BJ Armstrong, un All-Star nacido en la década equivocada

Author Photo
Armstrong

El octavo episodio de The Last Dance hizo foco en las Semis del Este de 1998 y específicamente en lo sucedido en el segundo encuentro. Luego de haber caído en el primero por 83-70, los Charlotte Hornets vencieron a los Chicago Bulls por 78-76, con un protagonista exclusivo: BJ Armstrong.

Si bien el base terminó con solo 10 puntos, se terminó llevando todos los flashes por lo sucedido en el último cuarto: anotó 8 tantos y fue clave para que los Hornets ganasen el parcial por 29-19, sorprendiendo a los bicampeones en su propio estadio.

De todas maneras, lo que más revuelo generó, tanto en la prensa como en el propio seno del plantel de Chicago, fue la manera en la que Armstrong celebró su gran momento de esa postemporada. Sus gritos de algarabía fueron tales que no tardaron en despertar a la bestia: a partir de ahí, Michael Jordan se tomó el duelo como algo personal, anulando a BJ en los próximos duelos y guiando a los Bulls a un cómodo 4-1.

Más | "The Last Dance" Episodio 8: los mejores momentos

Aquella fue la última aparición realmente relevante de un Armstrong que ya se encontraba en el final de su carrera. La siguiente campaña lo vería traspasado a un Orlando donde prácticamente no tuvo minutos, mientras que en la 1999-2000 volvió a un Chicago a la deriva, para retirarse promediando 7,4 puntos en 21,6 minutos a los 32 años de edad.

Pero más allá de ese cierre irregular de carrera y de un retiro temprano, lo cierto es que Armstrong llegó a tener un papel protagónico en la liga, a principios de los '90

Elegido por los Bulls con el pick 18° del Draft de 1989, proveniente de la Universidad de Iowa, Armstrong fue pieza importante de los primeros tres títulos de la franquicia: como suplente de lujo en 1991 y 1992, y ya como titular llegada la postemporada de 1993.

Su rol en esos equipos era claro: conducción prolija y sobre todo, abrir la cancha con su lanzamiento externo, funcionando como opción de descarga ante las doble-marcas a Jordan.

Sin embargo, una vez que MJ anunció su primer retiro de la liga, la función del oriundo de Michigan cambió y para la 1993-1994 pasó a ser la segunda opción anotadora del equipo, detrás de Scottie Pippen. ¿Su respuesta? Promedió 14,8 puntos, 3,9 asistencias y un 44% en triples, siendo convocado para el All-Star Game.

La siguiente campaña volvió a verlo con una actuación ofensiva muy efectiva (14 puntos, 43% en triples), pero todo cambió con la vuelta de Jordan. Ya con MJ en el plantel desde el comienzo de la 1995-1996, Chicago sentía que el rol de Armstrong volvería a limitarse al de un tirador a pie firme, teniendo poco el balón en sus manos. Y creían que esa función (probablemente con razón) ya estaba bien cubierta por Steve Kerr.

Por eso, sorpresivamente los Bulls dejaron desprotegido al base de cara al Draft de Expansión de 1995, con el que los nuevos conjuntos de la liga, los canadienses Toronto Raptors y Vancouver Grizzlies, iban a formar sus planteles.

Demostrando su valor, Armstrong fue el primer jugador seleccionado del Draft, terminando en manos de los Raptors (Greg Anthony fue la primera elección de Vancouver).

Acostumbrado a pelear por campeonatos en Chicago, BJ dejó rápidamente en claro que no se sentía a gusto en Toronto y solicitó ser traspasado. Su deseo no tardó en cumplirse y antes del inicio de la campaña fue enviado a un decepcionante Golden State, que a pesar de contar con nombres como Latrell Sprewell, Tim Hardaway, Chris Mullin y el número uno del Draft de 1995, Joe Smith, terminó ganando apenas 36 partidos y quedándose afuera de los Playoffs.

Tras promediar 12,3 puntos con un 47% en triples en ese primer año en los Warriors, la carrera de Armstrong entró en el declive ya conocido.

Más | La Guía definitiva de "The Last Dance"

Muchas veces nos gusta especular sobre cómo le iría a determinado jugador en otra era de la liga y aunque siempre resulta contrafáctico, el caso de Armstrong es interesante. Después de todo, estamos hablando de un jugador que se retiró lanzando un 43% en triples (12° mejor de la historia) y con una relación de asistencias vs pérdidas excepcional (casi de 3 a 1). Las estadísticas avanzadas también lo favorecen: 56% de True Shooting Percentage en su carrera (séptimo mejor entre bases de los '90) y un Rating Ofensivo altísimo de 115 puntos por 100 posesiones (59° de todos los tiempos).

Pero claro, sus virtudes todavía eran en parte menospreciadas en los '90. Solo así se explica que uno de los mejores tiradores que la liga haya visto, apenas tomase 2,1 triples por cada 36 minutos a lo largo de 11 campañas. Hoy, probablemente The Kid tendría luz verde para desplegar su muy buena mano y complementado con sus virtudes a la hora de cuidar el balón, sería pieza fundamental de cualquier equipo.

Un último dato para marcar cuán efectivo era Armstrong: en la historia de la NBA, apenas cinco jugadores se han retirado con un porcentaje en triples superior al 40% y con una relación de asistencias vs pérdidas igual o superior a la de BJ. Además del ex Chicago, ellos son José Manuel Calderón, Steve Kerr, Mark Price y Steve Nash. Nada mal como compañía.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Juan Estevez Photo

Juan es productor de contenido en las ediciones en español de The Sporting News.