renovar pasándose del tope salarial.

Pero entre la investigación que comenzó la NBA, sospechando de esta historia, y una batalla judicial entre Andrew Miller, el agente de Smith y Garnett, y Eric Fleisher, el dueño de la empresa de representación de la que Miller se llevó a sus clientes luego del contrato multimillonario de Garnett, todo fue saliendo a la luz.

El 25 de octubre del 2000, unos días antes de comenzar la temporada 2000-2001, la NBA anunció la sanción a Minnesota por realizar esta maniobra ilegal queriendo engañar al tope salarial, una norma que es uno de los corazones de la liga debido a que determina como se pueden armar los equipos. Además de sancionar al agente, cancelaron el último contrato firmado entre Smith y los Wolves y fueron muy duros con Minnesota, queriendo marcar un precedente para que ninguna otra franquicia se atreva a algo así: le impusieron una multa de 3 millones y medio de dólares y le quitaron todos los picks de primera ronda del Draft entre 2001 y 2005.

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Así, mientras que Smith echó a perder mucho dinero en el mejor momento de su carrera para terminar firmando como agente libre en Detroit Pistons de cara a la 2000-2001 por poco más de dos millones de dólares, los Wolves se veían muy limitados a futuro, perdiendo sus cinco próximas selecciones de primera ronda del Draft en un momento en el que intentaban dar un salto de calidad para rodear a Garnett, quien se llevaba gran parte del espacio salarial por lo que adquirir jugadores jóvenes a su alrededor era fundamental. Además, el dueño Glen Taylor fue suspendido por un año, aceptando la culpa, y el general manager Kevin McHale, que decía no conocer nada sobre lo que había ocurrido, se tomó licencia sin paga también por un año.

Realmente nada había valido la pena: la producción de Smith en Minnesota nunca superó la de un jugador de rol y además parecía ir en declive. De hecho volvió a la franquicia al año siguiente, firmando un contrato de 34 millones por seis años, pero fue traspasado a Milwaukee Bucks luego de haber sido suplente en los Playoffs de 2002 y 2003.

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Mientras tanto, Minnesota dejó pasar la chance de tener al pick 17 del 2001, al pick 22 del 2002 y al pick 28 del 2004. La liga les redució un poco la sanción y les devolvió las selecciones de 2003 (eligieron a Ndubi Ebi con el pick 26) y de 2005 (se quedaron con Rashad McCants con el pick 14), pero la falta de las anteriores los limitó a la hora de realizar traspasos o de tener una chance para elegir a jugadores como Zach Randolph, Tony Parker, Gilbert Arenas o Carlos Boozer, todos futuros All-Star, con los picks perdidos.

Teniendo en cuenta más errores de los Timberwolves de esas épocas, como dejar marcharse a Chauncey Billups a Detroit como agente libre apostando a que Terrell Brandon se recupere de una lesión de rodilla que lo terminó retirando, no llama la atención que hayan cometido algo así, una trampa con la que ni siquiera llegaron a sacar mucha ventaja, sino que los terminó condicionando en el futuro por el castigo.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Agustín Aboy Photo

Agustín es productor de contenidos para Sporting News.