¿Perdieron las alas? Boston Celtics y su desaceleración en Playoffs

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Kemba

Si hubiera que destacar los dos problemas principales que están teniendo los Boston Celtics ante Miami Heat, podríamos hablar de cómo les está costando esconder a Kemba Walker en defensa, sumado a todos los inconvenientes que están teniendo cada vez que les toca enfrentar a la zona 2-3 del Heat.

El primero de esos factores se ve a las claras a la hora de analizar las estadísticas. En el Juego 1, los jugadores defendidos por Walker anotaron 22 puntos. En el Juego 2, 23. Boston ajustó para el tercer partido, poniendo a Kemba a defender primariamente a Jae Crowder y con ese movimiento, lograron disminuir su impacto negativo: solo recibió 5 puntos de parte sus matchups individuales. Y a diferencia de los primeros dos duelos, Boston consiguió la victoria.

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Sin embargo, la reacción de Miami no se hizo esperar en el Juego 4 y desde la mismísima primera posesión mostraron su esfuerzo por cazar a Walker, buscando cambios defensivos favorables. ¿El resultado? Los rivales del base de Boston volvieron a anotar por encima de los 20 puntos (21) y los de Spoelstra consiguieron la tercera victoria en la serie.

Claro que los problemas de los Celtics (y de Walker) no se limitan al costado defensivo. Y si bien esa debilidad surge especialmente a la hora de enfrentar a la zona, hay una flaqueza estructural que se esconde detrás de esa falta de eficacia: la falta de ritmo y velocidad, sumado al abuso del drible.

El primer dato interesante en ese sentido es que a pesar de tener un quinteto con cinco jugadores atléticos, Boston es uno de los equipos que menos anota en los primeros segundos de posesión. Apenas el 25,6% de sus lanzamientos llega en los nueve segundos iniciales del reloj de 24, siendo la cuarta peor marca entre los 16 conjuntos que jugaron estos Playoffs.

Cuando logran correr la cancha, los Cetlics son un equipo extremadamente peligroso. El 49% de campo que lanzan en esos primeros nueve segundos es el cuarto mejor de la postemporada, apenas por detrás de Utah (56%), Clippers (55,6%) y Lakers (53,4%). Dicho sea de paso, justamente los tres rivales que han enfrentado los Nuggets hasta ahora, mostrando los problemas de los de Malone a la hora del retroceso en transición. Pero volviendo a Boston, queda claro que su falta de producción en esos tramos de las acciones no tiene que ver con la falta de jugadores potentes a la carrera... Simplemente no están corriendo al ritmo que deberían hacerlo.

De hecho, el ritmo de 95,7 posesiones de los Celtics es el tercero más bajo de los Playoffs, solo superado por los Nuggets de Jokic y el Jazz de Gobert. Lo cual es curioso, teniendo en cuenta que los de Stevens estuvieron cerca del promedio de la liga durante la Fase Regular (17° de 30) en esa área.

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Parte de esa desaceleración está vinculada a los problemas que están teniendo para generarle pérdidas al rival: fueron el 9° mejor durante la Fase Regular, pero aparecen 11 entre 16 equipos de Playoffs. Marcus Smart y Jayson Tatum, específicamente, han sido los que más han bajado su producción: se combinaron para 4,5 robos cada 100 posesiones en la Fase Regular y están cerca de la mitad de esa cifra (2,5) en la postemporada. 

Boston necesita ser más agresivo en esa primera línea para poder correr, de eso no hay dudas. Pero tampoco es la única variable que explica su llamativo ritmo cansino. Y allí entra otro tema a tener en cuenta: el abuso del drible en los ataques estacionados.

Los jugadores de Boston están picando el balón en un promedio de 2,5 veces por cada toque de balón. No solo se trata de la sexta cifra más elevada de los Playoffs, sino que además, toma más relevancia cuando estudiamos ese ordenamiento: cuatro de los cinco equipos arriba de los Celtics son conjuntos que quedaron eliminados en la 1° Ronda como Indiana, Portland, Orlando y Utah (el otro es Houston). ¿El conjunto con la cifra más baja? Los Lakers con 2,18 piques. ¿El segundo más bajo? Miami con 2,19. ¿Y Denver, el otro sobreviviente de la 2019-2020? 6° cifra más baja con 2,31.

En otras palabras, los equipos que menos pican el balón son aquellos que más éxito están teniendo en la postemporada. Y los que más, quienes más rápido han quedado eliminados. Boston va contra esa tendencia, pero no es una señal especialmente positiva sobre la manera en la que los de Stevens están desplegando su ofensiva en las últimas semanas.

Kemba

Los números de Kemba llaman la atención: pica el balón 5,06 veces por cada toque del mismo, siendo la segunda cifra más elevada entre todos los jugadores con al menos 10 partidos en esta postemporada. ¿El único que lo supera? Un caso excepcional como James Harden, con 5,79. Kemba además ha elevado sus valores de Fase Regular, donde realizaba 4,59 piques por toque, un número que ni siquiera lo tenía dentro del Top 20 de la liga.

Que ese abuso del pique se esté dando con la frecuencia que los Celtics se enfrentaron a defensas zonales ante Toronto y Miami, es aún más preocupante. A la zona se la vence con movimiento sin balón, cortes y pases rápidos para explotar sus huecos. No con uno contra uno.

Es en este escenario donde la falta de tiradores puros le está costando a Boston. No porque no tenga algunos buenos tripleros, sino porque ninguno de ellos es especialmente destacado a la hora de moverse sin la bola y encontrar espacios en la defensa rival. Sin ir más lejos, son el segundo equipo que menos disparos toma tras cortinas indirectas en estos Playoffs: apenas 2,1. Esos triples en movimiento con catch and shoot a la Duncan Robinson o Tyler Herro, simplemente no están formando parte de la ofensiva de Stevens.

De nuevo, lo llamativo es que durante la Fase Regular los Celtics fueron un muy buen equipo en ese sentido, apareciendo como el 7° con más disparos vía cortina indirecta. Y allí volvemos a hacer foco en Tatum y Walker, quienes tomaron 3,2 de esos lanzamientos durante la Fase Regular, pero solo 1,6 en los Playoffs. Los rivales de Boston han estado especialmente atentos a quitarles esta acción que solían realizar en sus transiciones, en las que los verdes buscaban un triple rápido (normalmente de Walker) en el tope de la llave, luego de una off-screen.

Toronto le negó constantemente esa acción a los Celtics (aquí vemos como Lowry está preparado para la cortina y no permite la salida de Smart) y Miami está haciendo lo propio.

La falta de movimiento sin balón de Boston también se nota en las estadísticas de velocidad y distancias que ofrece NBA.com/Stats. Los Celtics aparecen 10 entre los 16 equipos de Playoffs, con un promedio de cada uno de sus jugadores de 15,3 kilómetros recorridos por partido en ofensiva. Pero no solo se mueven poco, sino que cuando lo hacen, se trasladan a un ritmo extremadamente lento.

Entre los 87 jugadores con al menos 7 partidos de Playoffs y 10 minutos por juego en ellos, estos son los rankings de los principales hombres de Boston en cuanto a velocidad en ofensiva: Walker aparece 25° (7,37 km/h), Tatum 52° (7,04 km/h), Brown 64° (6,87 km/h), Theis 67° (6,84 km/h) y Smart 72° (6,79 km/h). ¿En el primer lugar de esa lista? Tyler Herro, quien promedia una velocidad en ataque de 7,95 km/h, mientras que Duncan Robinson está cuarto (7,71 km/h).

En los papeles, Boston es uno de los equipos más jóvenes, dinámicos y atléticos de la liga. Sin embargo, muy poco de eso se está viendo en la postemporada. Y mientras que su talento en ambos costados los sacó adelante frente a Philadelphia y Toronto, frente a un rival como el Heat lo están pagando carísimo. Es hora de que los Celtics suelten sus alas y empiecen a volar o probablemente su 2019-2020 esté cerca de encontrar su final.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Juan Estevez Photo

Juan es productor de contenido en las ediciones en español de The Sporting News.