D'Angelo Russell, Karl-Anthony Towns y la ilusión por competir en Minnesota Timberwolves

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¿Hay algún motivo para sonreír en esta temporada de Minnesota Timberwolves? Las previas lo situaban como uno de los conjuntos ofensivos de mayor potencial liderados por la pareja D'Angelo RussellKarl-Anthony Towns. Sin embargo, solo han compartido cancha en 14 partidos y tienen un balance de 18-44, segundo peor de la liga solo por delante de Houston.

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La ilusión de ver al número 1 del Draft, Anthony Edwards; un tirador recién renovado en Malik Beasley; la pareja de españoles, Ricky Rubio y Juancho Hernangómez; jóvenes olvidados como Jarret Culver, Naz Reid o Jaden McDaniels... Todas las ilusiones quedan sepultadas por la dura realidad: los Wolves han sido unos de los peores equipos de la NBA en la 2020-2021.

A falta de pocas semanas de temporada regular, los Wolves no están inmersos en una reconstrucción como los Rockets, recién inaugurada con el traspaso de James Harden; Oklahoma City, que marcha por delante suyo en el Oeste -y es posible que lo supere- tiene peor plantel y, hasta que decidieron sentar a sus mejores jugadores, compitieron mejor. Incluso en el Este, si miramos a reconstrucciones recientes como las de Orlando y Detroit, son equipos que han sabido hacer más con mucho menos.

La cuestión con Minnesota es que es una remodelación a medias. Sí, tienen talento para estar arriba, pero no disponen de los mecanismos de jerarquía ni de solidez defensiva como para estar donde deberían. ¿A qué se debe? Gersson Rosas, ejecutivo al frente, llegó en la 2019-2020 para ir sentando las bases de su propio proyecto, ya la enésima tanda de cambios que Towns veía en su tiempo en la franquicia. Y lo cierto es que en ningún momento parecía que Ryan Saunders estuviese en sus planes.

El joven entrenador, hijo del recordado Flip, gusta a todo el mundo en la organización. Pero esto se trata de competir y ganar, no de caer bien. Su despido era inminente en una escuadra joven que necesitaba una mano más firme para su proceso de crecimiento. Tras su despido a finales de febrero, los Wolves marchaban 7-24 con el objetivo de los Playoffs muy lejos. Sin embargo, el veterano Chris Finch ha introducido cambios y con él la seriedad del vestuario ha aumentado.

Tampoco sería justo señalar a Saunders como culpable. De hecho, no lo es, pero sí era la pieza a tocar cuando en un núcleo joven y desestructurado las cosas no funcionan. La imagen ofrecida en los primeros meses por Minnesota era de equipo desecho y egoísta. Cada jugador salía preocupado por lanzar, no por defender y encontrar las mejores opciones. Así era imposible y con Finch la situación es bien distinta.

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Tras un primer mes de ajustes, parece que el entrenador ha dado con la clave y ya tiene su rotación definida. Otra de las cuestiones con Saunders era esa: cada día el quinteto titular y el reparto de los minutos cambiaba. Funcionar de esa manera, con un guión impredecible, se antoja muy complicado en la NBA; misión suicida en un equipo tan juvenil.

El caso es que Finch tiene a sus cinco titulares, ha aumentado el peso de Edwards como generador y ha sabido encontrar el jugador ideal para comenzar los partidos como ala pivote, el joven McDaniels (cuyo hermano también ha ganado peso en Charlotte). Esto viene de la mano de recuperar a Russell, quien estuvo fuera dos meses tras una cirugía de rodilla, y tener con continuidad sobre el parqué a su pareja de All-Stars.

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Los Wolves vienen de ganar su doble duelo ante Utah Jazz y cerraron la serie de la temporada regular con un favorable 3-0. Según Elias Sports Bureau, es la primera vez en la historia de la NBA que un equipo con un porcentaje de victorias por debajo del 30% barrió una serie de al menos tres partidos contra un equipo con un porcentaje de victorias de al menos 70%.

"Estamos construyendo y esto nos da algo sobre lo que construir", dijo Russell tras el reciente triunfo. “Tenemos todas las excusas del mundo para decir por qué no somos lo que se supone que somos, pero solo el sabor de nosotros ganando aquí y allá o ejecutando en la recta final nos da algo sobre lo que construir, simplemente sacando esos pequeños aspectos positivos de cada partido, especialmente cuando ganamos''.

Han estado 59 partidos sin ser capaces de ganar dos seguidos, pero vaya dos han conseguido ahora. Utah es el primer equipo en la era de los datos ("play-by-play era" desde 1997-1998) en tener el mejor récord de la liga y sufrir remontadas de 17 puntos o más en dos partidos consecutivos. Y su verdugo han sido los Wolves más talentosos e irregulares.

Se pueden pensar que es casual. Dos encuentros a final de campaña cuando el Jazz estará pendientes de los Playoffs. Sin embargo, no es así. Hay mejora por parte de Minnesota: récord de 6-8 en abril con el 11º mejor ataque, cuando hasta esa fecha eran el 26º ataque en la tabla de eficiencia.

Un motivo de peso es la relación entre Finch y Russell. Diferentes periodistas de Estados Unidos señalan que la relación de Saunders, el anterior técnico, y D´Lo no era la mejor, pero con Finch es diferente y esto propicia que pueda salir desde el banco. Quién nos lo iba a decir. Ver a Russell aceptando un rol de sexto hombre es realmente sorprendente. El concepto de titular/suplente difiere mucho en Estados Unidos y el resto del mundo, por eso merece crédito el entrenador y, también, un joven que ya es All-Star y acepta salir desde el banco en el segundo peor récord de la liga. No es algo habitual.

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"Obviamente tiene la capacidad de calentarse y crear su propia ofensiva", dijo Finch sobre Russell tras su exhibición para ganar a Utah. “Lo puedo sentir cada vez que pasa. Además pienso que también está haciendo un gran trabajo en defensa. Fue realmente sólido en ataque y, a veces, también impacta en defensa".

Desde que regresó de su lesión, Russell promedia 20 puntos, 5,3 asistencias, 2,3 rebotes y 44,7% en triples lanzando 7,1 en 25,6 minutos de juego. Su cuota de juego va a más, pero en un equipo con Edwards actuando de generador y con Ricky de base veterano no sobran los minutos. Porque esa es otra: Finch considera fundamental a Rubio por su defensa y su seguridad en la toma de decisiones. Que falle o tenga peores rachas de tiro es secundario, los Wolves necesitan su experiencia y saber jugar. Es habitual en los quintetos que cierran partidos ajustados.

Integrar a Russell como anotador era obligatorio para el proyecto. Edwards todavía es inconsistente y no tiene ese grado de amenaza desde el perímetro, mientras que Beasley está fuera y Towns necesita descarga en el exterior. El ex de Brooklyn y Golden State es también el seguro del equipo en el clutch: es el que más tiros acumula (48) pese a haber jugado menos y su acierto es del 43,8% en tiros de campo y 42,1% en triples. ¿El récord de Minnesota en el clutch? 10-8 con D'Angelo.

towns Russell

La verdadera estrella del proyecto es Towns, aunque la 2020-2021 no es su temporada más brillante. Afectado por un drama familiar por el COVID-19, vemos al pivote más comprometido en defensa y dispuesto a hacer cosas diferentes en ataque. No solo busca anotar, sino dominar con su presencia para condicionar al rival. El doble duelo ante Rudy Gobert es un gran ejemplo. En el segundo partido solo lanzó 4 triples (1 de 4, 25%), pero fue clave para sacar al francés de la pintura y, en otras ocasiones, colapsar a la defensa con su presencia y bloqueos. De tener consistencia atrás hablaríamos del pivote más desestabilizador sin necesidad de tocar bola.

El abril de KAT: 26,5 puntos, 11,3 rebotes, 4,9 asistencias y 38,3% en triples lanzando 6,8 por partido. Ha cedido tiros para los Edwards, Russell y compañía. Quiere ganar, no acumular estadística, y en esta reciente racha ha sido evidente.

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El récord de Minnesota esta temporada es de 18-44 cuando se escriben estas líneas. Si diseccionamos, Towns y Russell solo han coincidido en 14 partidos, en los cuales el balance es positivo, 8-6. Es decir, con sus dos estrellas tienen un 8-6, incluyendo victorias sobre Utah, y sin ellos registran un 10-38 en 48 encuentros.

Con Finch en el banco han encontrado seriedad. Russell vuelve a sentirse jugador de básquet y no le molesta salir desde el banco si eso beneficia al conjunto. Edwards cada semana luce mejor y en la franquicia diseñaron la temporada para su construcción como jugador, pero es que hasta su "quinteto ideal" ofrece una muestra muy interesante:

  • Russell, Okogie, Edwards, McDaniels y Towns: 111,6 de ratio ofensivo y 99 de ratio defensivo, +12,6 (mejor cifra del equipo) en 7 partidos y 45 minutos, récord de 4-3

El camino es largo y queda mucho en Minnesota. De momento, parece que Rosas consiguió una victoria con Finch, fundamental para continuar su reconstrucción dentro del proyecto anterior. Además de configurar el plantel en la próxima offseason para mejorar en defensa, los Wolves deben tomar el testigo de otros equipos jóvenes: para saber ganar hay que saber competir. ¿Cuál es la mejor forma de enseñar esto? Precisamente esa vía, la de competir. Y parece que los Wolves tienen una base sobre la que construir con Towns, Russell, Edwards, Ricky y Finch.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

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