El Salón de la Fama del básquet tendrá en este 2018 una nueva camada de estrellas que se sumarán a la larga lista de figuras reconocidas a lo largo de la historia. La tradicional ceremonia de este año se realizará el viernes 7 de septiembre en el Springfield Symphony Hall, y allí se conmemorarán a otras 13 personalidades del deporte, incluidas algunas leyendas de la NBA. Comenzamos recordando a los que tendrán su homenaje. En esta caso: Grant Hill.
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¿Qué hubiera sido de él si las lesiones no lo hubiesen perseguido durante gran parte de su carrera? Esa pregunta, de respuesta imposible de conseguir con certeza, es la que se hicieron muchos con Grant Hill, un talento descomunal que deslumbró desde que puso un pie en la NBA y, pese a los problemas en su cuerpo, se las ingenió para dejar una huella difícil de borrar.
Y cuando decimos que deslumbró desde el comienzo, es literal. Porque este delantero, tomado en el 3º lugar del Draft 1994 por Detroit Pistons, tuvo una primera temporada fantástica, con promedios de 19,9 puntos, 6,4 rebotes y 5 asistencias que no sólo le valieron el premio al mejor novato del año, sino que lo convirtieron en el primer jugador rookie en liderar la votación para el All-Star Game.
Lo concreto es que, durante las cinco temporadas siguiente, Hill promedió siempre arriba de 20 puntos (25,8 en la 1999-2000, su máxima). Sin embargo, el paso a Orlando Magic a partir de la 2000-2001 no fue lo mejor, sobre todo porque su físico empezó a golpear. De hecho, durante sus primeras cuatro campañas en los de Florida, apenas jugó 43 encuentros (se perdió toda la 2003-2004).
Más tarde estuvo cinco campañas en Phoenix Suns, más como un veterano para aportar desde atrás, y se retiró en la 2012-2013 tras 29 duelos con Los Angeles Clippers.
Su carrera dirá que disputó 1.026 partidos de fase regular, con promedios de 16,7 puntos, 6 rebotes y 4,1 asistencias. Los playoffs lo tuvieron otras 39 veces (13,4 tantos). Sumó 7 elecciones para el All-Star Game e integró cinco veces los mejores quintetos de la liga. Números que, de todas maneras, se quedan cortos para explicar su talento anotador y su capacidad para impactar desde todo punto de vista. Pese a las lesiones, se las ingenió para armar un camino de leyenda que lo tendrá desde este año en el Salón de la Fama.