Doc Rivers y la difícil tarea de hacer funcionar a Philadelphia76ers en ataque

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La llegada de un nuevo entrenador es siempre garantía de cambios y de la entrada de conceptos nuevos que hagan mutar o revolucionar la identidad del equipo. Philadelphia 76ers lleva adoleciendo de una transformación en su sistema ofensivo desde hace ya varios años. La etapa previa de Brett Brown supuso el despegue del equipo en términos de resultados hasta tocar su eventual techo en 2018, alcanzando la tercera posición del Este y cayendo en Semifinales de Conferencia. Un techo que vino propiciado por la frescura que acompaña siempre a un proyecto nuevo así como de un entramado defensivo capaz de frenar a todo tipo de rivales independientemente de su propuesta, algo que siempre fue una tónica mientras Brown estuvo al frente.

Sin embargo, en el otro costado las cosas no funcionaban de igual modo. Lentitud, falta de fluidez y una evidente falta de tiro exterior fueron algunas de las características del juego de los Sixers el pasado año y que llevaron al desembarco de Doc Rivers en Philadelphia. Un técnico cuyo valor más preciado es la gestión de grupos, no solo con los jugadores, sino con el resto del staff técnico, receta indispensable para solucionar los problemas que estos atesoran en la creación ofensiva.

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Los Sixers fueron la octava mejor defensa de toda la NBA permitiendo 108 puntos por 100 posesiones a sus rivales, en contraste fueron el decimocuarto mejor ataque de la liga con 110 puntos por 100 posesiones lo que significa que apenas eran un equipo eficiente en términos generales, sin disponer de una soltura y acierto que les permitiera sumar resultados positivos o bien dominar el curso de un partido. 

La llegada de Doc Rivers viene con el objetivo de incrementar el rendimiento de la plantilla, organizada en torno a Joel Embiid y Ben Simmons, dos jugadores contrapuestos a ojos de la opinión pública, pero que hasta el momento no han contado con el apoyo táctico suficiente que explote las virtudes comunes que ambos comparten o bien las individuales, que aisladas pueden ser más que útiles para los intereses del equipo. 

embiid simmons

A estas alturas de la carrera de Rivers su playbook ha experimentado tantos cambios y evoluciones que resulta imposible establecer una línea clara en la composición ofensiva de sus equipos. Pese a lo cual se puede hablar de algunos patrones que se han mantenido en sus últimos años como entrenador de los Clippers donde se ha centrado en explotar situaciones de bloqueo directo, usando indistintamente a grandes y pequeños como bloqueadores, así como acciones de cuernos donde controlar el espacio y los ejecutores del sistema. 

"No se construye Roma en un día. A veces lleva tiempo y tienes que estar abierto a pasar por malos momentos, incluso durante un partido de temporada, para llegar a donde quieres", expresó el técnico sobre el objetivo y el estado del equipo ahora mismo. 

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Durante el pasado curso los Sixers fueron uno de los equipos que menos triples intentó de toda la NBA (31,6) y uno de los que más situaciones al poste bajo acumuló por la presencia de Embiid, Harris, Simmons y Horford (12,8 posesiones). Cambiar esa cultura y esa dinámica en cuestión de semanas y con un training camp tan reducido no va a ser fácil, más cuando la razón de esos guarismos tan bajos en lanzamiento exterior han venido propiciados por una cuestión de spacing ofensivo y de composición de plantilla que ha exigido a piezas secundarias como Milton o Korkmaz asumir roles para los que no estaban preparados.

"Con un nuevo entrenador y un nuevo sistema, siempre estoy preocupado por los primeros partidos", dijo Rivers. "Nunca sientes que estás completamente listo en esta situación. Pero tenemos que estarlo", añadió.

El desarrollo de unos nuevos 76ers va a demorar un tiempo considerable por el periodo de adaptación y reacondicionamiento al sistema que promueve el staff del equipo, más centrado en la continuidad y no en las secuencias concretas, algo que había sido la seña de identidad de Brown. Por ello, en este momento de transición Rivers quiere abrazar todo lo construído por su predecesor en términos de defensa como trampolín para crecer ofensivamente a base de transiciones y juego en llegada. 

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"Vamos a tratar de desarrollar todo nuestro sistema defensivo", asegura. "En temas de balance y rebote estamos bastante bien, creo que no somos lo suficiente buenos a media cancha en ataque todavía. Lo estaremos, pero estamos lejos de ello. Así que, como le dije a los chicos, no nos centremos en la media cancha, defendamos y así podremos correr y jugar. La defensa es donde más centrado estoy", finalizó.

"Me gusta nuestra versatilidad con muchos tiradores y jugadores que pueden poner el balón en el suelo y tenemos mucha amplitud defensiva", complementó el entrenador de unos 76ers que en sus dos partidos de pretemporada ha mantenido buena parte de los guarismos del pasado curso, siendo el 4º equipo que menos triples ha lanzado pero el octavo en cuanto a eficencia ofensiva gracias al empuje de su primera unidad.

Es muy posible que durante la primera mitad de la temporada Philadelphia siga siendo un equipo lento y de trabajo en la media cancha, con un spacing deficiente y dependiente del nivel que pueda ofrecer un Joel Embiid que estará disponible para el inicio de la fase regular el 23 de diciembre ante los Washington Wizards.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Sergio Rabinal Photo

Sergio es productor senior de contenido en las ediciones en español de The Sporting News.