42,7 segundos. Los Rockets habían sido dominados por la superlativa defensa de los Spurs durante 47 minutos y caían en casa por 76-68, sufriendo a un Tim Duncan dominante (26 puntos y 18 rebotes) y a un Devin Brown muy efectivo desde el banco (20 puntos). Pick and roll de Tracy McGrady con Scott Padgett, el cual le permite sacarse de encima la pegajosa marca de Bruce Bowen, levantarse por encima de Malik Rose y anotar un triple para darle algo de vida a su equipo. 76-71 abajo, restando 35 segundos.
31,9 segundos. Brown convierte dos tiros libres para estampar el 78-71. Nuevo pick and roll para T-Mac, ahora con Yao Ming, amague que saca de balance a Tim Duncan, infracción y... ¡triple! El escolta no falla desde la línea y le empieza a poner suspenso a la definición: 78-75. 24 segundos por jugar.
16,2 segundos. San Antonio sigue respondiendo desde la línea, ahora con dos libres de Duncan. 80-75, tiempo muerto de los Rockets. A la salida, la bola va lógicamente a McGrady. Carrera hacia el centro de la cancha y tremendo bombazo por arriba de la defensa de Bowen. ¡80-78 con 11 segundos en el reloj! Minuto de Popovich.
11,2 segundos. Bola para Brown, quien es doble marcado y cuando quiere atacar la línea de fondo, se resbala y los Rockets recuperan el balón. El mismo llega a manos de T-Mac con 7 segundos en el reloj y todo un campo por recorrer. El escolta no pierde tiempo. Cuatro jugadores de San Antonio se cierran sobre él y aún así, anota uno de los triples más memorables de la historia de la Fase Regular. 81-80 Houston, con un segundo en el reloj. El triple desesperado de Parker no ingresa y se desata la locura en el estadio.
15 years ago today, Tracy McGrady scored 13 PTS IN 33 SECONDS!
— Ballislife.com (@Ballislife) December 9, 2019
One of the most epic comebacks in NBA history.
Here is the full TNT Broadcast (Sorry Devin Brown) pic.twitter.com/BSFCC7G2sX
La secuencia sirve para describrir un desenlace espectacular y único: McGrady anotó 13 puntos en 33 segundos y Houston dio vuelta un partido que perdía por 10, restando menos de un minuto. La gesta inolvidable ocurrió el 9 de diciembre del 2004, hace exactamente 15 años. Y hasta el día de hoy, lo recordamos como un momento icónico del nuevo milenio NBA.
Los datos del partido
San Antonio llegaba al juego con marca de 16-4, mientras que Houston había tenido un arranque de campaña muy irregular (8-11). Los locales dominaron el primer cuarto en base a su defensa (18-12), pero comenzaron a flaquear a partir del segundo período. Los de Pop recortaron la brecha al entretiempo (38-34) y terminaron de dar el zarpazo en el tercer parcial (24-16, para quedar 58-54). Lo que ocurrió en el último tramo, ya lo repasamos.
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Estadísticamente, el partido tuvo varios datos curiosos, más allá del obvio de McGrady. Por ejemplo, fue apenas una de las seis ocasiones en las que Devin Brown alcanzó los 20 puntos con la camiseta de los Spurs, mientras que se trató de una de las tres veces en las que Tim Duncan consiguió al menos 18 rebotes y 7 tapas, siendo esta la última de su carrera (las previas habían llegado en 2001 y 2003). El que no tuvo una buena noche fue Tony Parker: 5 puntos, 2-9 de cancha. Como tampoco hubo demasiado de Manu Ginóbili (13 puntos, 4-11 de cancha), por aquel entonces escolta titular de San Antonio.
En los Rockets, está claro que el máximo anotador fue McGrady, terminando con 33 puntos. El dato interesante es que hasta los últimos 35 segundos del partido, acarreaba un flojísimo 1-8 en triples. A partir de ahí anotó los cuatro siguientes. El que también brilló fue Yao Ming: 27 puntos y 10 rebotes, en un tremendo duelo interior ante Duncan.
Otra pequeña curiosidad es que 13 días después del partido, los Rockets traspasaron a Tyronn Lue a los Hawks, recibiendo a cambio a Jon Barry. Si el cambio hubiera ocurrido un par de semanas, hubiéramos tenido choque de hermanos en cancha, teniendo en cuenta que en la rotación de San Antonio se encontraba Brent Barry (sin puntos aquella noche).
Un partido bisagra
Es imposible determinar si respondió exactamente a este juego, pero lo cierto es que a partir de aquel 9 de diciembre, la temporada de los Rockets dio un giro de 180 grados. Los por entonces dirigidos por Jeff Van Gundy habían perdido 11 de 19 partidos hasta ese momento (42% de victorias). ¿Después del milagro de McGrady? Ganaron 42 de 62 (68% de triunfos).
Vale recordar que esa era la primera campaña de McGrady jugando en Houston, luego de cuatro años en Orlando. El oriundo de Florida venía de liderar la NBA en anotación en dos temporadas consecutivas (32,1 en la 2002-2003 y 28,0 en la 2003-2004) pero tuvo un bajón ofensivo en su llegada a los Rockets: 25,7 unidades, siendo la última vez en su carrera en la que superó los 25 puntos de promedio. Claro, pronto el equipo pasaría a tener a Yao como el foco de su ofensiva, además de que comenzarían los problemas físicos para T-Mac.
Más allá de la levantada, los Rockets no tendrían éxito en los playoffs. Quedaron eliminados en la Primera Ronda, en una peleada serie ante los Mavericks de Dirk, cayendo en siete juegos (116-76 en el séptimo). Lo opuesto ocurriría con San Antonio, que algunos meses más tarde se quedaría con su segundo título en tres años, venciendo también en siete partidos, a los campeones reinantes Pistons.
San Antonio y Houston se vieron las caras en tres encuentros más durante la 2004-2005. El 15 de enero hubo victoria para los de Van Gundy por 73-67. El 23 de febrero, los de Pop se tomaron revancha por 99-81. Y por último, los Spurs volvieron a imponerse el 27 de marzo por 83-70. En esos tres partidos siguientes, McGrady lanzó 28 de 74 de cancha, para un 37,8% de eficacia. La magia se había agotado el 9 de diciembre...
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.