“Anthony Davis es el jugador al que más me parezco, aunque nunca tiré triples como hace él", reconoció este lunes Kareem Abdul-Jabbar en su cuenta de Twitter, ante la pregunta de un usuario. "Sin embargo, el resto de aspectos de su juego son similares al mío”, agregó la leyenda de los Los Angeles Lakers.
Y no le falta razón al seis veces campeón de la NBA, puesto que basta acudir a la inmensa hemeroteca existente entre ambos jugadores para establecer una fina línea que les une en lo técnico y en la comprensión de iguales situaciones tácticas en las que los dos se han visto involucrados. El básquet avanza, evoluciona y adquiere diferentes formas, pero hay una esencia que perdura inalterable al tiempo, donde el juego al poste bajo y en especial el orientado de espaldas al aro sirve como generador de ventajas como pocas situaciones en este deporte.
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Resulta impensable imaginar una época en la que el básquet no estuviese dominado por gigantes, por figuras capaces de superar los dos metros y que hiciesen del juego por encima del aro algo habitual y no algo insólito. Basta mirar hacia atrás a los momentos previos a los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936 para encontrarse un casi total consenso entre los participantes en impedir la participación en la disciplina del básquet a todos aquellos jugadores que superaran la barrera del 1,90, un debate que se mantendría abierto incluso hasta Roma en 1960, en este caso con el umbral establecido en 1,95. En todas aquellas ocasiones el derecho a veto del comité estadounidense frenó lo que habría supuesto una regresión sin precedentes en la evolución del juego, y nos habría privado de actuaciones inigualables de la mano de grandes como Bill Russell, Walt Bellamy o el malogrado Spencer Haywood.
Las diferentes fases de dominación establecidas en la historia de la NBA han tenido como epicentro de la planificación deportiva al jugador interior, y solo en los años más recientes se ha experimentado un cambio sustancial en el tipo y volumen de uso de estas figuras. George Mikan, Bill Russell, Kareem Abdul-Jabbar, Hakeem Olajuwon, Shaquille O'Neal, Tim Duncan... Solamente a través de la mirada de este puñado de ejemplos pueden esbozarse los últimos 60 años de historia de la competición norteamericana.
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El rango de tiro de los pivotes se ha extendido así como el abanico de recursos del que disponen, lo que no impide a los mismos seguir disponiendo de situaciones ventajosas en los aledaños del aro a través de acciones al poste bajo. La táctica ofensiva está supraeditada al talento de los jugadores y no a la inversa, especialmente en una competición como ésta, donde a pesar de haber un estándar común de capacidades con y sin balón, lo que diferencia a una estrella de otra es su pequeño nicho, aquel espacio que domina como nadie más, quizás en todo el mundo.
Asumiendo que son los números los que otorgan legitimidad a lo que se busca expresar, la pequeña muestra al alcance del público en NBA Stats (registra las "playtype" desde 2015) ofrece una respuesta que se queda pequeña para nuestras dudas. ¿Cuál era el volumen de uso de las acciones al poste bajo en tiempos anteriores? El ojo y el visionado nos invitan a creer en que mayor, por supuesto. No hace falta tener una numerología que lo registre todo, pero sí que refuerza o da mayor consistencia a esa idea asentada de decadencia de la pugna en la pintura.
Tomando como referencia la web antes citada, apenas hay variaciones en los porcentajes de uso que los equipos han destinado al registro conocido como post-ups. Si bien en la temporada 2015-2016 el valor iba del 6 al 14%, en lo que llevamos de curso ronda del 5 al 10%.
| Temporada | Equipo con mayor frecuencia de uso | Equipo con frecuencia de uso medio | Equipo con menor frecuencia de uso |
|---|---|---|---|
| 2019-20 | Philadelphia 76ers - 11,3% | Sacramento Kings - 4,6% | Brooklyn Nets - 0,4% |
| 2018-19 | San Antonio Spurs - 12,2% | Toronto Raptors - 6,6% | Brooklyn Nets - 0,9% |
| 2017-18 | San Antonio Spurs - 11,6% | Memphis Grizzlies - 6,3% | Atlanta Hawks - 1,2% |
| 2016-17 | Memphis Grizzlies - 11,6% | Cleveland Cavaliers - 6,7% | Houston Rockets - 2,1% |
| 2015-16 | San Antonio Spurs - 14,3% | Denver Nuggets - 6,8% | Portland Trail Blazers - 2,9% |
El desuso generalziado de este tipo de acciones, al igual que sucede con los lanzamientos de media distancia, permiten de manera lógica una liberalización del espacio al poste, y consecuentemente una involución defensiva en lo individual. Aquellas figuras que son capaces de hacer de estas situaciones más que residuales en algunos casos su punto fuerte hacen de ellos un activo muy valioso para las franquicias. El juego al poste bajo se ha convertido desde hace un lustro en una pieza de museo donde la rapidez de pies, la economía de dribles y la ejecución en tiempo express son los tres requisitos que se piden de un finalizador de grandes dimensiones en los espacios mencionados.
Por tanto, la lectura del juego al poste ya no debe hacerse a nivel global o general de un equipo, sino debe reducirse al plano individual, donde figuras como Joel Embiid, Nikola Jokic o Anthony Davis han conseguido erigirse como la gran esperanza de los nostálgicos de épocas pasadas. Perfectos representantes de la integración de lo que se esperaba de alguien cercano a los 7 pies, con el previo desarrollo individual del juego con balón lo más alejado posible del aro y con recursos de sobra para elevarse más allá de la línea de tres.
Los líderes al poste bajo - Temporada 2019/20
| Jugador | Posesiones de media | Frecuencia de uso al poste | Puntos por posesión |
|---|---|---|---|
| Joel Embiid | 8,2 | 35,7% | 1,12 |
| Nikola Jokic | 4,8 | 24,1% | 1,06 |
| LaMarcus Aldridge | 5,8 | 32,2% | 0,97 |
| Anthony Davis | 5,3 | 22,5% | 0,92 |
| Carmelo Anthony | 4,8 | 28,8% | 0,90 |
*Mínimo de 40 partidos y 4 posesiones de media
Mientras Aldridge y Anthony representan un tipo de jugador obsoleto en la actual NBA por movilidad y veteranía, Jokic y Embiid son el paradigma del pivote "clásico" (grandes, pesados y estancos), el caso de Davis es el más singular. Un cuatro abierto con uno de los catálogos de movimientos de espaldas más devastadores de toda la competición. Sus 114 kilos de peso y sus 2 metros y 8 centímetros le permiten una movilidad que le hace único dentro de la competición, AD goza de un equilibrio corporal que suple la diferencia muscular con respecto a sus homólogos de posición y lo proyecta más a la idea de un alero alto que a la de un ala pivote.
Fadeaway: ejecución y técnica
Dejando a un lado el skyhook de Abdul-Jabbar y el rango de tiro de Davis, uno de los puntos en común cuya similitud salta a la vista es la semejanza en la forma de resolver situaciones de tiro a la media vuelta. El fadeaway está más que extendido en el básquet actual como una manera de conseguir elevarse en suspensión, aprovechando un espacio inabarcable por la defensa individual como la proyección anterior y en caída.
En ese sentido, resulta mucho más cómodo para la mayor parte de los jugadores diestros rotar sobre su hombro izquierdo para conseguir la acción de tiro. La intervención de las palancas del tren inferior así como la inercia que permite cuadrarse sobre el pie izquierdo y elevar toda la parte derecha (piernas y mecánica de tiro), hace de estas acciones algo común.
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La dificultad se encuentra cuando, como en el caso de Davis y Abdul-Jabbar, el jugador rota hacia su hombro fuerte (derecho), obligando a equilibrarse de manera mucho más diferente y teniendo que recurrir a un posicionamiento en la fase final del lanzamiento mucho más incómodo y antinatural que de la manera contraria. De ese modo y como se aprecia en el video, ambos jugadores tienden a elevar la rodilla derecha y lanzar a una pierna para equilibrar mejor los pesos y que el tiro alcance la parábola deseada.
Para que esto sea posible técnicamente, ha de facilitarse que el interior goce de un spacing suficiente para evitar que una larga ayuda o un trap reduzcan a la mínima expresión la situación generada. Como se ve en el video, AD y Abdul-Jabbar en la mayoría de acciones han conseguido recibir en aclarado al poste, pudiendo disponer del espacio necesario para rotar sobre el defensor y aprovechar el espacio al máximo.
Point-Centers: gravedad ofensiva y lectura
El poste bajo es junto al pick&roll, el pasar y cortar y el mano a mano una de las acciones más básicas que más desventajas puede llegar a generar en una posesión. Con un infinito número de variables y aplicaciones, el juego al poste bajo ofrece para los cuatro jugadores restantes la posibilidad de aprovechar la atracción generada por la localización del balón para encontrar líneas de pase y opciones de canasta. La introducción de la línea de tres puntos dotó a estas acciones de un horizonte mucho más amplio, en donde Anthony Davis destaca como un infravalorado pasador al igual que figuras como Bill Russell, Bill Walton o Wilt Chamberlain hicieron en sus respectivas épocas.
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La diferencia física que gozan (o gozaron) nuestros dos protagonistas facilita a sus compañeros una libertad de movimiento que aprovechar para ocasionar más problemas todavía a sus rivales. Así, destacan en el caso de Kareem y AD dos tipos de lecturas muy sencillas pero de difícil ejecución en una competición tan exigente como la NBA: la comprensión y asimilación de la gravedad ofensiva que uno es capaz de incidir en el contrincante y la apertura de los espacios para sus compañeros; y la aptitud para tomar ventaja de la inercia del jugador que corta hacia el aro (get action).
Las figuras de Anthony Davis y Kareem Abdul-Jabbar guardan mucho en común desde el punto de vista individual por lo únicos que resultan. Jugadores veloces y técnicos cuya incursión en un contexto ganador (Lakers) los coloca (o colocó) en la mejor disposición para hacer historia.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.