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Cinco jugadores de la década del 2000 que encajarían en la NBA actual

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odom, miller, jamison

Los 2000 fueron una época extraña en muchos sentidos. El talle XXL era la tendencia en ropa, los teléfonos móviles llevaban tapa y raro era el que tenía cámara de fotos integrada. Por no hablar del baloncesto en la NBA, que entre los años 2000 experimentó una regresión y renacimiento en el juego y su fluidez en cuestión de una serie de temporadas, pasando de una guerra de trincheras a comienzos de siglo a una progresiva evolución y aprovechamiento de espacios hasta entonces olvidados.

De hecho, de las 10 peores temporadas en términos de eficiencia ofensiva de toda la historia de la liga según Basketball Reference tres de ellas sucedieron en este tiempo (2001, 2003 y 2004) siendo el mínimo los 102,9 de ese último año donde la media de puntos por noche de la competición fue de 93,4. La soluciones puestas en marcha desde 2001 con la creación de un comité de expertos coordinado por Jerry Colangelo no tuvieron un efecto inmediato, pues la eliminación de las defensas ilegales y la introducción de los 3 segundos defensivos tardó en tener una reacción positiva en términos ofensivos. Algo que a partir de 2005 comienza a intuirse y para finales de década es ya una realidad, regresando a los 100 puntos de media por encuentro y a un ritmo de 92 posesiones por encuentro.

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En ese periodo de diez años la NBA vivió el desembarco de la primera generación criada bajo el influjo de Michael Jordan, la explosión de la popularidad del baloncesto a nivel mundial y una evolución en términos de expresividad individual, plasticidad y técnica que marcaría una línea ascendente que alcanzó picos históricos. De los cientos y cientos de jugadores que poblaron la competición en ese tiempo hubo algunos que, por lesiones, contexto colectivo o por la propia dinámica del juego no pudieron sacar y expresar todo su potencial, ofreciendo una versión encorsetada a su momento histórico que trasladado en el tiempo podría haber hecho de ellos alguien muy aprovechable. 

No estamos hablando de qué sucedería si trasladásemos a estrellas de aquel momento a la actualidad o a un pasado remoto donde este deporte estaba a años luz de lo que es ahora, sino de aquellos que podían componer la clase media-alta de su tiempo. De esos que, con suerte, podían ser una vez o dos All-Star y que a pesar de todo tenían un talento innato para este deporte. ¿Qué jugadores encajarían en el actual estilo de campo abierto, en pleno auge de los formatos móviles y más aposicionales, donde el triple y el bloqueo en transición son el pan de cada día? Echemos un vistazo.

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#1 - Lamar Odom

¿Un jugador con un 31% de acierto en triples en toda su carrera encajaría en la NBA actual? Basta con ver jugar a Ben Simmons para comprobar que la riqueza del momento histórico en el que vivimos no se rige por un único tipo de perfil técnico, donde solo sobrevive aquel que se aleja del aro, pues la inteligencia, la capacidad de reacción y la lectura en llegada siguen siendo valores al alza. Lamar Odom, en cierto modo, fue un precursor de un tipo de jugador inusual por su tamaño y vocación por la creación de juego pues pocos consiguieron mover sus 2,08 de estatura y 100 kilos del modo que lo hizo el neoyorkino.

¿Era un ala-pivote? ¿Un alero? ¿Un base? Es imposible encorsetarlo en una posición concreta, razón por la cual en cada ocasión que tenía de salir al contraataque o capturar el rebote defensivo para iniciar la transición se apreciaba un talento único para interpretar las líneas de carrera, las trayectorias de sus compañeros y cómo la defensa tendía a cerrarse, todo ello acompañado de una creatividad a la hora de pasar digna de los mejores bases de pequeño tamaño.

El hecho de que sus mejores años viniesen de la mano de Phil Jackson fue su salvación como jugador al mismo tiempo que la limitación de todo su potencial. Integrado dentro de un sistema muy libre pero volcado al juego a media cancha como el triángulo ofensivo, Odom sacó lo mejor de su versión creadora desde los postes (alto y bajo), alcanzando en 2006 y 2007 dos de sus mejores números en asistencias de toda su carrera (5,5 y 4,8).

Solo de imaginar a un Odom con total libertad y el balón en sus manos como sucedió en sus dos primeras temporadas en los LA Clippers extrapolado a la actualidad ya le convertiría en un firme candidato a todo, lo que añadiendo un buen elenco de tiradores y un interior que hiciese de ejecutor en los bloqueos redondearía el ecosistema perfecto para este singular jugador.

#2 - Antawn Jamison

El precursor de lo que más adelante serían Marcus Morris o Kevin Love y otros muchos cuatros abiertos que en los últimos años se han convertido en un tipo de jugador codiciado por su capacidad para expandir el campo, aprovechar cada llegada en transición para castigar el balance defensivo rival y como un ejecutor de élite.

El caso de Antawn Jamison es el de un jugador que poco a poco fue reconvirtiendo su forma de jugar, siendo poco a poco más físico y ampliando su rango de tiro hacia el triple. De su primer año donde la distancia media de intentos de canasta conducía a la pintura hasta el punto álgido de su carrera donde alcanzó los 5 metros con más de 1,5 triples de media por encuentro. Fue un jugador infravalorado, consiguiendo promediar seis temporadas consecutivas más de 18 puntos, 7 rebotes y un 34% de acierto en triples siendo en dos ocasiones All-Star. 

Un anotador compulsivo en el poste y rangos medios que con una suspensión como la suya habría conseguido despuntar en la actual competición, no solo por el hecho de que su volumen de intentos exteriores habría encajado en su tipología de juego sino porque habría podido aprovecharse de sistemas más ricos fundamentados en manos a manos e incluso haber evolucionado hacia ser más un alero que un ala-pivote.

#3 - Brad Miller

Encuadrado en una época donde la finalidad de los interiores era ser la base sobre la que estructurar los equipos, Miller se ubica a caballo entre su época y lo que vendría más adelante. Un pivote con una visión para el juego superlativa, así como un control y touching con la bola que le permitía conectar pases picados desde el poste bajo, leer los cortes sin balón y las puertas atrás que en su posición eran impropias.

Dos veces All-Star en 2003 y 2004, este nativo de Indiana es el único jugador junto a Shaquille O'Neal en tener más de una temporada con 3 o más asistencias por encuentro entre los interiores en la década además de ser el máximo asistente entre estos desde el 2000 hasta el 2010.

Más al estilo de los interiores europeos que en los últimos años han llegado a la NBA, Miller podría haber encontrado en la actualidad un hueco que del que en su momento se vio privado por la presencia de otras estrellas en su equipo o por el estilo de juego de estos, que no explotaban todo el potencial pasador de este. A esto cabe sumar su buena mano desde los postes altos e incluso desde el triple donde en la recta final de su carrera comenzó a explotar más y más. 

Lejos de ser un defensor de élite, Miller podría haber encajado en la actualidad como una pieza fundamental de sistemas volcados a la circulación de balón como pueden ser los Nuggets, Raptors o Celtics.

#4 - Baron Davis

Torbellino físico, imparable en transición y una máquina de anotar tras bloqueo directo que si lo trasladásemos al tiempo presente encajaría como pocos. Junto a Antoine Walker, Ray Allen y Gilbert Arenas en tener dos o más temporadas con 7 triples por encuentro lanzados de promedio a lo que se suma en el caso de Baron Davis a una rapidez en la resolución del ataque que en los otros tres no solía ser la norma. Un anotador de volumen, de tamaño reducido y que ofrecía una diversidad de recursos con el balón en las manos que sería muy apreciada en la liga de hoy en día. 

Las lesiones obligaron a B-Diddy a cambiar su estilo físico de los Hornets hacia la explosión desde el lanzamiento que posteriormente conocería en Warriors de la mano de Don Nelson. Davis tenía su fuerte en el tiro desde el drible, especialmente tras bloqueo directo donde leía las reacciones de la defensa de manera perfecta para castigar una persecución o una excesiva confianza rival con la que castigarles, incluso desde la larga distancia. 

Sería interesante ver cómo este jugador podría encajar en la NBA actual, con un estilo cuya influencia es notable en otros de perfil similar como Kemba Walker, Damian Lillard o Kyle Lowry.

#5 - Cuttino Mobley

Un talento con el balón en las manos y cuya capacidad para la resolución individual le permitió hacerse un hueco en la NBA a pesar de su reducido tamaño (1,93). Mobley destacó por la infinidad de recursos para castigar a sus defensores desde el 1 contra 1 y con la rapidez con la que conseguía lanzar a canasta desde la larga distancia desde el drible, llegando a formar junto a Steve Francis una de las parejas exteriores más divertidas de la liga a comienzos de siglo. 

Experto en las distancias medias, Mobley sabía encontrar sus lanzamientos también cerca del aro donde sacaba a relucir un tren inferior magnífico para este deporte así como un sólido tiro de tres (38% en la década) que permitía a sus equipos jugar rápido y abiertos. Lejos de ser un defensor sólido, The Cat podía aportar en el cuerpo a cuerpo gracias a su rapidez de pies del mismo modo que llevar al defensor al poste donde fue uno de los mejores en su posición.

De imaginar a Mobley en la liga actual tendría que ser en un contexto donde pudiera expresarse a través de individualidades, aclarados y espacio suficiente para percutir el aro siguiendo un poco la línea de otros como D'Angelo Russell, con el que comparte una especial relación con el balón y su control así como la habilidad para el tiro desde el drible.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Sergio Rabinal Photo

Sergio es productor senior de contenido en las ediciones en español de The Sporting News.