Encontrar un pivote que cumpla las funciones tradicionales de la posición sin que requiera un gran volumen de posesiones es una de las aspiraciones de toda planificación deportiva moderna en la NBA. Un jugador que se limite a producir desde el bloqueo directo, colocando buenas pantallas, anotando en la pintura y marcando la diferencia en el rebote. Clint Capela es el perfecto ejemplo de que este tipo de perfiles existen y que pueden ser decisivos en el contexto adecuado.
Atlanta Hawks no comenzó la temporada como ellos hubieran deseado, encadenando numerosas derrotas y lejos de los puestos de postemporada. El cambio de entrenador en favor de Nate McMillan ayudó a que el equipo de Georgia diese el paso adelante deseado, centrando sus esfuerzos en un uso más eficiente de Trae Young, dando alas a Bogdan Bogdanovic y con Capela como presencia interior y un foco secundario del ataque.
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Era de esperar que base y pivote hiciesen buenas migas pues sus estilos se complementaban, uniéndoles el bloqueo directo como fuente desde la que crecer. Lo que quizás era más complejo de prever es que lo llevarían hasta un nivel de excelencia tal que los convertiría en una de las parejas más eficientes de la NBA en este tipo de acciones. Según PBP Stats, Young y Capela se han conectado para un total de 126 asistencias en esta campaña, la sexta más prolífica en ese sentido de toda la competición, sucediendo todas en los aledaños del aro, donde el suizo es pura élite.
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Desde el mes de abril, el interior de los Hawks parece haber dado un salto adelante en su juego de ataque de manera considerable, pasando a promediar 17,0 puntos con un 61% de efectividad de cara al aro pese al 61% desde el tiro libre que le acompaña, una mejoría significativa respecto a los 15 tantos de los dos meses previos.
Capela ha ido creciendo, desarrollándose y aprendiendo a jugar junto a sus nuevos compañeros, un reto que ha demorado más tiempo del que podría haberse previsto en un principio, pero que ahora comienza a dar sus frutos. Ejemplo de ello fue la actuación realizada ante una de las defensas más poderosas de la liga como los Phoenix Suns, a quienes los Hawks se impusieron de manera contundente por 135-103. El nativo de Ginebra lideró a Atlanta con 18 puntos, 10 rebotes, 2 tapones y 8 de 11 en tiros de campo en tan solo 24 minutos de juego, unos números solo al alcance de Giannis Antetokounmpo y Joel Embiid en esta temporada.
El jugador de los Hawks supo nutrirse de la influencia ofensiva de su compañero Young, de quien recibió 4 asistencias que convirtió en 8 puntos, a lo que añadir 4 tantos más en acciones derivadas.
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"Tenemos una conexión real", dijo recientemente el base para ESPN. “A veces lanzo una flotadora solo porque sé que su emparejamiento la defenderá. Si no entra, será para Clint. Es una bestia". "No creo que nadie esperase que los Hawks estuvieran donde estamos, y Clint es probablemente la razón número uno", aseguró Nate McMillan.
El pick & roll ha ejercido como trampolín desde el que producir y generar valiosos puntos para los Hawks, y es que Capela está tejiendo una unión a tener muy en cuenta en el medio plazo con el mencionado Young, quien le ha permitido colarse en el Top 10 de finalizadores en este tipo de situaciones, siendo el 7º clasificado. El suizo produce 1,23 puntos por posesión en acciones de bloqueo directo, con un 63% de acierto en 3,2 situaciones por encuentro, a lo que hay que añadir 4 screen assists, es decir, ayudar al manejador a anotar gracias a la pantalla.
El aporte del jugador de Atlanta no se queda ahí pues, como señaló Trae Young, su presencia es constante en la pintura como reboteador o finalizador en el aro, siendo capaz de producir 1,29 puntos por posesión en palmeos, siendo el que más ha realizado en toda la NBA.
"Voy a trabajar más que tú durante todo el partido", aseguró Capela a ESPN. "Tal vez no sea tan evidente o visible. Tal vez no esté en las redes sociales. Pero es eficiente. No pienso en querer mostrarme bien o hacer un buen movimiento, pienso en dominar la pintura".
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No obstante, su progresión ofensiva todavía no ha venido acompañada de una mejoría defensiva semejante, ya que sigue siendo poco eficiente en acciones de 2 vs. 2 como se ve a continuación:
| Situación | Puntos por posesión |
| Manejador - Bloqueo directo | 0,95 |
| Continuador - Bloqueo directo | 1,31 |
| Palmeos | 1,18 |
Pese a esto sí ha dado un salto cualitativo como protector del aro, permitiendo un 52,5% de acierto a sus oponentes, el 7º que mejor de toda la NBA, por delante de otros como Joel Embiid o Jarrett Allen.
La temporada de Capela merece ser puesta en valor como una de las más eficientes y destacadas desde la pintura en los últimos años. De concluir con los promedios de 15,3 puntos, 14,4 rebotes y 2,1 tapones, se convertiría en el segundo jugador en este siglo en lograr algo así junto a Dwight Howard y Hassan Whiteside.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.