Que no tiene tiro, que sin su juego en transición sufre, que sus carencias se potencian y complican a su equipo en los tramos finales de los partidos... Ben Simmons es uno de los talentos más cuestionados en el mundo de la NBA. Un jugador joven, con cualidades espectaculares y un potencial altísimo, pero con algunas limitaciones que generalmente salen a la luz y hacen que su importancia dentro de un equipo con aspiraciones a veces pase desapercibida. Sin embargo, las últimas semanas le están sirviendo para ratificar que su valor para Philadelphia 76ers es enorme.
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El conjunto de Brett Brown lleva siete partidos consecutivos sin su principal estrella, Joel Embiid, afuera por una lesión en la mano izquierda. Hablamos de su gran referencia en los dos costados de la cancha, del jugador diferencial en este camino a convertirse en una amenaza en la Conferencia Este. Sin embargo, lejos de sufrirlo, Philly salió a flote y atraviesa en muy buen momento (5° en el Este con 29-16) a partir de la explosión de ese otro talento especial que es Simmons, quien el lunes ratificó su enorme presente.
La trabajada victoria en la visita a los Brooklyn Nets (cuarta en fila) por 117-111 se explica en gran parte el impacto descomunal del australiano, quien completó un triple-doble magnífico e histórico: 34 puntos, 12-14 dobles, 10-14 libres, 12 rebotes, 12 asistencias, 5 robos y 2 tapones en 42 minutos de acción. Sensacional por donde se lo mire y con varias cuestiones para destacar.
- Los 34 puntos igualaron su máxima anotación, conseguida el 7 de diciembre frente a Cleveland.
- Su anterior partido de 34 puntos también tuvo el mismo registro de campo (12-14), aunque con 1-1 triple.
- Según Elias Sports, es el primer jugador en la historia de la NBA en lograr un triple-doble de 30 puntos con al menos 5 robos y 80% de acierto de campo.
- Fue su cuarto triple-doble de la temporada, 26° de su carrera (7° mejor cifra desde la 2000-2001).
"Estuvo ridículamente dominante. Empleó sus múltiples habilidades, y fue usado en varias posiciones y roles. Como portador del balón, cortinando, en el poste bajo... Hasta defendiendo como pivote... Estuvo realmente increíble", lo elogió su entrenador Brett Brown.
34 PTS | 12 REB | 12 AST
— Philadelphia 76ers (@sixers) January 21, 2020
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Simmons comenzó el partido con el anuncio fresco de haber sido el mejor jugador de la Conferencia Este en la última semana, y no es para menos. Es que su presente es realmente espectacular. De hecho, acumula cinco partidos consecutivos (los últimos cuatro, todas victorias) anotando al menos 20 puntos, la mejor racha de su carrera. En ese tramo, sus promedios son de 23,8 puntos (65,8% dobles), 10,0 rebotes, 8,2 asistencias y 2,0 robos en 40,1 minutos.
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Y si extendemos sus números a la ausencia de Embiid, nos encontramos con su producción en alza, clave para que Philly saque 5 victorias en esos 7 partidos.
- Simmons antes de la lesión de Embiid: 14,9 puntos (56,3% campo), 7,5 rebotes, 8,6 asistencias, 2,2 robos (35,4 minutos).
- Simmons desde la lesión de Embiid: 21,3 puntos (62,7% campo), 9,1 rebotes, 7,9 asistencias, 2,1 robos (39,5 minutos).
Hay una clarísima subida en su anotación, ideal para que los Sixers compensen algo de la carga que aportaba noche a noche Embiid. Y si bien su mayor punto flaco sigue ausente (no intentó triples en este tramo, aunque en realidad no lo hace desde el 10 de diciembre), ha potenciado aún más su mayor virtud: ir hacia el aro. De hecho, en estos 7 partidos, apenas dos lanzamientos (sobre 102) fueron afuera de la pintura.
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Algunos dirán que el no desarrollo de su lanzamiento, más temprano que tarde, será un problema a solucionar para que Philadelphia tenga chances reales de la pelea grande. Mientras tanto, Ben Simmons -a su manera- se transforma en el sostén de los 76ers en su tramo más crítico de la campaña. Si bien Embiid está cerca de volver, los de Brown pueden dormir tranquilos con el australiano en este nivel.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.