Las mejores y peores elecciones de Charlotte Hornets en la historia del NBA Draft

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charlotte hornets picks

Continuamos repasando los antecedentes en el Draft de las diferentes franquicias de la NBA y en este caso, es momento de uno de los equipos más 'jóvenes' de la historia de la NBA: Charlotte Hornets.

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Realizando elecciones desde 1988, los Hornets han seleccionado jugadores eléctricos y recordados, varios grandes aciertos. El problema llega con los fracasos. Todas las franquicias acumulan errores en el Draft, ninguna se salva. Pero Charlotte posiblemente se ubique en un top 5 de peores elecciones, y eso que es una organización de las últimas en entrar en la liga.

Al readquirir el nombre de Hornets en la 2014-2015, la franquicia de Michael Jordan recuperaba la designación original del equipo de Charlotte. Su historia comprende a los primeros Charlotte Hornets desde 1988 hasta el 2002, y desde la 2004-2005 hasta la actual, pasando por el nombre de Charlotte Bobcats.

Mejores elecciones de la historia del Draft de Hornets

Emeka Okafor: #2 de 2004

El pico de Kendall Gill (#5 de 1990) puede que sea superior al de Okafor, pero el alero apenas estuvo tres temporadas en Charlotte. Es cierto que el mejor año de Emeka Okafor fue el de debut, cuando ganó el Rookie del Año con sus 15,1 puntos, 10,9 rebotes y 1,7 tapones. La primera elección de los Bobcats.

El problema de Okafor fueron las lesiones. Ya en su segunda temporada apenas pudo disputar 26 partidos, y desde entonces nada fue igual. Compañeros de Draft han terminado con carreras muy superiores, como Chris Paul, Deron Williams o Dwight Howard, pero Okafor fue un pivote titular valioso para Charlotte durante cinco temporadas (14 puntos, 10,7 rebotes y 1,9 tapones) hasta salir a los New Orleans Hornets.

Tras su año rookie las expectativas eran de pivote All-Star, pero la salud no lo permitió. Okafor sufrió más problemas físicos en sus años finales con los Hornets (entre 2010 y 2012) y, tras una temporada en Washington, se retiró a los 30 años. Trató de regresar a la liga con 35 en la 2017-2018, realizando un papel complementario para los Pelicans durante 26 partidos.

Baron Davis: #3 de 1999

Otro caso de gran elección que apenas duró en el equipo. Si esas camisetas blancas y azules con rayas se identificaban con jugadores que levantaban a la afición, Baron Davis estaba en el podio. Uno de los ocho jugadores en ser All-Star para la franquicia. Estuvo tres temporadas y sus mejores años llegaron en otros equipos.

Davis comenzó como base suplente y un papel muy reducido (18,6 minutos) como novato. Todo cambió en la segunda temporada, titular con casi 39 minutos, y explotó en la tercera: 18,1 puntos, 8,5 asistencias, 4,3 rebotes y 2,1 robos que lo metieron en el All-Star a los 22 años.

Las siguientes dos temporadas contabilizan como jugador de New Orleans Hornets tras el traslado, siendo All-Star en la 2003-2004. Estas campañas no computan como parte de la historia de Charlotte Hornets, así que quedan aparte. Finalmente salió traspasado en 2005 a los Warriors, donde disfrutó de su mejor básquet.

Alonzo Mourning: #2 de 1992

Elegido después de Shaquille O´Neal, la etapa de Zo en Charlotte es también recordada con nostalgia. Su conexión con Larry Johnson fue extraordinaria y demoledora. Ahí aparecieron los primeros grandes Hornets, pero su irrupción duró casi lo mismo que su destrucción. Un suspiro y fin de proyecto.

Mourning fue All-Star desde su segunda temporada, pero solo estuvo tres años en Charlotte. Promedió 21,4 puntos, 10 rebotes, 1,4 asistencias y 3 tapones entre 1993 y 1995, para salir a Miami traspasado por Glen Rice. La relación con Johnson sufrió deterioración y la directiva optó por mover a Mourning. El pivote rápidamente se instaló como estrella en Miami, equipo donde es más recordado.

Las lesiones y males físicos hicieron mella en Alonzo, que incluso se retiró en 2002 por problemas más serios. Pudo regresar después y en un rol de banco formó parte del anillo de Miami de 2006.

Larry Johnson: #1 de 1991

El único primer pick en la historia de Charlotte. Larry Johnson jugó cinco de sus diez temporadas con los Hornets antes de salir traspasado a los Knicks, donde las lesiones y un rol complementario le hicieron perder brillo, aunque alcanzó las Finales de la NBA en 1999.

Johnson impactó de forma brutal desde el primer día. Fue Rookie del Año y All-Star en su segunda temporada con 22,1 puntos, 10,5 rebotes y 4,3 asistencias. Pero los problemas físicos atacaron pronto, ya en su tercer año en la liga. No volvió a ese pico de la 1992-1993, cuando incluso fue All-NBA a los 23 años y el jugador con más minutos en la temporada.

Mourning fue traspasado en 1995 por su relación con Larry, pero es que Johnson salió solo una temporada después. En su caso había una gran renovación de por medio que desde las oficinas era vista como una carga en la reconstrucción. Así que Charlotte perdió a su pareja de dominantes interiores -destrozados por las lesiones- en apenas un año. Aun así, el mejor dúo que ha tenido la franquicia en toda su historia. El más carismático.

Kemba Walker: #9 de 2011

Leal y entregado a unos Hornets complicados. Kemba es el máximo anotador de la historia del equipo, viviendo el base los peores años colectivos. Ha sufrido las peores decisiones de la gerencia de Michael Jordan en forma de malas elecciones del Draft y peores movimientos en el mercado. Tardó en explotar, aunque el contexto desde luego acompañaba poco. Pero la explosión fue potente.

Walker promedió 20,9 puntos y 5,2 asistencias en la 2015-2016 tras varios cursos en 17 puntos de promedio que hablaban incluso de estancamiento. Lo cierto es que poco más podía hacer Kemba, que consiguió mejorar cuando los jugadores a su alrededor eran mejores y el proyecto tenía más sentido.

Desde esa 2015-2016 hasta la 2018-2019, su última temporada en el equipo, promedia 23 puntos, 5,5 asistencias y 4 rebotes, cargando en sus hombros con varios planteles pobres, en especial la de su despedida. La franquicia no le ofreció el máximo salarial cuando Kemba parecía dispuesto a quedarse y, en un giro sorprendente, se marchó a los Celtics. Tres All-Star y un All-NBA en ocho temporadas en Charlotte.

Peores elecciones de la historia del Draft de Hornets

Michael Kidd-Gilchrist: #2 de 2012

En 2012 comenzó una racha terrible de elecciones de Charlotte. MKG o Bradley Beal, ese era el debate tras el indiscutible número uno de la camada, Anthony Davis. Charlotte fue con Kidd-Gilchrist, jugador que prometía desarrollarse en un defensor de élite y anotador atlético. Si bien su rendimiento defensivo alcanzó cuotas importantes, en ataque quedó muy limitado.

Es cierto que tuvo un gran año en Kentucky y su elección fue lógica, pero los resultados no acompañaron. Problemas de lesiones, cero tiro exterior y limitaciones con el balón en sus manos, todo unido a una gran renovación que nunca se entendió. Por detrás suyo salieron Bradley Beal, Andre Drummond o Damian Lillard.

Cody Zeller: #4 de 2013

El pivote es un jugador querido por la afición, que lleva toda su carrera en Charlotte y ha aportado buen nivel. Ahora, lejísimos de lo esperado, aunque su elección fue criticada en el momento. Decente producción en los Hornets con sus 9,3 puntos, 6,4 rebotes y 1,5 asistencias desde instalarse como titular en su segundo año.

Pivote de intangibles cuyo aporte va más allá de los números, pero sigue siendo una mala del Draft. Por detrás suyo, Steven Adams, CJ McCollum, Dennis Schroder o Giannis Antetokounmpo. Fue un Draft raro.

Noah Vonleh: #9 de 2014

El cartel de Vonleh era enorme tras su paso por Indiana en la NCAA, pero nunca tuvo una oportunidad real en Charlotte. Estaba verde y necesitaba un trabajo que no tuvo. Jugó 25 partidos como rookie promediando 10,4 minutos, para salir traspasado en el verano de 2015 a Portland.

Con el paso de los años ha conseguido demostrar ser un alero versátil y defensivo, aunque sus limitaciones en ataque dificultan que pueda jugar en la NBA. Forma parte del plantel de Denver Nuggets, donde tiene complicado ganar minutos. Por detrás suyo salieron Zach LaVine, Jusuf Nurkic, TJ Warren o Bogdan Bogdanovic. Nikola Jokic cayó a segunda ronda.

Frank Kaminsky: #9 de 2015

Tercer Draft consecutivo escogiendo a un perfil interior, aunque el de Wisconsin era un jugador ofensivo y perimetral, nada que ver con Zeller o Vonleh. La proyección de Kaminsky tampoco era muy alta de cara al Draft ni se esperaba de él ser un All-Star, pero es que la clase de 2015 está repleta de talento y él salió por la puerta de atrás de Charlotte.

Ahora jugador de Phoenix Suns tras marcharse gratis en la Agencia Libre de 2019, Kaminsky recibió menos minutos en su última temporada con los Hornets. El mejor pico fue su segundo año, en el que se acomodó al papel de sexto hombre para el interior, con 11,7 puntos, 4,5 rebotes y 2,2 asistencias. En ese papel sabe rendir.

¿El problema? Además de marcharse libre, por detrás suyo salieron Justise Winslow, Myles Turner, Devin Booker o Kelly Oubre.

Tony Delk: #16 de 1996

El Draft de 1996 siempre será recordado por el traspaso de Vlade Divac a Charlotte por el pick 13, con el que los Lakers seleccionaron a un joven de instituto llamado Kobe Bryant. Divac apenas jugó dos temporadas en Charlotte y se marchó libre, mientras Bryant sorprendía y era All-Star con 19 años.

Más allá de esta terrible decisión, en la que Charlotte apostó por un veterano pivote antes que un chico desconocido que solo había entrenado con los Lakers, está la elección de Tony Delk. El base de Kentucky terminó desarrollando una buena carrera NBA en un rol de suplente, incluidas varias temporadas por encima de los 20 minutos de promedio. Todo sea dicho, estuvo temporada y media en Charlotte.

Elegido en el puesto 16, por detrás de Delk salieron Jermaine O´Neal, Zydrunas Ilgauskas o Derek Fisher, que hizo mejor carrera como base. El traspaso de Kobe y pasar de O´Neal. Lo que podría haber sido.

Adam Morrison: #3 de 2006

El resultado de 1996 fue peor, indiscutible, pero también está fuera de duda cuál es la peor elección de la historia de la franquicia. Okafor llegó en el Draft de 2004 y Raymond Felton en el de 2005. Después de salir con las primeras elecciones dos interiores como Andrea Bargnani y LaMarcus Aldridge, la opción de Bobcats era evidente: Adam Morrison.

El alero de Gonzaga tuvo una carrera legendaria, un último año escandaloso a nivel universitario. Promedió 28,1 puntos, 5,5 rebotes, 1,7 asistencias y 1,1 robos. Excelente tirador y un repertorio ofensivo variado e inteligente. Arrasó en los premios de la 2005-2006. Jugó tres temporadas en la NBA.

Su año rookie fue malo por mucho que promediase 11,8 puntos. Tiró mucho y mal, con un 37% en tiros de campo y un 33% en triples. Después se perdió su segundo año por una lesión de rodilla y, tras 44 partidos, salió traspasado de Charlotte con etiqueta de pufo histórico. Formó parte del banco de los Lakers durante temporada y media, lo suficiente para coleccionar dos anillos. 

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

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