Más allá de haber dejado su legado en la liga como uno de los mejores defensores perimetrales que haya visto la NBA en su historia, Bruce Bowen también tiene dentro de su palmarés algún que otro hito ligado al costado ofensivo.
El más importante de ellos llegó en la temporada 2002-2003, cuando el californiano lideró la Fase Regular del torneo con un 44% de acierto en triple, en lo que era su segundo año con los San Antonio Spurs. Un aporte importante para el título de los texanos y el pico de rendimiento de un alero que ya por entonces tenía 31 años (justamente este domingo 14 de junio está cumpliendo 49).
Sin embargo, el recuerdo más interesante de su 2002-2003 no tiene solamente que ver con su excelente porcentaje triplero, sino con una curiosidad que no se ha repetido ninguna otra vez en la historia de la competición.
Bowen tomó 229 triples en esa campaña y como ya marcamos, anotó el 44% de ellos. A su vez, tomó 89 tiros libres, ¿con qué porcentaje? ¡Solo un 40%! Considerablemente por abajo de su eficacia perimetral.
¿Cómo se explica que un jugador sea más eficiente estando más lejos del aro y encima ante la posibilidad de tener defensores encima? Realmente resulta difícil encontrar un justificativo, más allá de algún bloqueo mental que probablemente lo afectase a la hora de ir a la línea.
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Esa superioridad del porcentaje de triple por sobre el de libres se ha visto apenas en aquella ocasión, si bien ha habido algunos que otros casos de jugadores que estuvieron cerca: entre todos los que hayan lanzado al menos 50 libres y 50 triples en una temporada, los que más se acercaron a repetir lo de Bowen fueron Nick Anderson en la 1996-1997 y Sasha Pavlovic en la 2008-2009.
En el caso de Anderson lanzó un 40% desde la línea y un 35% de tres (probablemente aún afectado por sus recordados fallos en las Finales ante Houston), mientras que Pavlovic se quedó en 46% y 41% respectivamente. Sin comparación con lo del hombre de los Spurs, pero también llamativo.
Bowen tuvo otros dos años en los que tiró por debajo del 50% en libres, pero en ambos su porcentaje triplero también estuvo considerablemente por abajo. Al año siguiente, por ejemplo, bajó a un 36% en triples y subió a un 58% en libres. Bastante más normal, claro.
El 44% vs 40% de la 2002-2003 ha quedado marcado como una de esas curiosidades que uno imagina muy difícil de que se repitan, teniendo en cuenta la falta de lógica que representan esos números.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.